Esta mañana, apenas unas horas después de leer algunos tuits y recibir una hermosa llamada telefónica, me convencí que era el momento de estar al lado de gente más valiosa que uno, de acompañar en las calles a los que dieron ejemplo de valor y lealtad con la Patria para vencer al comunismo, al terrorismo y a toda esa plaga de criminales que asesinaron decenas de miles de peruanos.
Decidí estar en las calles, al lado de los Comandos Chavín de Huántar y me siento orgullosa de haberlo hecho, junto a mis padres, algunos amigos, compañeros de la universidad que se entusiasmaron con la idea y sobretodo, hacerlo junto a colegas y personas mayores que con sus bastones, sillas de ruedas en algunos casos y lento caminar en muchos de ellos, dieron emoción en cada paso, con esa energía vibrante de “esos rostros de todos, esa mirada de muchos” y el grito nacional que se elevaba imponente al decir “Comando Chavín de Huántar, orgullo nacional”.
Así, mientras dentro del llamado Pentagonito estaban inclinados, sumisos y arrodillados ante el representante de una organización criminal los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, miles de ciudadanos nos fuimos agrupando alrededor de la sede del “desfile de los cobardes”, para llegar hasta las mismas puertas y rejas que los protegían de la indignación popular y allí, desde allí, les hicimos saber nuestra protesta y nuestro grito por una mejor democracia, por una verdadera libertad.
Los medios de comunicación del gobierno del partido comunista Perú “libre” intentaban minimizar nuestra presencia, y hasta hubo “reporteros” que le decían a los policías que nos retiren de las calles.
Una de las de actitud más ofensiva, una militante periodista del gobierno de ultraizquierda, que funge de amigable entrevistadora, tuvo el descaro de decirle a un comandante PNP “¿No los van a sacar? ¡Están armados!”, pero el Oficial, gracias a Dios un buen miembro de la maltratada institución, atinó a no hacerle caso a esa agente encubierta del gobierno que creyendo ser periodista, pretendía, sembrando mentiras, que se use la fuerza y la represión contra el pueblo que expresaba pacíficamente su protesta.
Periodistas enviados a mentirle a la Policía, para que la Policía reprima al pueblo, ese es el nivel de podredumbre y odio que incentiva el gobierno junto a sus aliados extremistas, esa es la forma, el guion cubano y venezolano de los servicios de inteligencia de esas dictaduras, que operan en el país hace más de un año impunemente (G2 y SEBIN).
No faltaron necesarios rechazos a la agresión policial que encabezaron otros que se rinden al gobierno, pero no fueron la mayoría, no estuvieron todos los policías en contra de nosotros y eso, debemos resaltarlo. Repito: No todos los Policías enviados a reprimirnos, son esclavos del gobierno. Aún hay dignidad en muchos, aún hay esperanza.
Estamos en horas muy complicadas, en momentos muy difíciles en los que debe dejarse algunas cosas, para priorizar la lucha por la Democracia.
La democracia no es ir a votar, ese es un acto electoral que hasta en las dictaduras comunistas se presenta hipócritamente. La democracia es tener un buen gobierno, limpio, honesto, transparente, de amplitud para la participación, de inclusión para que las divergencias y diferencias construyan unidad en la acción, así los pensamientos sean discrepantes.
El Perú necesita más Comandos Chavín de Huántar, más valientes con decisión.