Corrían 6 años de terrorismo comunista tras el inicio “oficial” en Chuschi, distrito de la provincia ayacuchana de Cangallo. Digo “oficial” porque ya sabemos que los preparativos y algunas acciones aisladas se habían iniciado desde hacía varios años atrás.
La Democracia Boba seguía dando ventajas y el Estado cobarde no enfrentaba cómo se debía al terrorismo. Los fiscales y jueces no hacían su trabajo y las FFAA y Policía hacían lo que podían sin respaldo político y con petarderos que desde el Parlamento y diversas instancias del Estado le hacían el juego al terrorismo siendo incluso cómplices de éstos.
Las principales cárceles no podían dejar de reflejar esta realidad. Los pabellones que alojaban a los terroristas estaban tomados por éstos y nadie podía ingresar a ellos. Las cárceles eran “luminosas trincheras de combate”, como así las llamaban los terroristas.
Es así que un día como hoy, hace 35 años, se llevaba a cabo una reunión de la Internacional Socialista en Lima de la cual era anfitrión el APRA que entonces gobernaba el Perú. En medio de este acontecimiento, los terroristas presos en los penales de Lurigancho, Santa Bárbara y El Frontón se amotinaron dando cumplimiento a preparativos que incluyeron aprovisionamiento incluso de armas y diversas modificaciones a las instalaciones lo que hizo en un primer momento que las cárceles fueran lugares difíciles de acceder como sucedió sobre todo en El Frontón.
Las fuerzas del orden incluyendo la Marina de Guerra del Perú debelaron los motines como debía ser, incluso con el uso de las armas. El costo en vidas fue alto tanto del lado de la Ley como de los delincuentes terroristas. Pero como no podía ser de otra forma “la internacional del terror” cambió la historia y los delincuentes se convirtieron en “víctimas de matanzas” y los que obraron en defensa del Perú siguen siendo víctimas de la persecución judicial (como aún sucede con decenas de marinos) e incluso fueron asesinados como sucedió dos años después del develamiento en La Paz, Bolivia cuando el Capitán de Navío Juan Carlos Vega Llona, segundo comandante del destacamento que develó el motín en El Frontón.
35 años después el Perú es de nuevo amenazado y rebasado por quienes alzaron sus armas contra la Democracia. Hay “congresistas” con pasado terrorista y altos mandos de las organizaciones terroristas se pasean libres tras cumplir sentencias amenguadas por el corrupto Toledo con el apoyo inicial del blandengue Paniagua. Lugares como “el ojo que llora” y “el lugar de la memoria” así como el informe de “la comisión de la verdad y reconciliación ” han ayudado también para que volvamos a vivir la zozobra ya no de la toma del poder por el comunismo a través de la vía armada sino “gracias” a un fraude electoral.
Es hora de no olvidar y sobre todo de actuar. Que la sangre de miles de peruanos, víctimas del terrorismo, no haya sido en vano y que “artistas populares” como la comunista Martina Portocarrero no siga enrostrándonos el recuerdo de terroristas conocidos con los alias de Jovaldo y Manuelcha muertos en el motín de El Frontón. (Escuchen “Mamacha de las Mercedes”).
Viva el Perú.
Imagen referencial, Pintura elaborada por terroristas de sendero luminoso, en alusión al la Isla El Frontón “convertida en base de resistencia popular”