Entender lo que ocurre en estos momentos entre Rusia y Ucrania no es un tema simple y sencillo, al contrario, está lleno de complejidades y no puede someterse al escrutinio de “opinólogos y comentarista de los medios de comunicación” que únicamente confunden o juegan para determinados intereses confundiendo a la opinión pública. Por eso, decidimos en la Mesa de Redacción de Minuto Digital Perú publicar las importantes observaciones de Pedro Baños Bajo, quien ha sido jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo.
Tomen nota y lean atentamente:
Quizá es el momento de que explique mi posición con respecto a #Rusia y a #Ucrania, por si sirve para evitar malentendidos. Con ello, tan solo pretendo que al menos estén fundamentadas las críticas que recibo, a las que siempre atiendo y que me ayudan a mejorar.
Como sabéis, respeto todas las opiniones, incluso aquellas que consideró erróneas (todos nos equivocamos, yo el primero) y que no comparto en absoluto. Incluso aguanto con estoicismo las críticas más injustas, las difamaciones, las calumnias y hasta los insultos.
Todas las personas tienen derecho a expresarse libremente y a tener sus válvulas de escape. Y siempre prefiero a quien te advierte de su animosidad, que quien la oculta o finge aparente buena relación.
Empecé a interesarme por #Rusia y #Ucrania en 2008, cuando tuve la oportunidad de recorrer buena parte de este último país en visita oficial. Allí, en las calles de Kiev vi algunas de las manifestaciones contra la #OTAN que entonces tenían lugar.
Hasta entonces, mi conocimiento sobre ambos países era mínimo. De teniente (1985-1990), había aprendido parcialmente la táctica soviética, como correspondía a la Guerra Fría que entonces se vivía.
Ya de capitán, aprendí de las historias que me contaba un capitán de origen ruso que se había pasado al Ejército ucraniano (algo muy frecuente, según me contó, tras 1991) y que era compañero de patrulla en la misión de Observadores Militares de Naciones Unidas en Bosnia (1994).
Posteriormente, durante la realización del curso de Estado Mayor (1997-1999), aprendí tanto la táctica como la estrategia del ya Ejército ruso, que en cierto modo heredaba los principios soviéticos.
A partir del citado 2008, y como interés personal -más allá del que exigía mi puesto como profesor de estrategia y relaciones internacionales del curso de Estado Mayor-, intenté profundizar en todos los aspectos de estos dos países: historia, cultura, tradiciones, idiosincrasia.
A medida que avanzaba en mis conocimientos, empecé a sentir curiosidad por Rusia, un país con un pasado tan sobresaliente como convulso, gigantesco (34 veces España), con un potencial enorme y recursos prácticamente ilimitados (energía, minerales, madera…).
Y sobre todo, admiración por el sufrido pueblo ruso, que ha padecido todo tipo de calamidades: … las desigualdades de los tiempos de los zares, la revolución de 1917, los millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial, el terrible periodo estalinista, el hundimiento de la Unión Soviética y el ninguneo internacional de la época Yeltsin.
Incluso cierta fascinación por la carismática figura de #Putin (sí, lo reconozco), quien había devuelto el orgullo al pueblo ruso, tras llegar a la presidencia del país en 2000.
También he llegado a comprender los requerimientos de #Rusia en lo que respecta a la ampliación de la OTAN y a la necesidad de garantizar su seguridad territorial.
Por todo ello, y viendo los derroteros de la #geopolítica mundial y el menguante papel de la Unión Europea en el contexto internacional, desde hace 15 años he estado abogando por el acercamiento entre la #UE y #Rusia.
Buena parte de las carencias (energía, materias primas, grano, minerales…) de la #UE pueden ser proporcionadas por Rusia, y además en condiciones muy ventajosas, empezando por la cercanía geográfica.
Además, el acercamiento de #UE con #Rusia -aunque solamente fuera en los aspectos financieros y económicos-, nos hubiera colocado a los europeos en una posición predominante en todo el planeta.
Obviamente, esta posibilidad estremecía a los adversarios geopolíticos y geoeconómicos tanto de Rusia como de la #UE. En un contexto de máxima rivalidad tecnológica, económica y #geopolitica tanto #EEUU como #China miraban con más que recelo este posible acercamiento.
En el caso concreto de #EEUU era de esperar su reacción, junto con el de la angloesfera que lidera, para impedir tal situación, y más en un momento en el que Washington percibe que ya no es la superpotencia que dominaba el mundo unipolar del que ha disfrutado desde 1991.
Por ello, la rivalidad geopolítica entre #EEUU y #Rusia hacía mucho tiempo que estaba servida. Y han utilizado a #Ucrania como instrumento de su rivalidad, con grave perjuicio para el pueblo ucraniano, como ahora estamos viendo.
Al adversario estadounidense de #Rusia se sumaban, y no con poca fuerza, los muy poderosos e influyentes ultraliberales y, por tanto, ideológicamente opuestos a #Putin.
Un sector ultraliberal que controla, directa o indirectamente -a través de inyectar ingentes cantidades de dinero-, medios de comunicación, periodistas, investigadores, universitarios, fundaciones, consejos y un largo etcétera de entes y personas. Su influencia e Europa es enorme.
No voy a hacer un repaso de la historia reciente de #Ucrania desde finales de 2013, hasta el momento actual, porque en general es bien conocida.
Tan solo recordar que los actores han sido múltiples, con fines no siempre confesables, y que además se han intentado ocultar en gran medida a la opinión pública. Nada es tan sencillo como nos lo han contado.
