Las izquierdas en el mundo están cada vez peor, ya que esconden los registros de las violaciones de millones de mujeres, sobretodo niñitas y jóvenes, cometidas por orden de sus inspiradores –como Stalin, Mao, Fidel Castro, Che Guevara- y tampoco se encuentran dispuestos a explicar la cruel represión o los asesinatos, torturas y desapariciones forzadas de sus “modernos ejemplos” como Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega y recientemente, la despiadada ejecución, el genocidio de cientos de miles de personas en todo el mundo, pero en especial en América Latina, pretextando con el COVID-19 esta matanza que encubre negocios turbios sobre la vida humana.
El juego perverso del poder político es atroz, miserable. Recuerden cómo las noticias sobre redes de pedofilia y abusos de menores de edad, ejecutadas por políticos en islas caribeñas fuertemente resguardadas por milicianos comunistas o tropas privadas de alquiler se fueron debilitando y a veces, muy raras veces, sale en las noticias algo de esos procesos, mientras mueren testigos o delatores.
El juego perverso no es sólo en la política, lo es en la salud también y en el falso discurso de protección a los pobres y a los niños en especial. Muy por el contrario, el objetivo de los criminales del tráfico y el abuso sexual es ponerse una o varias máscaras de hipócrita bondad, para lograr cierto aire de colaboración oficial y así arrasar impunemente a sus víctimas, a los niños, a las niñas, a los adolescentes en pobreza. Para las ONG’s de izquierda, los pobres no tienen derechos humanos.
Por ejemplo, para nunca olvidar, vamos a reseñar algo de dos bandas criminales –esa es nuestra opinión para definir a los que a nuestro criterio encubren, minimizan u ocultan estos hechos ante la opinión pública-, se trata de organizaciones repudiables que se han esforzado en un lobby mediático vergonzoso, al cual, por supuesto, muchos periodistas han acudido con sus manos extendidas para saborear el dinero manchado por la historia de terror de las víctimas.
La Agencia española EFE reseñaba la siguiente nota, allá por inicios del 2018:
“Más de 120 trabajadores de organizaciones no gubernamentales británicas fueron acusados de abusos sexuales el año pasado (2017), según reveló días atrás el diario The Sunday Times, quien destapó que cooperantes de Oxfam contrataron a prostitutas en Haití tras el terremoto de 2010”, mientras el hambre y la desesperación agobiaban a cientos de miles de haitianos. Los representantes de Oxfam realizaron orgías en viviendas acondicionadas a tal efecto, viviendas que eran alquiladas con dinero proveniente de donantes de todo el mundo, hombres y mujeres de buena voluntad que pensaban que sus colaboraciones eran destinadas a salvar y defender vidas, no a efectuar abusos sobre mujeres, borracheras y orgías, pagando cupos a la policía cuando escalaban los escándalos.
Un ex trabajador de la Cruz Roja y de las Naciones Unidas, Andrew MacLeod, advirtió en el 2018 al periódico británico The Sunday Times, que existe una falta de respuestas contra la “pedofilia institucionalizada” entre los cooperantes de las ONG’s en misiones internacionales.
Sin embargo, lo que sí existía era y sigue siendo un “patrón”, una costumbre, un protocolo para la pedofilia y el abuso sexual, pero las ONG’s involucradas solamente tomaban “acciones disciplinarias” o informaban a las autoridades “minimizando los delitos”. No acusaban, no denunciaban a sus funcionarios, porque algunos de ellos eran del más alto nivel de dirección.
En estas redes del crimen, una de las ONG’s más escandalosas ha sido Oxfam, cuyos antecedentes no van solamente relacionados con Haití y cómo abusaban y manipulaban sobre la pobreza, hambre y angustia por medicamentos y comida o dinero a los damnificados, pidiendo a cambio que se entreguen sexualmente al abuso. El periódico “The Observer” reveló el 2018, en febrero, las acusaciones de un antiguo trabajador de Oxfam que detalló cómo los cooperantes utilizaron a mujeres extremadamente pobres para obligarlas a prostituirse en el Chad el año 2006.
No es un evento, no es uno o dos hechos aislados, es una cadena criminal a lo largo del tiempo, que se ha ido ocultando cobardemente y a la vez, ha ido usando el silencio de los medios de comunicación como encubridores rentados, sino, ¿Hay otra explicación racional, transparente? Sigamos leyendo.
