Mes a mes el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) elabora la Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas, en la que se evalúa las perspectivas que tienen las empresas de la economía a través del índice de confianza empresarial. Este indicador es importante porque permite determinar el comportamiento presente y futuro de los agentes económicos en el país.
Así, el indicador que mide la expectativa de la economía a tres meses avanzó un punto de abril a mayo y pasó de 34.9 a 36.1 puntos. En efecto, el indicador se mantuvo en terreno pesimista por 14 meses, el periodo más largo y sostenido desde que se lo analiza.
Por otro lado, a doce meses, el indicador de situación actual del negocio cayó de 50 a 49 puntos, y pasó a terreno pesimista.
Una menor confianza implica menor inversión, por lo que una caída en la inversión privada limitaría el crecimiento económico y la generación de empleos formales en el país. Al respecto, el BCRP estimó que la inversión privada para este año crecería un 0%. Sin embargo, otras entidades financieras estiman que se contraerá. Tal es el caso de Citi, que proyecta que la inversión privada seguirá desacelerándose en lo que resta del año. Tras crecer un 0.8% en el primer trimestre, en el segundo trimestre la inversión privada tendrá un crecimiento nulo o negativo.
Dicha proyección se explica por el fuerte deterioro de la confianza empresarial a lo largo de 2021 y lo que va de 2022, acentuada durante el primer trimestre. Al respecto, la incertidumbre generada por la inestabilidad política y la crisis de gobernabilidad es un factor crucial que desincentiva la inversión privada, así como pone en tela de juicio la viabilidad de los proyectos que se tienen en cartera en la actualidad.
Asimismo, a la incertidumbre se le suman riesgos internos relacionados con la potencial escalada de conflictos sociales, que mantienen en vilo el desarrollo de la minería, con lo que se estaría desaprovechando el entorno internacional de altos precios de los metales para consolidar la recuperación, generar más empleo y mejorar los ingresos de las familias. Y en el contexto actual, ¿Cómo podrían afectar las decisiones del Gobierno a las inversiones?
De acuerdo con últimas cifras de ProInversión, la cartera priorizada de proyectos de asociación público-privada (APP) y proyectos en activos para el 2022-2023, actualizado a mayo último, asciende a más de US$ 9,100 millones, comprendidos en 46 proyectos en los sectores de saneamiento, educación, salud, turismo, transportes, energía, comunicaciones y otros.
A lo anteriormente descrito, se sumaría el reciente proyecto de ley para nacionalizar el cobre y crear la empresa estatal “Las Bambas SAC”, que pone aún mayor riesgo a la baja para la proyección de la inversión privada y, por ende, las estimaciones del crecimiento de la economía. Esto sin dejar de mencionar las constantes afirmaciones sobre cambios a la Constitución, que como se sabe lo único que logran es desestabilizar al país y poner en riesgo las inversiones.
Por tal razón, según el Citi, la proyección del crecimiento del PBI para el 2022 es del 2.8%. Aunque la cifra está por encima del crecimiento del 1.9% esperado para Latinoamérica, se ubica por debajo del crecimiento potencial peruano, del 3.5%. Esto debido principalmente a la desaceleración de la producción e inversión minera en el país, generada por la conflictividad social (ver Semanario Comexperú 1122).
Por un lado, es importante entender que sectores como la minería dan soporte a la economía peruana y, por ello, no debemos desaprovechar las inversiones en esta cartera, en un contexto en el que se prevé que el precio del cobre y el oro se sostendrá en niveles altos durante lo que va del presente año y en 2023. Por otro lado, es clave elevar la competitividad en el país a partir del impulso de inversiones en sectores estratégicos que permitan generar más y mejores empleos.
Finalmente, cabe destacar que el sector privado ha tenido un rol importante al dinamizar la economía y ser un gran aliado del Gobierno en las últimas décadas, a partir del respeto de principios como la apertura comercial, la libre competencia y el fomento de la inversión privada. Por ello, es importante brindar las condiciones adecuadas para fomentar mayor confianza en los inversionistas, que permitan lograr un mayor crecimiento económico y reducir la pobreza, así como generar mayor bienestar para los ciudadanos y sus familias.