Los juicios, comentarios y opiniones sobre los primeros cien días del gobierno comunista en el Perú, apuntan a ver si hay obras o leyes que ameriten algún aplauso o alguna crítica adicional a las miles de condenas que los ciudadanos expresan a cada segundo, en cada minuto, a diario.
Me ha pedido el Director de MDP #MinutoDigitalPeru que explore lo que ha ocurrido con los medios de comunicación en estos primeros cien días de abierta complicidad desde las mesas de redacción y opinión en los canales de TV, radios y periódicos, con la cofradía perniciosa que encabeza oficialmente Castillo, pero que oficiosamente lo hacen Cerrón, Bermejo –el de las fiestas y cabeza gacha huyendo- y Mendoza, la business partner de la caviarada más abyecta que se ha unido para servirse políticamente y llenar de burócratas el aparto público.
Como decimos aquí, miren bien: Se han presentado en sociedad más de diez medios impresos y cerca de cincuenta en páginas web, varios canales digitales de televisión en alianzas muy extrañas con redes de cables domiciliarias de procedencia también “poco formal”, decenas de emisoras de radio en zonas alejadas de las ciudades capitales de Región y algunas empresas periodísticas constituidas con fondos negros, las que han recogido lo que sobraba en los medios que Humala-PPK-Vizcarra-Sagasti ayudaron a subsistir con publicidad, eventos y acuerdos con el Estado, en forma directa o indirecta.
Así, en estos cien días de gobierno comunista “andino” (en camino al comunismo evidentemente, porque ellos van destruyendo todo para construirse de miserias sobre los escombros en forma secuencial) la prensa en general, excepciones marcadas en particular, ha hecho de su fanatismo por Castillo y el dinero de nuestros impuestos, discursos de argumentación constante como la defensa de “un pobre hombre, casi un angel llegado a la tierra para sembrar en humildad una nueva nación que rescate a los olvidados y los postergados” excluídos los millones de pituquitos que defendemos la Libertad y la Democracia, por supuesto.
Los medios no han estado donde siempre deben de estar: al medio. Al contrario, se han puesto en el lado izquierdo como es costumbre, en la trinchera profunda del odio y la agresión, inventando víctimas cuando uno emplaza las mentiras que ellos construyen, también con odio y violencia.
En cien días, esos medios vendidos al dinero público, alquilados al beneficio estatal, no han publicado ni una sola página objetiva y veraz sobre la enorme cantidad de delitos denunciados en redes sociales por la ciudadanía, por colectivos democráticos y por periodistas independientes.
Por eso mi resumen se da en una sola frase: Cien días de una prensa vendida a lo más oscuro de la impunidad.