El gobierno convocó a una Comisión de Protección Social hace varios meses, poniéndole un plazo y un resultado. El tiempo y las conclusiones evidencian la pésima forma de organizar una plataforma de propuestas en un tema tan sensible, delicado y lleno de oportunistas al acecho.
Demagogia, populismo, mentiras y falsas expectativas por un lado, mientras por la otra orilla, se pierde el momento para organizar una amplia participación ciudadana con propuestas e iniciativas que construyan objetivos de unidad, porque de eso se trata, unidad en el destino y no un infierno para todos.
Las AFP viven cómodamente su agonía, mientras dejan que las dinamiten desde fuera. Total, como se trata de operadores financieros, cambian el giro y no pasa nada, están diversificados sus accionistas. Sin embargo, para los afiliados, para los dueños del ahorro previsional, las cosas no son tan simples porque sólo tenemos dos caminos, caer en manos del Estado o acomodarnos en lo que algún político inventará a futuro, porque se hace evidente que el éxito se castiga y a veces, los que administran el éxito se desaparecen cuando los problemas crecen.
Reaccionar al momento del temor, es la peor forma de dirigirse ante la realidad. Es como decir que todo tiene un precio y que se puede pagar para tranquilizar a los rebeldes. Eso puede funcionar un tiempo, no siempre, no es sostenible estar apagando fuego con gotas de agua.
La Comisión de Protección Social y a su vez el gobierno tenían en mente –de acuerdo a nuestras fuentes- la idea sublime de crear un nuevo sistema obligatorio nacional de reparto, que todos –dependientes e independientes, formales e informales- deben pagar si quieren tener algún día, una pensión que sea como meta, una remuneración mínima vital. Como meta, no como realidad.
Mientras tanto, la idea es tener un piso, una base similar a pensión 65, para todos, sea cual fuere tu remuneración y los años que hayas pagado. Si no eres solidario, sino te gusta ir teniendo 125 soles mensuales de pensión, eres libre de pagar adicionalmente a una empresa privada lo que quieras, para completar tu pensión de jubilación. Así, sueñan con convencernos que la pobreza, es una obligación nacional. Pobreza para todos, esa sería la realidad.
Parece ilógico, pero estamos en el Perú, recuerden siempre eso.