Debe ser muy grande el presupuesto destinado a promover al gobierno en los medios de comunicación a nivel nacional e internacional; no es únicamente desde Lima, es fundamentalmente desde el interior, las regiones, las provincias, los distritos más alejados donde se opera esta campaña goebeliana, martillante, repetitiva y frecuente.
No se trata solamente de dinero entregado directamente al proveedor de los servicios específicos (digamos por ejemplo, de publicidad, editoriales de aplauso o entrevistas de adorno), sino que es incalculable lo que de forma indirecta se maneja a diario (auspicios, seminarios, conferencias, viajes, contratos por terceros, asesorías, consultorías, empleos familiares, alquileres, venta de insumos…). No existe en verdad, ni un solo límite para recompensar cualquier esfuerzo “militante” en favor del gobierno.
Pero como los ciudadanos son hábiles y no compran medios de comunicación impresos en la medida que lo hacían hace unos años (han caído en sus ventas en un rango de 85 de cada 100 ejemplares), y no leen en un rango de 920 de cada 1,000 personas que los observaban en sus manos, el despegue de la voz y opinión en las redes sociales ha ido en un aumento imparable.
Es cierto que al inicio las redes estuvieron inundadas de voceros de posiciones de izquierda (caviares, progres, ONG’s, comunistas, socialistas, periodistas militantes, comunicadores barranquinos, resentidos sociales, depravados, colectivos de todo color y pillaje, etc.), incluyendo a los traidores y a las fábricas de fantasmas vía los Troll Center, pero en el curso de los tiempos, se ha ido reconfigurando el panorama, al punto que ya se puede hablar de un equilibrio entre la presencia de ciudadanos por la Democracia y la Libertad, y la mercenaria presencia de izquierdistas por la dictadura y el totalitarismo.
¿Podemos hablar hoy en día que en las redes sociales se lideran las batallas por un país libre de incompetencias? Claro que sí, y en esa lucha tenaz, ardua, constante, sacrificada y valiente, las mujeres llevan la bandera del honor y la dignidad.
Mujeres en acción, tomando posición de combate por valores y principios, ese es el gran ejemplo para todos. Y de ellas, de las honestas y transparentes, ni una sola usa el protagonismo de escribir “yo lo dije”, “es mi idea”, “síganme”; al contrario, ellas escuchan, aplauden, siguen y son imparables.
En las redes sociales se encuentra el detonante, el gatillante, la mecha para encender el grito valiente y la actitud constante. Hagamos contrarevolución desde las redes sociales, para asegurar la victoria y permanencia sostenible de la Libertad.