Según la Comisión Europea[1], la transformación digital permite el crecimiento y la competitividad de los países, pues genera el incremento del producto bruto interno (PBI), fomenta la innovación y genera más empleos. En los próximos años, se estima que al 90% de los empleos, en los diversos campos, se le exigirá algún nivel de conocimientos digitales.
Cabe resaltar que la transformación digital no es una solución tecnológica, un plan, un evento o una estrategia única por implementar, sino un proceso de aprendizaje social sostenido en el tiempo, que involucra a los diversos actores de un país como el Gobierno, las empresas y la sociedad civil.
Afortunadamente, están surgiendo prácticas efectivas en los países líderes para transformar el Gobierno, los servicios, las comunidades, las ciudades y las empresas. Los enfoques más eficaces incluyen adoptar una visión holística de las TIC y las inversiones relacionadas con la tecnología, movilizar la demanda de buena gobernanza y mejores servicios, y promover alianzas público-privadas, entre otros.
Por esa razón, con el objetivo de comprender qué vienen haciendo las economías que han aprovechado los beneficios de la transformación digital, sistematizamos los principales indicadores a nivel internacional que miden los avances en relación con este tema, para analizar qué tan bien posicionadas se encuentran. Para esto, se priorizaron 20 índices que miden el estado de maduración y la brecha de transformación digital, los cuales se agruparon en cuatro categorías: i) competitividad digital, ii) infraestructura digital, iii) innovación y iv) regulación y Gobierno digital. En el presente artículo, presentamos los resultados del análisis para la categoría de Competitividad digital.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la competitividad digital se define como la capacidad de una economía para adoptar y explorar tecnologías digitales que conduzcan a la transformación de las prácticas gubernamentales, los modelos de negocio y la sociedad en general.
En la categoría Competitividad digital se analizan 4 índices: el Índice de Competitividad Digital Mundial (WDC[2], por sus siglas en inglés), el Índice de Preparación Digital (DRI, por sus siglas en inglés), el Índice de Preparación en Materia de Redes (NRI, por sus siglas en inglés) y el Índice de Digitalización (DiGix, por sus siglas en inglés).
En primer lugar, se analiza el Índice de Competitividad Digital Mundial, elaborado por The IMD World Competitiveness Center, el cual mide la capacidad y la preparación de las economías para adoptar y explorar tecnologías digitales para su transformación económica y social. Considera tres factores: conocimiento, tecnología y preparación.
El Índice de Preparación Digital, elaborado por Cisco Global, mide el progreso que un país hacia su madurez digital y analiza siete componentes: necesidades básicas, capital humano, facilidad para hacer negocios, inversión empresarial y gubernamental, entorno de inicio, infraestructura tecnológica y adopción de tecnología.
El Índice de Preparación en Materia de Redes, elaborado por el WEF, mide la preparación de una economía a nivel de competitividad digital. Está compuesto por varios indicadores clasificados en cuatro pilares: tecnología, personas, gobernanza e impacto.
Por último, se analiza el Índice de digitalización, elaborado por el BBVA, que mide el nivel de adopción y uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC) del país. Este indicador mide el desempeño digital, evaluando el comportamiento de los agentes y las instituciones que permiten a un país aprovechar plenamente las TIC para aumentar la competitividad y el bienestar.
A partir de ello, los índices descritos miden el nivel de competitividad digital de un país entre los años 2019 y 2020. Así, nuestro análisis busca conocer en qué posición se encuentra el Perú, el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el promedio de América Latina y El Caribe (LATAM) con respecto al total de países evaluados por cada índice.
Como se observa en el primer gráfico, el Perú se encuentra por debajo del puesto 70 del ranking en 3 de los 4 índices analizados. Asimismo, en el segundo gráfico se mide la posición de un país entre 0 y 1, en el que 1 significa que el país se encuentra en la última posición del ranking del índice evaluado, es decir, todas las economías analizadas se encuentran en mejor posición. Al respecto, se observa que nuestro país se encuentra, en promedio, en 0.7, lo que significa que está por debajo del 70% de las economías mejor posicionadas a nivel mundial en los índices de competitividad digital.
Con relación al promedio de los países de la OCDE, se observa que estas economías se ubican, en promedio, alrededor de 0.25, lo que significa que se encuentran en el 25% del total de países mejor posicionados en los rankings evaluados. Por último, respecto del promedio de los países de América Latina y el Caribe, se observa que se hallan, en promedio, en 0.67, lo cual significa que, respecto de la región, el Perú se encuentra al mismo nivel de competitividad digital que sus pares analizados.
LAS ECONOMÍAS MEJOR POSICIONADAS
Si se hace un análisis más detallado de los países mejor posicionados en todos los índices analizados, la mayoría son miembros de la OCDE, como Estados Unidos (1°,3°,4°,8°), Dinamarca (3°,4°,1°,2°), Suiza (6°,5°,8°,5°) y Países Bajos (7°,6°,5°,4°), que se encuentran en el decil superior de los rankings del Índice de Competitividad Digital Mundial, el Índice de Preparación Digital, el Índice de Preparación en Materia de Redes y el Índice de Digitalización, respectivamente. Asimismo, cabe resaltar que Singapur (2°, 1°,3°,3°) y China-Hong Kong (5°, -, -,10°) son las economías mejor ubicadas.
Si bien estas economías tienen altos niveles de digitalización y un fuerte impulso para continuar avanzando en sus capacidades digitales, tres economías son particularmente notables: Dinamarca, Singapur y EE. UU. ¿Y que los hace ser los mejores? Pues lo que tienen es una visión clara. Por ejemplo, el Gobierno danés asigna 134 millones de euros a iniciativas que se ejecutarán hasta 2025 como parte de su estrategia de crecimiento digital.
Estas economías han promovido una sociedad de la información inclusiva que prioriza la alfabetización digital, el contenido local, los intermediarios sociales y la innovación de base como sus pilares, siendo las brechas de infraestructura de TIC mínimas en ellas. Asimismo, las medidas de política para la transformación empresarial digital incluyen el acceso a internet y tecnologías digitales, finanzas móviles, transacciones de Gobierno a empresas habilitadas digitalmente, plataformas para facilitar el comercio y el comercio electrónico, y servicios comerciales y de formación basados en internet.
Por esa razón, es importante que, en nuestro país, el Estado y los actores involucrados en el proceso de transformación digital se pongan las pilas, para cerrar brechas a nivel de capacidades tanto físicas como humanas, fomentando la adopción de herramientas digitales para el consumidor y la atracción, capacitación y retención de talento digital. Y lo más importante: proporcionar infraestructura que permita el acceso universal a internet de banda ancha.
[1] European Commission, 2016
[2] https://www.imd.org/wcc/world-competitiveness-center-rankings/world-digital-competitiveness-rankings-2020/