Por supuesto, el execrable ataque de #Rusia a #Ucrania ha modificado completamente mis perspectivas. No se puede aceptar que se utilice la guerra como un instrumento más de las relaciones internacionales, por lo que debe ser firmemente condenado.
Un ataque que la inmensa mayoría nunca pensamos se llegaría a producir de la manera en que está sucediendo. Quizá porque nuestra mentalidad democrática deseaba que nunca tuvieron lugar, por más que fuera una posibilidad muy remota.
Cierto es que #EEUU lo venía avisando desde hacía dos meses. Pero dado el contexto geopolítico, y los engaños a los que nos ha acostumbrado Washington en circunstancias similares, su anuncio tampoco aseguraba que el ataque se llegara a producir.
El resultado es que #Rusia parece haber caído en la trampa tendida por #EEUU en suelo ucraniano. Lo que le permite a la Casa Blanca tener entretenido y desgastado a uno de sus dos grandes rivales geopolíticos, y de paso seguir teniendo dependiente a la #UE.
#Putin ha cometido el error geopolítico que prácticamente nadie esperaba. Aunque consiga el éxito militar en #Ucrania el desprestigio internacional que está sufriendo le causará un enorme daño personal, que repercutirá en todo el país.
Este error de #Putin no deja de llamar la atención. Es de suponer que su Estado Mayor, junto con su servicio diplomático, habrían previsto todo tipo de contingencias una vez que lanzaran el ataque. Es lo propio ante una acción similar, de tanto calado y repercusiones formidables.
¿Quién sabe? Quizá todavía #Putin nos pueda sorprender con alguna otra acción o acciones, como lo ha hecho al lanzar este ataque masivo sobre #Ucrania.
En todo caso, #Putin una vez lanzado semejante órdago, no puede perder la partida, ni por él -se juega su propia supervivencia-, ni por su país.
No debemos olvidar que sus generales todavía tienen presente cuando, siendo jóvenes oficiales, tuvieron que abandonar, en 1989, #Afganistan por el Puente de la Amistad. Ni que ello significó el inicio del derrumbe de la Unión Soviética.
Ahora, retirarse de #Ucrania con percepción de derrota, de no haber conseguido los objetivos estratégicos, puede tener consecuencias similares. Si bien no para #Rusia como país, en su conjunto, pero sí para el actual régimen del Kremlin, lo que puede convulsionar el país.
Por ello, seguramente #Putin seguirá jugando con la baza del arma nuclear, sabedor de que el resto del mundo también sabe que, como suele decirse, no hay animal más peligroso el oso acorralado, al que no se le deja ninguna salida.
Europa tampoco va a salir especialmente bien parada.
Por más que ahora haya surgido una aparente unidad entre los países -veremos cuánto dura-, y que se estén adoptando medidas para fomentar su independencia estratégica, empezando por la energética -que tardarán en implementarse-, a corto plazo también va a sufrir las consecuencias.
Una Europa, que más allá de los intereses de #EEUU y del mundo anglosajón, debe prestar especial atención a los suyos propios, sin dejarse arrastrar por las circunstancias excepcionales de este momento de máxima tensión.
Por otro lado, atender a las consecuencias, siendo importantísimo, no es suficiente, pues tenemos que prestar atención también a las causas, que pueden quedar enquistadas y ser fuente de futuras convulsiones, sigan afectando y perjudicando al conjunto de Europa.
Sin quitarle un ápice de responsabilidad a #Putin el principal responsable del ataque a Ucrania, tampoco debemos olvidar que la administración #Biden no ha hecho el más mínimo gesto por atender a ninguno de los requerimientos de #Rusia en los días previos a dicho ataque.
Esto último es clave para entender que en #Ucrania hay muchos intereses geopolíticos en juegos, mucho más allá de los que nos muestran la mayoría de los medios de comunicación y de los analistas que en ellos participan.
Estos días es comprensible que, incluso aquellos analistas que tengan una perspectiva mucho más amplia del conflicto se abstengan de hacerla pública, dado el histerismo colectivo en el que se está envolviendo a la población europea.
Lo mismo que sucede con la #desinformación por más que algunos se empeñen e insistan en que solo procede del bando ruso, no hace falta ser el mayor de los expertos para darse cuenta de que prolifera en ambos bandos, para condicionar a las poblaciones.
Ahora, es el momento de encontrar soluciones, sobre todo para socorrer, con el mayor esfuerzo posible, al pueblo ucraniano. un pueblo que ha sido instrumentalizado por intereses geopolíticos de otros países, que es el que está sufriendo principalmente las consecuencias.
Nota de Redacción: El autor del presente hilo detectado en la redes sociales – Twitter- y convertido en artículo por la Mesa de Redacción de MDP Minuto Digital Perú es Pedro Baños Bajo @geoestratego Militar español, colaborador televisivo habitual, es el primer militar de la democracia española en presentar un programa de televisión, habiendo regentado el espacio de investigación La mesa del coronel para la cadena Cuatro en 2019.
Pedro Baños Bajo coronel del Ejército de Tierra y diplomado de Estado Mayor, actualmente en situación de reserva, ha sido jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo. Ha participado en misiones en Bosnia y Herzegovina (UNPROFOR, SFOR y EUFOR), y es hoy uno de los mayores especialistas en geopolítica, estrategia, defensa, seguridad, terrorismo, inteligencia y relaciones internacionales. Es autor de Así se domina el mundo y El dominio mundial, ambos publicados por Ariel.