El 28 de noviembre una multitud de argentinos salió a las calles del país para expresar públicamente que la mayoría celeste le dice sí a la vida y un no rotundo al proyecto de ley de aborto que, impulsado por el Gobierno Nacional, comenzará a debatirse la próxima semana en en la Cámara de Diputados.
La Marcha por la Vida tiñó de color celeste la zona del Congreso de la Nación, donde una marea humana se manifestó con banderas argentinas, pañuelos y carteles con la consigna # LaMayoríaCeleste.
La manifestación por las dos vidas se replicó en más de 400 ciudades del país, que se unieron en defensa del primer derecho humano con caravanas, mientras que en las redes sociales se multiplicaban los posteos de la movilización en Buenos Aires y otros puntos del país.
El # 28N fue convocado por más de 150 organizaciones provida del país y contó con la adhesión de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), por lo que obispos y pastores también se sumaron a las marchas.
“La mayoría celeste va a salir una y todas las veces que sean necesarias para garantizar los derechos a la vida de todos los argentinos”, aseguró Memé Moscoso, abogada de Portal de Belén, una de las organizaciones convocantes.
En Córdoba, los manifestantes recorrieron en caravana las calles de la capital; en Rosario se movilizaron al Monumento a la Bandera, mientras que en Santa Fe capital hubo una recorrida desde la Plaza del Soldado hacia Plaza 25 de Mayo, para luego culminar frente a la Legislatura provincial.
En Mendoza, la concentración fue en el Parque San Martín; en Tucumán, dos columnas partieron desde la Rotonda de Yerba Buena y el Parque 9 de Julio para llegar al Monumento del Bicentenario; y en Salta capital, la marcha partió desde el Monumento 20 de Febrero en dirección a la estatua de Martín Miguel de Güemes.
La nota negra de la jornada
Horas antes de iniciarse la manifestación provida, el obispado de Merlo-Moreno advirtió que la catedral Nuestra Señora del Rosario fue vandalizada. El templo sufrió pintadas de color verde, que identifica a los militantes proaborto, y se dejó en la vereda una leyenda, también con pintura del mismo color: “Ni Fernández ni Bergoglio. Aborto legal”.