El problema con Evo Morales y su proyecto del Runasur no está cerrado. La cuestión de la llamada “nación aymara” es una herida abierta que amenaza con infectar a todo el sur peruano.
Hace más de un mes desde esta columna denunciamos que entre el 20 y 21 de diciembre habría una reunión cumbre del “Abya Yala” (los pueblos originarios) latinoamericanos para impulsar el proyecto geopolítico del Foro de Sao Paulo orientado a crear la patria grande socialista, a partir de la reconversión de los actuales estados soberanos en repúblicas plurinacionales sometidas al poder central del partido de gobierno. Advertimos también que se estaba propiciando el separatismo de las regiones sur peruanas. Tardíamente, recién el viernes último, sonaron la alarma tres exministros y ocho viceministros de relaciones exteriores denunciando la amenaza, y el domingo Torre Tagle contestó con una carta en la que dice que no pasa nada. En el intermedio la Comisión de RR.EE. del Congreso ha declarado ‘persona non grata’ a Evo Morales; y Vladimir Cerrón ha afirmado que la cita de este mes no se ha suspendido.
Hasta allí la anécdota.
El problema de fondo es que está en curso la revolución aymara, una etnia que agrupa a más de tres millones de personas entre el altiplano boliviano, el norte argentino, el sur peruano y el norte chileno. Sus dirigentes, los mallkus, reclaman una identidad histórica y desde el siglo XVI han asumido revueltas importantes. Entre 1895 y 1925 mantuvieron sobre ascuas a la nueva república. En 1969 cuestionaron violentamente la reforma agraria de Velasco y el 2004 se produjo el primer “aymarazo”, con el asesinato del alcalde de Ilave Cirilo Robles Callomamani. El segundo levantamiento fue el 2011 con el gobernador separatista Walter Aduviri Calisaya a la cabeza.
Los aymaras buscan alcanzar un régimen autonómico y hasta eventualmente independiente. Por tradición no son marxistas, pero sí han sido captados por la izquierda radical y no tienen fidelidad nacional al Perú, dándoles lo mismo pertenecer a nuestra patria, a Bolivia o a un proyecto precisamente plurinacional.
Su proceso es ideológico y práctico. Tiene observadores (e influencias) de Bolivia, Cuba, Venezuela y China; actualmente maneja a muchos grupos de protesta antiminera en Puno, Cusco y Arequipa; son parte crucial del Abya Yala y, en resumen, pueden llevarnos a una encrucijada para la cual el Estado en general y nuestras Fuerzas Armadas en particular deben tener listo un gran plan de contingencia.
Nota de Redacción: Para tener en cuenta…
¿Cuántos aymaras hay en el Perú?
“La nación aymara tiene un total estimado de 3’000,000 de habitantes distribuidos principalmente en Bolivia, Perú y Chile. En el Perú, se calcula que hay unos 500,000 aymaras asentados en las comunidades de origen de la región Puno y en la áreas altoandinas de Moquegua y Tacna. A esto hay que añadir a los migrantes en un aproximado de 300,000 de las áreas urbanas de Lima, Arequipa, Moquegua y Tacna. Bolivia es el país que concentra más población aymara” fuente, Markapacha.com