Mis padres amaban a los Estados Unidos casi tanto como a sus propios terruños. Mis 3 tíos maternos que eran hondureños, pelearon en la Segunda Guerra Mundial para las fuerzas estadounidenses. Uno casi pierde su vida en Normandía. Éramos pues una familia amante del Tio Sam, del “We the People”, de la igualdad ante la Ley, de las elecciones limpias, del libre comercio, del consumismo, del autos moda y rock and roll. Desde niña mi cantante favorito fue Frank Sinatra, mi ciudad favorita New York y las hamburguesas eran comida gourmet para mí. Ver los Picapiedras, Ozzie & Harriet, Hardies era ver al pueblo americano.
Es muy triste ver cómo esa patria fuerte, correcta, ejemplar, sólida y patriota se desmorona a la velocidad de la luz por hijos malos que no la aman, no la atesoran, no la valoran, y la quieren destruir mientras hijos que sí la aman se los permiten.
Recuerdo que desde pequeña aprendí que en los EEUU todos éramos iguales, no importaba raza o sexo. La primera vez que interactué con una persona de raza negra fue en New Orleans. Me ofreció un helado con una hermosa sonrisa, impactante por sus dientes perfectos y blanquísimos. Escuchar jazz, blues, a Izzy o a Miles, era un deleite aún para una niña nacida en Guatemala.
Adoraba ir a NY en Navidad, ver la ciudad vestida de fiesta, decorada toda. Las vitrinas, la 5ta Avenida o Park Avenue, reflejaban la alegría y amor a la vida. Cuando siendo diplomático me fui a vivir a Washington-DC, amaba la Navidad en la Capital de ese otrora gran país. Era hermosa, alegre, vistosa, llena de vida.
Pero todo eso es historia antigua.
La mitad de los EEUU han olvidado que significa “We the People”, han despreciado sus leyes que tratan de violar todos los santos días. Las elecciones fraudulentas han sido perfeccionadas y en lugar de fomentar el libre comercio han entregado el país a China con todo y moña. Es gobernada y está siendo destruida por esos malos hijos que no atesoran los principios sobre los cuales se cimienta la “tierra de los hombres libres”, dónde uno puede “alcanzar el sueño americano” de poseer casa propia, tener un negocio o trabajo estable, y mantener dignamente a su familia.
Recuerdo cuando ver la bandera era una señal de esperanza, orgullo y gozo aun para los no estadounidenses. Hoy, es quemada, pintarrajeada y pisoteada por sus propios hijos. Jóvenes que han literalmente perdido “el norte”.
Dicen que no hay igualdad ante la Ley, pero eligieron libremente un Presidente negro dos veces. Hay negros de ambos sexos y confundidos también, en todos los ámbitos incluyendo el Ejército y la NASA. ¿De qué desigualdad hablan entonces? La policía tiene un tercio de miembros negros. Ahora quieren poner cuotas, como si la gente no pudiera libremente optar por esa profesión. Ser policía era algo digno. Ahora, es ser blanco de ataques y hasta asesinado.
Hasta el arte va en clara decadencia. La música, la plástica, reflejan enojo, odio, resentimiento. El rap, que es de lo más escuchado, es misoginia pura. La familia no vale nada. Los padres son cero a la izquierda. No hay disciplina, minorías ignorantes exigen respeto pero se rehúsan a darlo. Ya ni decoran las ciudades, porque “se pueden ofender” a los cretinos. Reflejan amargura, decadencia absoluta.
Y es en ese contexto que el Departamento de Estado de los Estados Unidos, que refleja toda esta podredumbre social y más, viene a América Latina a decirnos como debemos vivir. ¿Con qué autoridad moral se atreven a apuntarnos con el dedo?
Miren Afganistán. “No man left behind” y hasta a los perros abandonaron. Hablan de fomentar la democracia y por más de 20 años combatieron contra los Talibanes para luego entregarles el país con un mega bono de millones de Dólares estadounidenses y todo el equipo bélico necesario para organizar no uno sino varios atentados terroristas en contra de los EEUU y del mundo entero. Ah, y dejaron entrar a más de 200 mil indocumentados, sin escrutinio alguno. Mínimo de Al Qaeda incluidos.
Son el país donde más se trafica droga, pero pretenden que les creamos que combaten la droga. Quieren meternos por las narices la misma ideología putrefacta que está destruyendo los EEUU como si eso fuese el ideal, bajo un gobierno corrupto y descarado. Pregunto, hermanos latinoamericanos, ¿lo vamos a permitir?
Fotografía referencial de redes sociales, protestas callejeras, desorden total