El origen del concepto de organización no gubernamental emana de la Carta de Naciones Unidas de 1945. Apareció por primera vez en forma muy elemental en el Capítulo 10, artículo 71 de la misma y no fue hasta el 27 de febrero de 1950 que se formalizó el concepto. Por ende, en esa fecha los oenegeros celebran su día. Se suponía que trabajarían por el bienestar social, sin fines de lucro y permanecer ajenas a partidos políticos, instituciones o entidades estatales. Se estima que existen más de 10 millones de ONGs en el mundo.
En Guatemala, llegaron aproximadamente en los años 80s, con el tema de los derechos humanos. En el 2003 se aprobó la Ley de Organizaciones No Gubernamentales, Decreto 02-2003. Para esa fecha, ya habían aproximadamente 200 #ongs operando en Guatemala y manejando fondos de más de Q800 millones (datos de Wikiguate).
Sólo en el 2020, las ONGs recibieron más de Q700 millones de fondos públicos que provienen de los impuestos que pagamos todos los que vivimos en Guatemala. Ahora, gracias a la fiscalización, esas entidades deberán declarar el origen y el uso que tendrá hasta el último centavo que reciban. Exentas están las iglesias de esta fiscalización.
Les doy un ejemplo. En el 2008, sólo el Departamento de Sololá recibió 55% de la ayuda internacional, con 54 proyectos. El monto era US$383.41. La mayor parte destinada a desarrollo urbano y rural. Pregunto, ¿Dónde está el gran desarrollo derivado de esos fondos? Sololá no es un bastión de prosperidad en Guatemala y sí sigue siendo un bastión de la izquierda más radical.
Los efectos se ven en temas políticos. El dinero se ve en el adoctrinamiento de la victimización, el odio racial, el enfrentamiento de clases, la sed de venganza de un sector mal informado sobre lo que fue la guerra, la manipulación de la educación especialmente en lo histórico. Hay algunas que han apoyado temas de desarrollo, pero son las que menos fondos han captado.
Han sido un instrumento eficiente de la Internacional Socialista para diseminar sus ideas con la excusa del combate a la pobreza.
El punto es que han sido miles de millones de Dólares y Euros los que han recibido las #ONGs en Guatemala, y no se ve el efecto en temas de salud o desarrollo. Y ahora Biden-Harris dicen que enviarán más fondos a estos entes. Qué bueno que serán fiscalizados y habrá transparencia, finalmente.
En nuestro país se sabe incluso que muchos líderes de las principales ONGs captadoras de fondos nacionales e internacionales militan en partidos de izquierda o de centro-izquierda. Por ende, y sin existir fiscalización, sería ingenuo pensar que parte de los fondos recibidos para las ONGs no hayan sido canalizados a dichos partidos.
Esperemos la Ley de fiscalización de las ONGs venga a poner orden y que los fondos que ingresen sean utilizados en beneficio de las clases más necesitadas, cómo en teoría dicen hacerlo. Que los cabecillas dejen de violar las leyes con actitudes sediciosas y contrarias al orden público. Soñar es gratis. Veremos que se materializa.
La agenda solapada de #KamalaHarris en Guatemala trae las reformas constitucionales que buscan imponer aborto y diversidad de género subsidiada nuevamente. Insisto, cada adulto es dueño de su persona y puede hacer con su cuerpo lo que quiera, pero no me parece ni lógico, ni justo que sus caprichos, deseos o anhelos sean subsidiados con fondos del Estado, o sea, con nuestros impuestos.
Ella dice que viene a parar la migración ilegal pero se reúne con prófugas y criminales, guerrilleras, que con sus acciones han promovido la migración. Porras cerró tantas empresas incluso estadounidenses que Guatemala enfrenta multimillonarios arbitrajes internacionales por su culpa. Aldana y Paz y Paz no cimentaron el trabajo del MP cuya presencia sigue escuálida o inexistente en muchas regiones del país. Se asesora de Von Ahn, un guatemalteco que si bien ha tenido éxito en un mercado basado en leyes, viene aquí a violar leyes laborales. La difunta CICIG en 12 años no bajó ni 1 punto porcentual el nivel de corrupción e impunidad, más bien lo fomentó de un lado del espectro político.
Presiento que, al igual que la gran mayoría de Guatemaltecos, el Presidente Alejandro Giammattei no sucumbirá a las presiones Demócratas, y que el Congreso se plantará y continuará avanzando una agenda que refleje lo que la mayoría queremos: Una Guatemala sin politización de la justicia, dónde ésta se aplique en igualdad de condiciones y estricto apego a las leyes. Donde nadie se salte las trancas. Una Guatemala donde haya transparencia de todos los sectores. Sobre esa base si se puede generar empleo digno y traer prosperidad al país. Ojalá no nos defrauden.