Con la monserga de que “no los dejan trabajar” este gobierno incapaz y corrupto pretende tapar su desastrosa gestión. A ello se suma la pretendida convocatoria a una Asamblea Constituyente para “luchar contra los monopolios y las injusticias”.
Ya el comunista Castillo demostró su total desconocimiento de lo qué es un monopolio. Recordemos aquella entrevista del verano de 2021 en la que el periodista Diego Acuña desnudó la ignorancia del entonces candidato y hoy ilegítimo presidente. Ni qué decir del “estate quieto” que hace poco le metió el congresista Carlos Anderson a su par comunista Portalatino en el programa de Exitosa dirigido por Nicolás Lúcar o la enésima vergonzosa presentación de alguien que dice ser premier. No hay caso que la ignorancia es atrevida.
La actual situación que pasa una gran parte de la ciudadanía es preocupante. Tras años de haber combatido con éxito a la pobreza y extrema pobreza, hoy en día miles de peruanos han vuelto a la condición de pobres y míseros por la impericia e incapacidad desde el punto de inflexión que significó el gobierno de una pareja de aventureros. Debemos ser claros, todo empezó el 2011 pero es con la desastrosa gestión del genocida Vizcarra y de sus gabinetes y en particular de su Rockstar ministra es que empezó el desastre. Ni qué decir de estos casi diez meses de desgobierno del comunista que dice que “30×7=221 o habla de la existencia de 1200 países”
Para aquellos que vivimos los años 80s nadie nos va hacer olvidar de las generaciones alimentadas con Nicovita (alimento para pollos), tripas y grasa de pollo y otros “alimentos” que eran parte del menú popular. Acaso nos podemos olvidar de la escasez y del hambre.
Los peruanos se tuvieron que organizar en comités de vaso de leche, comedores populares y ahora las llamadas ollas comunes. Solo la solidaridad de las Iglesias Católicas y Evangélicas permitió afrontar esos años de hambre. Con el inicio del gobierno del Presidente Fujimori se organizaron varios programas sociales para afrontar los años hasta que la economía resurgió.
Ya a mediados de los 90s y en el presente siglo el Perú cosechó lo que se sembró. Emergió una clase media, la capacidad adquisitiva se fortaleció y la miseria y pobreza retrocedieron. El boom de la gastronomía fue el reflejo de ello.
Hoy de nuevo vivimos el pavor de sentir hambre, de que los niños y jóvenes en edad formativa no ingieran las proteínas necesarias. Esto traerá resultados irreversibles.
Las organizaciones sociales agrupadas en comedores populares, comités y ollas comunes reclaman apoyo de un gobierno incapaz que solo sabe decir que “todo lo malo es debido a 200 años de olvido” pero en Palacio de Gobierno y en casas de la “burrocracia roja” comen toneladas de alimentos gourmet que nunca en su vida imaginaron comer, mientras extorsionan a los que sufren hambre. “O me apoyas o no hay ayuda”; es la amenaza que pende sobre los más necesitados
Es hora de un cambio en Palacio de Gobierno, en un Ministerio de Economía inmóvil y en un MIDIS lleno de incapaces. No podemos soportar más a un personaje que dice ser premier, cuyo nombre no me acuerdo (como diría el mismo, debe ser un miserable).
El Perú no merece esta nueva desgracia.
#FueraCastilloCerronBoluarte