La primera respuesta es el comunismo, vestido de mil caretas, escondido en mil rostros, justificádonse en mil frases, siempre usando los medios de comunicación como escaparate de sus expresiones, ya que sin el poder de la prensa jamás hubieran llegado al gobierno nacional por los caminos que el fraude electoral y la desidia popular les permitieron.
La segunda respuesta es el comunismo, desvestido en el gobierno y en la rápida sincronización que desde los organismos de inteligencia han desarrollado con apoyo del G-2 cubano, la primera etapa de la “policía secreta del nuevo Estado” en el camino a la revolución. Esto, que denunciamos hace meses, que lo escribimos en este portal en varias ocasiones y no nos creyeron, ha seguido curso lento, firme e imparable, gracias al silencio, la complicidad y el beneplácito de algunos niveles jerárquicos en las fuerzas armadas, que a criterio personal y no institucional, se sustentan en esa frase tan hiriente como dolorosa que dice:
“En américa latina, la organización criminal más corrupta y más duradera en el tiempo no es un partido político, no es un sindicato, no es un loby o grupo de intereses, se llama fuerzas armadas. Ellos, los del uniforme de la traición, jamás de la Patria, han gobernado mediante golpes de Estado por decenas de años, cientos de años en algunos casos. Hoy lo hacen detrás de la democracia, apuntando a operaciones encubiertas, secuestros, cárteles del narcotráfico y todo tipo de delincuencia. Ya no es necesario instaurar una dictadura militar, porque existe el camino de la dictadura del poder detrás del resultado electoral”
Eso que ocurre por ejemplo en algunos países donde lo que antes era el péndulo dictadura – democracia (en realidad “dictadura, luego elecciones, pero no la llegada de democracia”) se mantuvo más de la mitad de los años de independencia que tienen Perú, Bolivia, Haití, Nicaragua y Ecuador –por citar algunos casos-, eso que fue parte de la historia oficial, degeneró en nuevas formas de caricaturizar la democracia y el efecto inmediato fue la cubanización progresiva de las naciones.
¿Cómo así? ¿Acaso Cuba no lleva más de seis décadas y tienen elecciones, y lo mismo está ocurriendo en Venezuela, Nicaragua y en Bolivia? Y preguntamos como respuesta: Ingenuos demócratas, ¿Las elecciones acaso han permitido que la democracia prospere y existan instituciones sólidas y perdurables?
Como decimos en Minuto Digital Perú: Lean, por favor estudien, aprendan de la historia y abran sus mentes a la Libertad. Las elecciones no son el fundamento de una democracia, son parte de la legitimización, de la legalidad; los procesos electorales son actos que permiten la participación o limitan la participación para determinados obejtivos… ¿De quién, de quienes? De los que controlan el poder, en algunos casos mediante organizaciones criminales, como los comunistas manejan mediante muchas máscaras con diversos nombres comerciales en cada elección, sea mediante organizaciones no gubernamentales, sea mediante algunas confesiones religiosas también, sea mediante el terrorismo como palanca de apoyo, sea mediante el narcotráfico, el contrabando o el crimen difuminado en células de agitación… hay mil formas, hay mis rostros, hay mil frases.
Por todo ello, la escalada contra las instalaciones mineras, ya no sólo contra el concepto de minería como inversión privada para el progreso y desarrollo, procede del comunismo y todas sus formas de agitación: partidos socialistas, progresistas, caviares, ambientalistas, ONG de supuestos derechos humanos, gremios extremistas y por supuesto, los mercenarios de la prensa de café, pierna entrecruzada y bufanda al cuello como promotores de “análisis” sociales que sólo son humo para esconder la verdad.
Estamos entrando a la etapa fuerte del conflicto para derivar en el caos, y seguimos creyendo que Castillo y su mafia son gente ignorante sin una agenda precisa contra la Libertad… que ilusos somos.
Fotografía del ataque terrorista contra Minera Apumayo, Noticias SER