Vivimos en una época donde las sensibilidades se han disparado por todas partes. Un pequeño error que se cometa pude hacerse enorme y difundirse por todas partes. Las personas hoy, se tienen que cuidar mucho, especialmente las autoridades, para no soltar un comentario que pueda herir a alguien y se origine un escándalo mayúsculo.
En algunos países manifestar en público una creencia religiosa puede considerarse como un atropello a la libertad. Algunos han sido sancionados drásticamente y otros han perdido sus puestos cuando han querido enseñar algún punto doctrinal que se considere lesivo para un grupo de personas que estarían en falta.
Guardarse por cobardía
Es lamentable encontrar personas que renuncian a querer enterarse de las cosas que suceden en su país y en el mundo y optan por no leer los diarios, no escuchar a los medios y cerrar los ojos frente a la realidad. Para no sentir indignación o pena prefieren no estar enterados y vivir al margen.
Las grandes mayorías aspiran a tener una piel gruesa o una caparazón que los proteja frente a los embates de la inmoralidad y corrupción reinante. Son aspiraciones estoicas, para perder la sensibilidad y poder seguir adelante como si nada pasara.
Cuando los jefes desaparecen
La falta de justicia y la actitud permisiva de unas autoridades que dilatan los juicios y dejan que la corrupción continúe genera a la larga, en las grandes mayorías, una huida de la realidad y para no pasarla mal, buscarse distracciones que ejerzan el efecto de una anestesia. Muchos han perdido la energía y viven “sin pilas”, desorientados y desconsolados.
Surge un nuevo estoicismo
Se está formando, a la larga, una sociedad estoica, que todo lo soporta y no reacciona, una sociedad de perdedores resignados y flojos, que no hacen nada, ni tampoco les importa demasiado. Una sociedad de personas que se cierran en grupitos donde solo ven sus intereses personales y familiares y les importa poco la surte de todo un país. Una sociedad atomizada con individualidades estoicas, que pueden criticar, pero que no resuelven, porque dan las espaldas y se creen lo suficientemente fuertes para que a ellos no les pase nada. Es una suerte de autodefensa.
Reacción urgente
Para mejorar no basta con saber que se está mal, es preciso luchar con denuedo y unirse renunciando a beneficios personales, para la conquista de una situación viable con personas idóneas y probas, que sin miedo y sin componendas estúpidas, se lanzan a encontrar soluciones para salir de inmediato de la crisis.
Hay que seguir rezando para que vengan tiempos mejores con mejores personas, que son las que están haciendo falta para que la sociedad camine como Dios quiere.
Para tener en cuenta:
“El estoicismo es la capacidad o la fuerza de voluntad de un individuo para controlar sus sentimientos o emociones. Alguien estoico, por lo tanto, se mantiene firme ante la adversidad”.
Imágen referencial: Como parte de la Campaña “Ser mejores personas”, los autores e intregrantes del grupo que presentó una de las canciones más populares, cuyo video lo recomendamos ver en