“Somos lo que somos, nada más” le decía Miguel de 81 años a César de 76 y Juan Pedro de 79 sentados en la banca del parque que los cobija hace algún tiempo, luego del agotador desplazamiento desde sus casas, todos los días a las 10 de la mañana, cuando hace menos frío, cuando poca gente transita en las calles de Magdalena del Mar.
Miguel, César y Juan Pedro no son “promoción” pero se entienden a pesar de la sordera avanzada de uno de ellos, el lento hablar de otro y la terquedad de los tres cuando hablan de política.
¿Qué hacen tres viejos trabajadores y buenos abuelos hablando de política, si hasta el voto en ellos es facultativo? –Eso me dicen mis nietos- menciona Juan Pedro “para que te molestas abuelo si las cosas son diferentes ahora”
Y aunque parece ser verdad, no es facultativo sentirse responsable, es una obligación –como la siente cada uno de ellos-.
Y de igual forma, Natalia y su nieta están en el parque, otro de la ciudad de provincia, y ven a los demás, pero los demás no las ven. Y es que la sociedad civil no es ni sociedad, ni civilizada, las abandona porque son responsables, es al revés de lo que era normal, cuando las responsables eran imitadas y hoy, es pecado social.
Ese ejemplo de tres, debería ser escuela para todos. Ese ejemplo de dos, también.
Muchas veces leemos, nos indignamos, discutimos, opinamos. Los que pagamos impuestos, trabajamos, estudiamos, nos casamos o nos separamos, sentimos a nuestra Familia con angustias y anhelos ¿tenemos tiempo para la política?
¿Tienes Facebook, Twitter o participas en redes sociales?
El 90% de las clases medias lo hacen y no trasladan sus voces más allá de cada tweet o cada “me gusta”. Y luego, cuando un mediocre es elegido, volvemos a la misma secuencia de cólera e indignación cuando nos reunimos con la familia o los amigos, tal vez en un momento del trabajo.
Más de cuarenta peruanos están haciendo sonar sus nombres como posibles candidatos a la presidencia del país el 2026; más de cuarenta peruanos creen que es posible ganarse la tinka sin comprar el boleto, juegan a la oportunidad que los considere como “outsider” y eso, no funciona así.
“El, es un corrupto; es yanqui, su abuela es rusa, su hijo es boliviano, se casó dos veces, es gay, su esposo no trabaja, su papá es un asesino” eso es lo que todos los días reseñan sus palabras sin contenido, sin propuestas, sin ideas para un país que requiere líderes y seguimos pensando en el futuro… sin tener presente.
¿Estamos perdidos? No, de ninguna manera. Debemos ser como Miguel, César y Juan Pedro, con la vitalidad de sus mentes, para sentirnos obligados a participar levantando nuestra voz.
No estamos ni arriba, ni abajo. Nuestra banca del parque se llama Clase Media y llegar hasta esa posición nos ha costado generaciones de trabajo, familia y educación.
Recuerden: ahora nos toca a nosotros! Hay que construir ahora, no mañana.
Fotografía referencial para ilustrar el artículo, CSC Cuenca