He elegido esta frase que escribió y repitió innumerables veces Don Alejandro Miró Quesada Garland, distinguido Director General del antiguo Diario El Comercio, decano y enseña del periodismo nacional, porque tanto él como yo y a quien dirijo estas letras, mi amigo Hugo Guerra Arteaga, somos Recoletanos y Sanmarquinos, es decir, nos une la vocación, la formación, la enseñanza y los valores y principios que nos hicieron ser como somos, amantes y defensores de la libertad y de ellas, la de prensa y expresión son nuestra bandera rectora.
Recoleta que nos hizo comprender tanto como lo que es la Libertad, San Marcos tanto que nos hizo entender este maravilloso país lleno de colores y diversidad, periodismo que nos enciende en pasiones por la información, la verdad, la comunicación y el ser una constante promesa de patriotismo.
Don Alejandro, como le decía en tantas conversaciones que tuvimos, me pidió escribir en El Comercio y hubiese sido fabuloso leer a tres Recoletanos –los había más, y de primer nivel también-, pero los caminos me llevaron a otra trinchera que felizmente, compartía con él: esa importantísima tarea de servicio al país, escribiendo en Libertad.
Pasaron los años y Don Alejandro nos dejó lo que otros no pudieron alcanzar, pero en sus intentos fueron esforzados. Sin embargo, luego vinieron tiempos duros, amargos y contradictorios en El Comercio y allí fue donde se hizo del Grupo una especie de amo y señor de la prensa, algo así como un oligopolio, en mi opinión.
Y pasados los años, ya no pasaron Periodistas ni redactores como los de antes, como los de siempre, como los que se formaron bajo la mirada de Don Alejandro, con su voz en cada frase.
Se impuso el negocio y la puerta contra la cara, se impuso lo “moderno” contra lo cierto, contra la tradición y la enseñanza, como si existiera un poder ya ajeno, tal vez algo así como un poder de segunda o de sexta –en la observación popular, la definición no es mía- y eso apenó, entristeció una larga historia de honor y verdad en el periodismo.
Pues bien, o mejor dicho, ahora mal, un Periodista de El Comercio ha sido puesto contra el muro de las balas del poder, no sé si de quinta, décima o centésima pero allí está, erguido y dispuesto a dar la pelea, la batalla por la Libertad de Prensa y Expresión: Hugo Guerra Arteaga, Recoletano, Sanmarquino, compañero y muy buen amigo, un señor Periodista a quien no dejaremos que lo lapiden con manchas que no le atañen, ni ofensas que lo quieran destruir.
Desde aquí le exijo al Grupo El Comercio que se deje de odios y rencores, que admita su error y desista de tanta pelea con alguien que no los ha vejado ni hundido en el fango que otros quisieran lograr. Les exijo, porque puedo hacerlo, que respeten y recuerden que “con la libertad de expresión, es como mejor se sirve al país”.