Muy molesto me envía un dinámico del centro, es decir un ladrón, un corrupto, un sinvergüenza, un mensaje que luego borró diciendo que deje de escribir diciendo que ellos, los ladrones, los sinvergüenzas, los corruptos, no lo son y que representan más bien, la esperanza de los pobres y de los pueblos olvidados del país, absurdo por supuesto.
Si no fuese yo una mujer formada por padres honestos y humildes, sino fuera joven y respetuosa de mi familia y sus esfuerzos, sino fuera estudiante y trabajadora al mismo tiempo y con igual orgullo, tal vez –es una hipótesis negada-, tal vez hubiera quedado en silencio esperando que haga su voluntad dicha persona que se presentaba como sensata y limpia, pero como soy Sanmarquina, provinciana y del Cono Norte y me siento alejada de la corrupción, tengo el privilegio de decirle a esos dinámicos del centro que pueden volver por el desagüe de donde provienen, porque no entendería otra procedencia para ellos.
Ni una sola mujer debería blindar, apoyar o encubrir a los asesinos de las mujeres como fundamento de la sociedad y la Familia, es ilógico que alguien defienda al extremista Cerrón o sus huestes cobardes que violan derechos, agreden trabajadoras y maltratan mujeres.
La práctica revolucionaria de los agresivos militantes y dirigentes del partido comunista Perú “libre” está probada en las calles cuando con machetes y armas punzocortantes desfilan insultando a los ciudadanos que no les siguen, está probada en los atropellos que hacen instalando hordas en plazas públicas y denominando a esos espacios “zonas de combate”, está probado cuando proclaman a diestra y siniestra su carácter ideológico burdo y represivo si llegan al poder. Pero en su cobardía dicen no ser comunistas, ni marxistas leninistas, pero son exactamente la misma definición del partido comunista Sendero Luminoso.
Vean lo que ellos mismo dicen: “Por tanto, decirse de izquierda cuando no nos reconocernos marxistas, leninistas o mariateguístas, es simplemente obrar en favor de la derecha con decoro de la más alta hipocresía. Partidariamente no hemos encontrado otra forma de interpretar el mundo” (Ideario del partido comunista Perú “libre”).
Tienen tantos discursos y tantas frases sueltas, que a pesar de las evidencias, algunos creen que no son la porquería que se extiende en las mentes de los más incautos. Se trata de un partido violento, extremista, del mismo lenguaje y actitud de los movimientos terroristas que tanto daño han hecho al país. Muestran varios rostros para “deslindar” responsabilidades o errores. Uno es el rostro del Partido, otro es el del gobierno, otro el de los dirigentes, otro el de los funcionarios nombrados en el Estado siendo militantes del partido. Ante cualquier tropiezo, le echan la culpa a uno de sus rostros, jamás al partido.
Y lo dicen en su Ideario, pero nadie lee: “nuestra organización no debe confundir los roles del Partido y la del gobierno, una crea las condiciones subjetivas y la otra las objetivas” (es textual la mala redacción de los comunistas).
Quieren decir que uno de sus rostros crea la violencia en las calles, el enfrentamiento ideológico y el golpe brutal a los medios y organizaciones populares para dominar todos los escenarios del debate y la consigna. El otro rostro, crea las condiciones legales desde el gobierno y el congreso, que les permiten seguir expandiendo sus huestes, sus hordas, sus soldados de la revolución (subprefectos por ejemplo).
La acción “de un rostro” se evidencia a diario. Eso de pegarle a una joven mujer porque es periodista, eso de insultar a una joven mujer porque no quiere que abusen de ella, eso de menospreciar, agredir y abandonar a una mujer, es propio de los comunistas, de las repugnantes izquierdas llenas de cobardes, asesinos, traidores y violadores que se esconden inclusive como catedráticos en algunas universidades y ONG’s. No acepto por eso, no acepto ni hablar con esos criminales de la feminidad y la libertad.
Su feminismo es cosa de acomplejadas, de ausentes de Amor, de arrugadas en el corazón. A mí no me vengan a decir que hay que comprender a las que promueven el asesinato de un niño por nacer, ¡No! Eso es inaceptable, cobarde, ruin. A mí no me vengan a decir que hay que comprender la generalización de la violencia como un “derecho fundamental en la política”. ¡No! Eso es inaceptable.
Y miren bien los hechos porque se van haciendo como el hilo de un mensaje en las redes (las acciones comunistas no son aisladas, se unen en el tiempo y en las formas para dar impacto sin retroceso). Por ejemplo, así como se quiere legalizar el asesinato de un niño por nacer, así como se quiere acelerar intencionalmente y por manipulación el suicidio de un desesperado anciano abandonado a su suerte, o promover legalmente el fin de muchas vidas que no tienen soporte de salud o de familia a su lado, hoy vemos que los comunistas vestidos como partidos que ya no se llaman “comunistas”, se hacen los hipócritas, los solidarios, los mentirosos gestores de la igualdad y los inútiles voceros del enfrentamiento hacia una nueva democracia que felizmente nadie acepta.
El país va a la deriva, sin capitán y sin pilotos, solamente con algunos pasajeros desesperados que claman porque los escuchen en la hora fatal, pero nadie les hace caso, como en la historia del Perú, que mientras pocos luchan por la Libertad, muchos se rinden al atropello y la injusticia, para gozar de prebendas.
El epílogo de todo esto es que el partido comunista Perú “libre” entra en extinción por inanición política, pero impulsa milicias armadas para recuperar espacios y controles.
¿Lo vas a permitir?
Imagen referencial, armando las milicias comunistas en Venezuela