“La noche de nuestro triunfo ha llegado, la mentira es la nueva verdad“ anónimo.
Lo que viene sucediendo en el mundo no es inusual, se trata de la construcción de nuevos lenguajes, nuevas verdades, nuevos diálogos y antiguas costumbres represivas bajo moldes diversos, que tienen como fin aburrir a los ciudadanos para que eviten elegir al mejor o lo que consideran mejor.
Por ejemplo, cada vez es menos obligatorio ir a votar, a cumplir un deber cívico. La libertad de elegir te la están quitando bajo el argumento que eres libre de ir a votar o libre de no hacerlo y que la función de hacer atractiva la participación ciudadana, es potestad de los partidos. Así, en cada elección menos personas van a votar y la legitimidad se reduce a darle mayoría a los votos de una minoría. Parece una estupidez, pero sucede y lo avalamos inconscientemente porque nos estamos acostumbrando a que sea correcto lo incorrecto, como también puede ser aceptado legal, lo ilegal.
Miren la confusión sobre lo que significa Libertad de elección, con cumplimiento de un deber ciudadano, de dar un voto. Tú sabes que eres libre de elegir a quien quieras, pero para hacerlo, tienes el deber de asistir a votar. La libertad está en dar y decidir tu voto.
En otro rumbo, los medios de comunicación están perdiendo espacio de control con las noticias y las informaciones, ya que las personas comunican más rápido y mejor lo que ocurre en cualquier parte del mundo.
Los nuevos video reporteros están encarnados en un joven escolar o universitario, en una estudiante o trabajadora, en un padre de familia o una señora acudiendo al mercado con su esposo, en cualquier persona armada de un celular y ganas de compartir en las redes sociales. A ellos, los medios no les pagan, pero hacen lo imposible por capturar sus evidencias de lo que ocurre en la calle. Y, llegan tarde.
Del mismo modo, las ideas personales, opiniones individuales, posiciones, pensamientos, actitudes, juicios y rechazos, están escritos, filmados o grabados en las redes y los medios de comunicación no pueden hacer nada por impedirlo, porque son de humor y de indignación, de paciencia y de motivación, de fe y de esperanza, mucho más importantes que las noticias sobre el odio y la violencia que nos inundan a diario.
Los medios tradicionales, renovados o reconvertidos, no tienen esa acogida de la gente por la gente, así maquillen sus cifras para impresionar con millones de seguidores inactivos, fantasmagóricos.
Adónde vamos, nadie los sabe, pero si te convencen que ir a votar en un proceso electoral ha dejado de ser un deber, entonces pierde sentido la participación ciudadana, porque tampoco consideras válidos los canales de esa participación, como los partidos políticos. Dejas en manos de cualquier incapaz, imbécil o mediocre tus decisiones y quién debe de gobernar, para después quejarte y no hacer nada, como ahora ocurre, en que luego de molestarte, gritar o protestar, no sucede nada.
Adónde vamos, nadie lo sabe, pero estabas leyendo, viendo o escuchando un medio de comunicación parametrado con el poder de turno, ese que le paga millones de tus impuestos para que adorne y maquille la imagen del gobierno y la de los que cobran también millones, como Ministros o funcionarios del Estado, por servir a la Nación, que tal paradoja.
La libertad de prensa no escapa a todo esto, porque cada día es más pequeñita, desmontable y controlable. No es libertad, porque ya no es prensa lo que interesa, sino control, poder, engaño y aberración.
Es como un tonto programa en televisión, donde invitaban a tres que discutían y la gente supuestamente votaba por el mejor. Pero amigos y enemigos, ese voto, no garantizaba una verdad, imponía casi siempre una mentira como verdad. Y hacía que lo aceptemos así.
Para que no te quiten tu Libertad, participa en las redes sociales, no en la suciedad de las tradicionales, de las manipulables por el dinero y la sumisión ante el poder.