Uno puede tener sus propias creencias, sus pensamientos y opiniones sobre las expresiones personales de un periodista o un político, de un deportista metido a temas ajenos a su profesión, o de un ciudadano en relación a lo que en ese momento se llama “la coyuntura”, es así, se respeta como se dice en palabras simples, pero no se comparte, ya que esas palabras son de cada quien y no del que las escucha o lee.
Esto se los cuento porque he visto tres veces la entrevista que el periodista Fernando del Rincón, de la cadena CNN le hace al presidente del Perú y en verdad, es una sesión de espanto, un espectáculo dantesco, una muestra de que la ignorancia y la soberbia en el poder, resultan más lesivas que cualquier herida mortal.
Algún televidente podría decir que Castillo es lo que se trata de reflejar: un hombre sencillo, humilde, de apenas palabras precisas para expresarse, un ciudadano simple de buena onda y sin culpas que ha llegado a ser presidente por un hecho inusual, de lotería, de suerte.
Esa les digo, es la imagen que se pretende fabricar, distante de la realidad por supuesto, donde tenemos a un conocido agitador comunista, violento sindicalista de varios lustros enfrentándose a los Padres de Familia que querían que no se interrumpan las clases de sus hijos (interrupción que superó los siete meses en una ocasión), un extremista que conspiraba contra los auténticos dirigentes del Sindicato de Trabajadores de la Educación Peruana hasta desbarrancarlos y que para lograrlo, o para desestabilizarlos, jamás dudó en aliarse a los grupos cercanos a Sendero Luminoso, como reseñan diversos testimonios periodísticos y gremiales.
Alguien tan violento y a la vez manipulador histriónico, se lanzaba al piso y gritaba “auxilio, me golpean”, para incentivar el ensañamiento contra la Policía que resguardaba el orden en las calles que ese señor y sus huestes, afectaban en los comercios, oficinas y tranquilidad de las personas.
Alguien tan obsesivo en el odio y la agresión verbal, que sentándose frente a una dama que ejercía el Ministerio del sector, se paraba y daba un portazo largándose para presionar favores hacia él y su argolla, antes que para el logro de la paz sindical, del acuerdo laboral, del sentido del diálogo y el entendimiento.
Ese alguien, Castillo, es hoy presidente por oportunidad, por rechazo al fujimorismo tan mal estructurado y tan mal presentado ante los electores, que perdió otra vez por una mínima de mínimas diferencias. Pero ese es otro tema, otra pelea, otro ring, otro cuadrilátero.
Ahora nos “asombramos” porque el mundo nos escucha, lo escuha mejor dicho, lo vió, lo sigue viendo y oyendo en sus mentiras, exageraciones, silencios, complicidades y defensa de la impunidad que estimula, la corrupción que lo acompaña y la desfachatez con que se se siente un “humilde” sinvergüenza.
No, no es un ignorante, es un manipulador, un artista de fonda y escándalos, alguien que hace caricatura de su rostro y lenguaje, pero que lleva en sus venas y pensamientos odio, revancha, ira, cólera desmedida.
Frente a ese reflejo de la violencia, se plantó un Periodista a conversar y su mirada, su rostro, fueron cambiando a la sorpresa de tener ante sí, a tamaño peligro para la Libertad, la Democracia y la Verdad.
En resumen, desde la esquina azul de Fernando del Rincón le dio un KO a la esquina roja de Cerrón, donde su socio y compinche no pudo comprar con palabras falsas, lo que las evidencias demuestran: que vamos rumbo al caos y la dictadura comunista, pero que aún estamos a tiempo de vencer esa afrenta.
Fotografía referencial, entrevista CNN