Viendo Venezuela, Bolivia, Corea del Norte, Nicaragua, Cuba y todos los ejemplos de países en los que se ha impuesto cualquiera de las formas de comunismo (con frecuencia llamado socialismo) es increíble cómo en Chile, Perú, México, Colombia o Guatemala haya gente que aún crea en esa falsa igualdad cómo la panacea. Igualdad que efectivamente “iguala” a todos en pobreza, y sólo son ricos sus líderes. Curiosamente quienes promueven esas ideas son multimillonarios sin trabajar.
Igualmente increíble es que al sol de hoy, haya gente que piense que un “amigo” que promueve esas ideas en su suelo patrio es su amigo. Todas las ideologías son hechas por hombres y por tanto son falibles, pero ha quedado demostrado de sobra, que aquellas que coartan la libertad individual son las que más generan miseria.
En el mundo no existe un sólo país que tenga la autoridad moral para decirle a otro como gobernarse, cómo acabar con sus problemas. Y hoy en día, los Estados Unidos de América, otrora bastión de la libertad, que ha demostrado ser peor que lo que ellos mismos llamaban una “república bananera”, pretenden aún dirigir los destinos de América Latina. Violencia rampante, ilegalidad imperante, degeneración de sus principios y valores, politización de la justicia y una corrupción desmedida son la norma en ese país.
Luego de elecciones supremamente fraudulentas (vean Arizona, además de muchos vídeos y testimonios que los medios más grandes callan), ya ni el proceso electoral del 2020 es ejemplo para nada bueno. La información en Internet sobre el dinero vertido por las mentes enfermas de George Soros, los Gates, Laurene Powell Jobs (denominada la “heredera” del poderío Soros) a los candidatos más radicales de la izquierda estadounidense deja claro que tienen intereses en la destrucción del tejido social de su propio país. Y eso promueven en el planeta.
En el pasado, el Partido Republicano era “el partido de los ricos” y el Partido Demócrata era el partido de los pobres, de los sindicatos y de las minorías. Hoy día, viendo esas donaciones, el evidente apoyo de la industria de tecnología y Silicon Valley a los Demócratas, y cómo las bases de clase media y obrera apoyaron a Trump, los papeles evidentemente, han cambiado. A los únicos que conviene la victimización de minorías es a los Demócratas, que la fomentan.
Basta ver a donde huyen los #comunistas, #SocialistasGucci y corruptos del hemisferio. Antes, se iban a Paris, a Cuba, a Rusia. Ahora se van a Miami, a Washington-DC. Ironía de la vida, buscan lugares más libres de aquellos en dónde buscan socavar la libertad.
Los Demócratas, desde la era Obama, iniciaron una agresiva política internacional que atenta contra la esencia del pueblo Latinoamericano. América Latina es el último bastión #ProVida #ProFamilia #ProFe que queda en el planeta. Buscan socavar nuestro orgullo y esencia patria destruyendo las instituciones y vendiéndonos la idea de que “sólo en nuestro hemisferio hay corrupción”.
Es el último campo de batalla para terminar de imponer en el planeta las ideologías que fomentan el ateísmo, el aborto, el matrimonio tradicional, elementos esenciales de la familia, núcleo de la sociedad. Es el último continente donde los niños son niños, donde la biología se respeta (sólo hay 2 sexos), donde las familias comparten en unidad. El ultimo bastión donde la gente profesa su creencia religiosa en libertad.
Nadie en su sano juicio debiera limitar a las personas “del abecedario” o a las personas con orientaciones sexuales diversas. Eso debiera ser cuestión individual del adulto. Lo que no podemos permitir es que a los niños se les inculque cosas contrarias a lo natural. Un hombre podrá creerse mujer, perro, niña o lo que sea, pero igual podrá tener cáncer de próstata de adulto. Una mujer podrá creerse hombre, cosa, o animal, pero igual su ADN será de mujer hasta que muera. Lo mismo con la fe. Que profese una fe quien quiera y quien no, pues que no crea, eligiendo libremente.
Esas ideas son las que abiertamente promueve la Casa Blanca Biden-Harris. A eso viene Kamala Harris a Guatemala y a México. Y no con diplomacia, sino con altanería e imposición. Eventualmente irá o enviará sus emisarios a América del Sur. Prepárense.