La propuesta de cambio de la bandera nacional, para pasarla de blanca y roja a un diseño con colores parecidos a los del pabellón boliviano, no merecerían una sola línea por su estupidez evidente. Sin embargo, hay que ver con cuidado el trasfondo de la insistencia refundacional de los comunistas, quienes son esencialmente traidores a la patria.
La congresista Nieves Limachi Quispe, del partido aliado del gobierno Perú Democrático (ligado a Bermejo) fue quien envió al presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, una propuesta ciudadana para cambiar la bicolor. Lo hizo a sabiendas de que el artículo 49 de la Constitución describe y determina ese distintivo, y que cualquier agravio a los símbolos patrios es reprimible de acuerdo al artículo 344 del Código Penal.
La noticia sobre esto se filtró el fin de semana desde el entorno de la PCM, que ya la había remitido al Ministerio de Defensa para su estudio, recibiendo como respuesta que el proyecto era “improcedente”. Por tanto se trataba de un nuevo psicosocial para distraer a la opinión pública frente a la crisis planteada por la censura inminente a varios ministros en el Congreso; cosa que queda en el aire con el cambio parcial del Gabinete realizado el domingo.
También se advirtió que la jugada era propiciada por Torres como parte de su lucha contra Cerrón, quien inmediatamente dijo vía Twitter que “Perú Libre jamás ha propuesto tal despropósito”.
Más allá de lo anecdótico debe precisarse que Limachi Quispe pertenece a la línea dura del marxismo pro cubano; y según la interpretación de algunos miembros de la comunidad de inteligencia el proyecto forma parte de los acuerdos de la alianza de Sendero Luminoso con el castro chavismo que se produjeron en La Paz, Bolivia, por intermedio de Evo Morales, el 10 de mayo de 2018; cuando Pedro Castillo y miembros del Movadef ofrecieron y gritaron “Mar Para Bolivia”.
Así estamos frente a parte del plan del comunismo continental que busca destruir a la República del Perú para reemplazarla por un Estado Plurinacional Socialista igual que Bolivia, y tal como tratan de hacer los constituyentes extremistas en Chile.
El agravio se produce en vísperas del Día de la Bandera (7 de junio) y cuando el congresista Wilson Soto de AP debe informar sobre la acusación constitucional por traición a la patria contra Pedro Castillo. Así que, atentos, probablemente encontremos más elementos de la conspiración comunista.