Siempre es bueno leer, estudiar, preguntar y así en base a una serie de análisis y conclusiones basadas en evidencias, llegar a construir criterios de información que se sustentan en la verdad o apuntan a descubrir otras verdades, por dolorosas o asombrosas que puedan serlo.
Nosotros, en MDP Minuto Digital Perú, no lucramos con nuestro esfuerzo de periodismo alternativo, haciendo del único portal de opinión editorial una ventana para la Libertad.
Por eso, hemos revisado algunos antecedentes del extraño caso del derrame de miles de barriles de petróleo en el Mar de Grau, frente a la Refinería de La Pampilla, operada por la empresa española REPSOL (Ventanilla, Callao) y su extensión por la costa de dos regiones del país (Callao y Lima), un terible suceso de daño ecológico y contaminación ambiental que tiene varias aristas para investigar.
Tomemos el primer antecedente que nos hace reflexionar sobre la posibilidad de un hecho armado (estamos tratando de ver si se puede o no establecer una relación causal en base a una serie de posibilidades), cuya base es la venta de la refinería, lo que sería un alivio a las finanzas de la empresa responsable del derrame de petróleo en un mar que a la vez, sirve de despensa para la población de Lima y El Callao.
El 26 de abril de 2013 se decía lo siguiente en los medios de comunicación:
“Esta semana se especuló acerca de la compra de la refinería La Pampilla y un lote de grifos de Repsol -sin embargo-. la noticia fue confirmada por el ministro de Economía, Luis Castilla, quien refirió que el Gobierno se encuentra interesado en dicha adquisición” (1)
¿Y cómo se inició esta “especulación noticiosa” en los medios cercanos al gobierno, o desde los medios de comunicación aliados al gobierno de aquél entonces?
En una extraña reunión a puerta cerrada, el presidente Ollanta Humala recibió en Palacio de Gobierno al presidente de Repsol, el español Antonio Brufau, para negociar la compra de los activos de esta compañía en Perú por parte del Estado peruano:
“El presidente ejecutivo de la petrolera Repsol, el español Antonio Brufau, llegó a Lima en visita relámpago con el objetivo expreso de negociar con el Gobierno Peruano la venta de la Refinería La Pampilla, ubicada en Ventanilla (Callao), y sus 333 estaciones de servicio distribuidas en el país. La mayor parte de estas últimas se encuentra en Lima, un mercado muy atractivo para quien desee invertir” (2)
La nota del Diario El Comercio ampliaba su información con lo siguiente:
“Según la misma fuente, Repsol esperaría una oferta por su 51,3% de participación en la refinería, y no por menos de eso. El 48,7% restante se encuentra en manos de administradoras del fondo de pensiones (AFP) y accionistas minoritarios”. Aquí recuerden la segunda parte de la frase, referida a las AFP, es importantísimo.
Esta venta, angustiosa venta, estaba gestándose desde hace tiempo, pero nadie quería hacerse cargo de una refinería compleja, una operación llena de deudas, que requiere grandes inversiones y adecuarse a estándares de prevención de riesgo y desastres… nadie, solo que estamos en el Perú y de la noche a la mañana, gratuitamente, desesperadamente vino el máximo respresentante de la empresa española al país. Lean por favor lo que resume ingenuamente El Comercio:
“Para Repsol, es prioritario vender La Pampilla, pues es un ‘activo obsoleto’, cuya venta le permitirá mejorar su posición económica, venida a menos desde la estatización de YPF por parte del Gobierno Argentino. La Pampilla necesita una inversión de US$2.000 millones para ser modernizada; y ese es un costo que pocos privados estarían dispuestos a pagar, aun si quisieran adquirir los 333 grifos de Repsol que constituyen la ‘cereza de la torta’ de su negocio en el Perú. Edgardo Candela precisa que esa es la razón por la cual es poco probable que algún privado adquiera La Pampilla. Trascendió que Repsol ha presentado ofertas a varias compañías de refino en Corea e India, y que ninguna se ha interesado”
Pero en medio de todos los anuncios de venta de la refinería La Pampilla (y luego se mencionó fuerte la venta de Solgas, las estaciones de servicio, etc.), comenzó una discusión que el gobierno no pudo afrontar, a pesar de poner en el extremo ese discurso nacionalista de “tener nuestro petróleo, en nuestras manos”.
Así, para noviembre, ante los escándalos, rechazos y descubrimientos que iban saliendo a la luz pública, a pesar de la arremetida de REPSOL y el gobierno por minimizarlos, se informó que:
“La empresa de capitales españoles Repsol dio un paso atrás y ya no venderá la refinería de La Pampilla y la cadena de estaciones de servicios, debido a que las ofertas recibidas no cumplieron con sus expectativas” (3)
Sin embargo, la historia no quedó allí. El año 2015 apareció la siguiente noticia en el Diario español El País:
“Repsol niega que ultime la venta de su refinería –otra vez el caso de La Pampilla- y gasolineras en Perú. La compañía remite un hecho relevante al supervisor peruano negando la operación” (4)
Es decir, quiérase o no, la noticia venía de una fuente que fue revelada por terceros, pero ante esa filtración, de inmediato REPSOL puso en movimiento su andamiaje periodístico para tapar un posible nuevo escándalo y rechazo político en el Perú. Hablamos del año 2015 cuando seguía de presidente Humala -el que tuvo la cita “urgente” con el capo de REPSOL-, y seguía de brazo derecho en estos temas “de interés” el que fuera ministro de economía Luis Miguel Castilla, relacionado con las AFP, que tienen una importante participación en la refinería.
