Kamala Harris, la Vicepresidente de los Estados Unidos, llegó a Guatemala con las premisas incorrectas. Ha sido sujeta a burlas y críticas severas. Pareciera que le dieron el candente tema de la crisis migratoria para hacerla fracasar. Es imposible acabar con la migración ilegal sin generar empleo.
Ella se enfrascó en temas que no son fundamento de las caravanas: la violencia y las “limitaciones” que según ella sufre la comunidad de la ideología de género. Su tercera causa es el desempleo.
Primero, se asesoró de Thelma Aldana, prófuga, y la guerrillera Claudia Paz y Paz, ambas ex Fiscales Generales de la Nación, y Gloria Porras, ex Magistrada de la Corte de Constitucionalidad. Ellas son grandemente responsables de que en Guatemala impere la politización de la justicia (Lawfare, en inglés).
Aldana y Paz y Paz utilizaron su poder para perseguir enemigos políticos de la izquierda. En muchos casos permitieron la falsificación de pruebas, “testigos” que no se sabe quienes son y por ende sin solvencia, todo porque sus parientes eran guerrilleros. Técnicas aprendidas de Iván Velásquez de CICIG, la desprestigiada Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala.
Por ejemplo, el padre de Claudia Paz y Paz, que no era pobre pues vivía en una de las zonas más caras de la Ciudad de Guatemala (zona 14), era guerrillero. Adoctrinaba gente en su patio y sus vecinos recuerdan escucharlo. Cuentan que a sus tertulias de envenenamiento comunista acudían la hoy juezas Jazmín Barrios y Erika Aifán. Esas juezas son las que más militares han condenado. Pero esto es aplaudido a los Demócratas y Europeos que las premian, defienden y alaban. ¿Y así hablan de independencia judicial?
WOLA, Human Rights Watch, y otros entes del pantano de alimañas en Washington-DC están ahora histéricos por la nueva ley de fiscalización de ONGs en Guatemala. Se rasgan las vestiduras para que no entre en vigor, saben que la Corte de Constitucionalidad actual no va ha prestarse a sus intereses políticos y tratan por ende de usar a Kamala Harris, Cesar González y Ricardo Zúñiga, a Tom Lantos en la Cámara de Representantes y a otros socialconfusos de habla inglesa para presionar al Presidente Alejandro Giammattei.
Quieren amedrentar a la Fiscal General y Jefe del Ministerio Público para que no procese las más de 50 denuncias en contra de Juan Francisco Sandoval, el psicópata sociópata Fiscal de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI). Si no fueran unos hipócritas doble moral, en un país donde imperase la independencia judicial debiera ser el mismo Sandoval el que se sometiera a la Ley bajo esa fiscalía.
La famosa FECI, por otro lado, es anticonstitucional. El Ministerio Público tiene la Fiscalía Contra Delitos Transnacionales, además de otras fiscalías, que abarcan todos los espectros del espectro criminal. La impunidad es la ausencia de condena por crímenes. Es absurdo tener una fiscalía contra la impunidad cuando el elemento impunidad cae en las fiscalías existentes. Harris la defiende.
También vino a decir que traería empresarios a invertir. El único que ya está invirtiendo desde hace mucho es Microsoft. Los otros empresarios que se reunieron con ella y con el socialconfuso Luis Von Ahn no vinieron. Obvio, se dieron cuenta que invertir en un país sin certeza jurídica es perder su dinero.
De esta mala fama como destino para inversionistas debemos darle las gracias a Gloria Porras. La galardonada ex Magistrada es la principal culpable de que la inversión en Guatemala esté en terreno gris. Casi acabó con la industria minera y de hidroeléctricas retorciendo la ley a su sabor y antojo para proteger los intereses de Soros y otros entes oscuros que querían quebrar a las empresas estadounidenses y de otros países que invirtieron en Guatemala. Somos un país rico en minerales indispensables hasta para el teléfono con el que probablemente lee esta noticia. Pero las ongs de izquierda se empeñan en que no se exploten. ¿Lógico? No. Curiosamente, la gran mayoría de gente que ha emigrado en las caravanas al norte han salido de las regiones afectadas por Gloria Porras.
Harris dijo que otra causa de emigración es la persecución a quienes viven bajo la ideología del arcoíris. Guatemala es un país de entre 17 y 18 millones de personas. De esa cantidad, un 80% profesa alguna forma de fe Cristiana. Somos un país donde la gente aún inscribe a sus hijos como niño o niña y a los pedófilos los quisiéramos ver muertos o castrados y encerrados de por vida.
En mi país, la comunidad del arcoíris no llega ni a medio millón de personas. Se estima que sean alrededor de 100,000 los que practican lo que ésta promueve. Si la gran mayoría que emigra es indígena, y los indígenas son de mayoría conservadora, su argumento no se sustenta.
Y finalmente, dijo la señora que la gente emigra por la violencia. Guatemala tiene hoy por hoy los índices de criminalidad de Costa Rica. Ha bajado sistemáticamente en los últimos 6 o 7 años. Interesante que la narco-guerrilla resurgió bajo la administración Obama.
Mientras tanto, vemos la violencia escalar a niveles sin precedentes en USA. A ver si no empiezan los gringos a emigrar a América Latina para huir del desmadre en que los Demócratas tienen ese país.