El aumento exorbitante del precio de los alimentos, del gas de uso doméstico, de la gasolina de cualquier octanaje, del servicio de luz eléctrica, agua potable, telefonía celular, internet, alquiler de habitaciones, departamentos y viviendas, es imparable. ¿No te afecta?
El aumento terrible de los actos de corrupción, el saqueo a la economía nacional por parte de los miembros del gobierno, desde la familia del presidente hasta sus ministros y demás círculos de nombrados funcionarios en el Estado por orden del partido comunista Perú “libre” y sus aliados (Somos Perú, APP, Podemos, Juntos por el Perú, Partido Morado, Movadef, etc.) no se detiene, ni son detenidos por la Policía Nacional, ni procesados por el Ministerio Público ni el Poder Judicial. Los más conspicuos rateros fugan amparados, protegidos y encubiertos por el gobierno y diversos representantes del Ministerio del Interior, según informan los medios cercanos al poder, ¿No te molesta, no te preocupa eso?
El Perú es hoy en día un país sin imagen de respeto en el contexto internacional, por la cantidad de absurdos planteamientos que hacen Castillo y su séquito argollero en cada foro, reunión o evento diplomático. Somos el hazmerreir completo, desde la forma en que ha ido cambiando la vestimenta del presidente, con sombrero y sin sombrero, con saco sin cuello al estilo Evo Morales o casaca de marca como las decenas compradas en su último viaje, o la costosa tenida de la vice presidenta en viaje europeo con “diseños andinos” exclusivos, o mejor dicho, bastante pintorescos, hasta las frases que cada uno de ellos y sus ministros sueltan como pretendiendo dar imagen de inteligencia al hablar, pero siendo una vergüenza absoluta en esos dichos de fonda o corralón. ¿No te da vergüenza, no te indigna acaso?
Ese lenguaje tan burdo y a la vez ofensivo del primer ministro, la apretada angurria del de cultura, el silencio de quienes están en trabajo y agricultura, las palabras fuera de lugar del turístico ministro del ambiente, todo ese desastre de gentes y penuria de acciones, ¿No son suficientes para despertar algo de malestar y proponer algo de respuesta?
Nuestra nación se desinfla y agota, pierde reservas internacionales y también pierde la reserva más valiosa de todas: miles de jóvenes que están emigrando porque no ven presente, ni sienten que habrá futuro. Esa es una señal que se está ocultando, la emigración silenciosa.
Cada vez más, aumenta la informalidad y se aprieta en tributos y cobranzas coactivas a las clases medias y a los emprendedores que son los más afectados en el impacto económico del desastre que vivimos y sufrimos. Las familias se angustian porque se pierden empleos y se pierde estabilidad económica en casa, nacen otros problemas y se generan angustias que dividen justamente a las familias, cuya sostenibilidad se afecta, como digo, cada día más.
La delincuencia en y desde el gobierno nacional, es parte de lo natural y nada la detiene, crece tanto como la desesperanza.
Y con todo este cuadro oscuro y lúgubre, ¿Qué te puede impulsar a salir a protestar hasta que se vaya el gobierno izquierdista que es el principal problema que tenemos?
¿Habrá que sacrificar vidas jóvenes como lo hace la izquierda cobarde? ¿Debemos pagar cupos a los medios de comunicación para que mientan e inventen lo que sea y así generen de la mala intención un odio exacerbado e imparable a los que gobiernan, es decir a sus socios de ahora? ¿Cuánto estarán cobrando los de la planilla de Odebrecht que antes se vestían con gorritos brasileños y fungen de demócratas?
Indignación, cólera, desilusión, apatía, ausencia de líderes…
No es sólo la movilización popular la salida, entiendan que si en cada hogar no existe la semilla de la protesta y de la respuesta, nunca llegará el día y seguirá la penumbra.