“Según la Comisión de Beneficencia del Reino Unido, se determinó que Oxfam no investigó correctamente la denuncia de que algunos de sus trabajadores contrataron prostitutas y realizaron orgías en las dependencias pagadas por la organización mientras se realizaban las acciones de ayuda tras el devastador terremoto de 2010. El escándalo es aún más fuerte porque Oxfam no puso atención a las denuncias de que en estas orgías, niños y niñas entre doce y trece años sufrieron abusos sexuales”
Es decir, Oxfam protegió y encubrió a los representantes que cometieron crímenes contra los Derechos Humanos de menores de edad. Oxfam se calló nuevamente.
En febrero de 2018, el escándalo que algunos medios y pocos periodistas denunciamos internacionalmente, fue sorprendido por la siguiente noticia:
“Tras conocerse que miembros de la ONG británica Oxfam abusaron sexualmente de víctimas del devastador terremoto de Haití en 2010, salieron a la luz otras 120 denuncias contra miembros de diversas organizaciones -también británicas-, como Save The Children, Christian Aid y Cruz Roja. Ante este escándalo, renunció la vicedirectora de Oxfam, Penny Lawrence”
Lawrence tuvo que admitir ante las evidencias que se hicieron públicas en todo el mundo, que ella “ya conocía la situación y la encubrió”.
¿Y recién renunció una vez que se denunciaron los crímenes mediáticamente? La vice directora de Oxfam no habla de delitos, no dice abusos sexuales a menores edad, no dice acoso sexual a jóvenes británicos voluntarios en su propio país. No, ella habla de “la situación”. ¿Ese es el nombre que los encubridores de Oxfam le ponen al delito contra los derechos fundamentales de las personas?
Existen más ONG’s involucradas en estos delitos contra los Derechos Humanos
Los primeros en ser descubiertos en ese protocolo de abusos sexuales fueron Oxfam y Save the Children, la Cruz Roja y luego Médicos Sin Fronteras, que también, ante las revelaciones de medios independientes, comunicó que se registraron en el seno de su organización decenas de casos de abusos sexuales. Estas ONG no protegen a las víctimas porque silencian las denuncias, sino que protegen y encubren a los victimarios, a los abusadores, ya que varios son altos funcionarios e incluso, directivos del más alto rango.
El dinero de los donantes y colaboradores es usado –en nuestra opinión- para desviarlo hacia el pago del silencio en los medios y los políticos, de diversas formas, como cuando hacen sus arreglos los cárteles del narcotráfico para seguir operando.
Y para que vean que todos estos abusos son una secuencia perfectamente organizada para delinquir en el tiempo y que son parte de la conducta institucional en Oxfam por ejemplo, podemos colocar lo que el diario español El País publicaba antes de ser “presionado” para suavizar las noticias:
“Una exjefa de Oxfam, encargada de gestionar las denuncias internas, ha aportado nuevas y explosivas acusaciones al escándalo en que está envuelta la ONG, al asegurar que la dirección de la organización – de Oxfam- ignoró sus informes sobre la magnitud del escándalo de abusos sexuales. Helen Evans, que tras abandonar la organización en 2015 la denunció ante la Charity Commission, el organismo regulador de instituciones caritativas en el país, habla de abusos a voluntarios adolescentes en las tiendas de la ONG en Reino Unido, y asegura que un informe interno reveló que uno de cada 10 empleados había sido testigo o experimentado ataques sexuales”.
Miren ustedes: Uno de cada 10 jóvenes que trabajan como voluntarios en las tiendas de la ONG Oxfam en el Reino Unido, fueron testigos o fueron víctimas de ataques sexuales. ¿Saben cuántos criminales fueron procesados y sentenciados con condenas ejemplares? Ni uno. Y después hablan de países “desarrollados” y a nosotros nos dicen “primitivos”. Preguntamos: ¿El Reino Unido, sigue apoyando con dinero a estas ONG’s?
Finalmente: Estas ONG’s son una gran peligro para nuestros niños, niñas, jóvenes, mujeres y población en general. Por eso, nosotros consideramos que no deberían estar en nuestro territorio y por sus antecedentes contra los Derechos Humanos, tienen que ser expulsados.
Fuentes adicionales:
https://elpais.com/internacional/2018/02/13/actualidad/1518525478_453421.html
https://elpais.com/internacional/2018/02/11/actualidad/1518346674_396742.html#?rel=listaapoyo