Ahora vayamos atacando cabos, hilos y sogas que ahorcan:
Al año 2018 la deuda de REPSOL creció un 30% hasta US 1.118 millones de dólares (cerca de 1.000 millones de euros) de deuda bruta (US 1.084 millones de dólares de deuda neta).
Así se resume parte de la noticia:
“Relapasa, es decir Refineria La Pampilla SAA, lleva un año muy negativo en Bolsa, en el que sus acciones han perdido más de la mitad de su valor” (5)
Y fíjense ahora en este detalle poco observado por los defensores del derrame de petróleo:
“Relapasaa espera poner en funcionamiento un nuevo terminal monoboya en el primer semestre de 2019 que permitirá generar ahorros por aproximadamente 20 millones de dólares anuales, al permitir operar en condiciones climatológicas más adversas. El proyecto supone una inversión de 109 millones de dólares. Según la compañía, gracias al proyecto, habrá una significativa reducción de los periodos de indisponibilidad para carga y descarga de crudo y productos y mayor seguridad, garantizando el abastecimiento de petróleo crudo a la Refinería y el suministro sostenido de combustibles en todo el litoral” (5)
¿Es oficial esa información? Sí:
“Ha llegado al puerto del Callao la primera monoboya que se instalará en el país y que formará parte del cuarto terminal portuario que viene construyendo Repsol en Refinería La Pampilla. El equipo tiene 16 metros de diámetro, 11 metros de altura y un peso aproximado de 260 toneladas y posteriormente será remolcado a su ubicación definitiva frente a la costa de Refinería La Pampilla, donde se conectará a dos nuevas líneas submarinas de 18 pulgadas de diámetro, de una longitud de 4.1 Km que se introducen al mar a través de un espigón en construcción. El terminal portuario monoboya es el primero de su género en el Perú, que permitirá realizar operaciones portuarias de crudo y combustibles líquidos, inclusive en condiciones climatológicas adversas debido a oleaje anómalo. Está diseñado para operar con olas de hasta 3.5 metros de altura y podrá atender buques tanques de hasta 120,000 toneladas y 14.30 metros de calado” (6)
Y la prensa especializada también lo mencionó en su inauguración:
“Refinería La Pampilla culminó la ubicación de la monoboya en su cuarto terminal marítimo, luego de concluir el proceso de construcción de los equipos necesarios en tierra y en la mar. Gracias a este proyecto, único en su género, la empresa espera reducir los periodos de indisponibilidad de carga y descarga de crudo y productos, inclusive en condiciones climatológicas adversas debido a oleaje anómalo. La monoboya instalada en La Pampilla posee un sistema de medición de corrientes Doppler que mide condiciones de velocidad y dirección de la corrientes y olas, además cuenta con una estación meteorológica que registra velocidad y dirección del viento, temperatura del aire, presión barométrica, rumbo magnético y posicionamiento de la monoboya. Ambos sistemas transmiten información a través de fibra óptica hacia la sala de control de la refinería, por lo que se contará con la información en tiempo real que contribuye con la seguridad de las operaciones marítimas” (7)
¿Podemos decir que si se cuenta con tanta infraestructura, tecnología, equipos y supuesta seguridad, se pudo producir un derrame como el ocurrido? Creemos, opinamos que no es posible.
Entonces, ¿Podríamos hablar de un derrame provocado? Eso pensamos y lo hacemos con mucha preocupación, esperando que no sea así nuestra suposición.
¿Qué intención existiría si fuese cierto? La venta de la refinería, para su compra por el Estado peruano a precio sobrevalorado incluyendo las deudas y las nuevas inversiones.
¿Qué viene ahora, qué debeos afrontar? No lo sabemos, hay mucho dinero sobre la mesa, muchos intereses contrapuestos y muchísimos operadores mediáticos defendiendo lo indefendible… pero seguiremos investigando y analizando la información que va llegando.
Reeferencias:
Fotografía: Un ave afectada es rescatada del derrame de petróleo y es atendida de inmediato por personal del Serfor. Foto: Serfor.
(1) https://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/humala-sobre-eventual-compra-de-la-pampilla-el-gobierno-toma-decisiones-por-encima-de-ideologias-n107281
(4) https://elpais.com/economia/2015/10/26/actualidad/1445881333_956772.html
(5) https://cincodias.elpais.com/cincodias/2018/12/07/companias/1544170385_773791.html