Es repudiable que el canciller de la República, haya dicho que “el terrorismo en el Perú lo inició la Marina”.
Por eso y por mucho más debió ser censurado en el Congreso; asimismo, es urgente que Castillo explique detenidamente su programa de política exterior -y todo no quede más que en una renuncia del ofensor-.
A Béjar Rivera, como lenguaraz y provocador, hay dos formas básicas y complementarias de entenderlo: como anciano verborreico; y como jurásico subversivo que sigue idolatrando a Fidel Castro.
El octogenario se mueve y habla con dificultad y es incapaz de vestir con decoro según corresponde al cargo de quien representa al Perú, nación con tradición de señorío y liderazgo a nivel mundial. Juramentar el cargo en zapatillas con terno, por ejemplo, evidencia un estado de senilidad patológica, descrita por los especialistas como “pérdida de habilidades sociales y cambios de personalidad, comportamientos inapropiados en público y, a veces, agresivos. Problemas para comunicarse, etc.”.
El subversivo (a) “Calixto”, entre tanto, tiene una historia criminal conocida. Guerrillero (léase terrorista) del autodenominado Ejército de Liberación Nacional en los años 60, estuvo involucrado en el asesinato de civiles, fue preso y en 1970 terminó amnistiado malamente por la dictadura de Velasco Alvarado. Desde entonces se ha convertido en santón del castrismo.
Sus declaraciones son torpes, respalda a Maduro; dice disparates como “Sendero Luminoso fue una creación de la CIA”; y desprecia la institucionalidad afirmando que “en el Perú, la Policía Nacional no está para defender a los ciudadanos sino para golpearlos, abalearlos o incluso matarlos si es necesario, defendiendo a las grandes empresas”.
Béjar no se queda en retórica. A través de la prensa cubana ha hecho saber que el Perú se retira del Grupo de Lima a cargo de la democratización de Venezuela; y, definitivamente, está generando crisis diplomáticas con España y Colombia.
Esto no es casual. Castillo utiliza al decrépito Béjar para posicionar al Perú en el eje del Grupo de Puebla y reacomodarse en una posición subversiva de izquierda en el contexto mundial. También lo está utilizando para nuevamente confrontar a las FF.AA., especialmente para mancillar a la Marina de Guerra con odio irracional.
Frente a esto urgía su destitución vía censura -pero renunció el ofensor-. No debía mantenerse al frente de Torre Tagle un incapaz para el manejo de las relaciones exteriores y además, provocador de lo que puede ser un cruento enfrentamiento entre peruanos.
Mi solidaridad con la Marina de Guerra del Perú y su aporte esencial a la democracia.
¡Terrorista Béjar a su casa!
Nota de redacción: Gracias Hugo Guerra, la ciudadanía tuvo una nueva victoria contra el terrorismo!
Imagen referencial, Marcha de protesta BBC