Confirmado, el nuevo embajador cubano en Lima, Carlos Rafael “el Gallo” Zamora Rodríguez, y su mujer Maura Juampere no son diplomáticos, sino coroneles de la Dirección de Inteligencia – G2. Urge expulsarlos y hostilizar sus actividades.
En nuestro país existe una amplia red clandestina de agentes cubanos trabajando para la subversión. Durante décadas han reclutado ciudadanos peruanos entrenándolos en acciones secretas; muchos ya están enquistados en el Gobierno, varios partidos, las FF.AA., la policía, las universidades, y en toda la sociedad. Su influencia es enorme: La Habana alentó la fallida guerra de Velasco contra Chile en 1975.
Históricamente la influencia castrista se dio en la formación militar de subversivos peruanos, como en el caso del MIR en la década del 60 y del MRTA en los años 70 – 80. Con posterioridad han perforado nuestra seguridad nacional a través de centenares de “batas blancas”, personal sanitario dedicado a la agitación política; al punto que hoy hay una gran cantidad de estos que, habiendo llegado en convenio con el lagarto Vizcarra, están desparecidos.
Los mandos cubanos que se infiltran bajo fachada diplomática provienen específicamente de la Dirección de Inteligencia M-II. Su labor primaria se orienta al mantenimiento de las Casas de Amistad Peruano Cubana (CAPC), agrupaciones diseminadas por todo el territorio patrio que se organizan para difundir la revolución y dar adoctrinamiento a jóvenes, dirigentes partidarios, sindicalistas y líderes campesinos. Cada agente cubano atiende unas 15 relaciones de inteligencia; y si hay no menos de 10 oficiales de inteligencia, entonces hablamos de cientos de personas trabajando contra la estabilidad democrática peruana.
La labor intermedia es la cooptación de congresistas a través de la Liga Parlamentaria Peruano – Cubana. Y el objetivo profundo es fortalecer las estrategias del Foro de Sao Paulo para lograr el secesionismo de varios departamentos peruanos que tratarían de vincular con el proyecto “Runa Sur”, primer paso para la formación de la patria grande bolivariana. La cita cumbre sobre esto será en el Cusco entre el 20 y 21 de este mes.
Zamora es especialmente peligroso. Dirige la penetración a todas las instituciones del país y, como hizo en Bolivia, tratará de dar soporte a Perú Libre, organizando operaciones de desestabilización y manipulación informativa. Por eso es vital que los servicios de inteligencia peruanos y los colectivos de protesta democrática lancen todas las acciones necesarias para frenar a este indeseable, quien jamás debió ser admitido por nuestra Cancillería.
Fotografía referencial: El jefe del espionaje cubano junto a una brigada de inteligencia camuflada con médicos en Bolivia.