En el Perú los hechos suceden de una manera tan rápida y sorprendente que nadie puede predecir cuándo será la caída de este desgobierno corrupto e incapaz del cual forma parte indubitablemente Dina Boluarte como vicepresidenta y ministra desde el inicio y antes cajera de confianza del entonces candidato y hoy “presidente “, el comunista Pedro Castillo.
Anoche, pasadas las veinte horas, Castillo despidió vía su cuenta de Twitter al entonces ministro del Interior Mariano González, el llamado “ministro del amor”. Una hora después -aproximadamente-, juraba su reemplazo, un desconocido Comandante PNP en situación de retiro. Tras ello el flamante ex ministro salió a la prensa vía los programas televisivos de Panamericana, Latina y N a “poner en evidencia” lo que sabemos desde el inicio o sea que Castillo es el presunto cabecilla de una organización criminal que vendría saqueando las arcas fiscales desde “el vamos” (28 de julio del 2021); para lo cual se prepararon tras “su victoria” en las írritas elecciones del año pasado, tal como se ha mostrado a través de una serie de denuncias y pruebas.
Cuando todos pensaban que las pruebas definitivas las pondría en la mesa el empresario corrupto Zamir Villaverde, la caviarada había introducido según el propio González- a un “caballo de Troya” en el corazón del propio gobierno o sea en el gabinete ministerial con el fin de dizque “luchar por la Democracia y acabar con la corrupción”.
Qué tal cuajo de quienes son responsables de esta crisis y “gobiernan” desde hace 22 años sin haber ganado nunca una elección. La caviarada no solo ha sido promotora de la candidatura de Castillo sino cómplice desde un inicio de este régimen. Qué autoridad moral tienen quienes han emputecido la Democracia y son parte del saqueo del presupuesto mediante asesorías, consultorías y puestos en el Estado.
¿Dónde estuvo el ex ministro del “amor” en junio del 2021 cuando la ciudadanía empezó a salir a protestar contra el fraude? Por cierto aplaudiendo “el triunfo” de Castillo. ¿Con qué autoridad moral viene entonces a plantarle la cara al Congreso y a la Fiscalía de la Nación para que “hagan su trabajo o la sociedad civil saldrá a marchar”?
No señor González; usted diga lo que sabe y no ponga condiciones. Usted está para ser otro colaborador eficaz y no el nuevo defensor del Orden Constitucional y menos promover la sucesión constitucional que pondría a Dina Boluarte en Palacio de Gobierno. ¡No señor!
El Perú no requiere cambiar mocos por babas sino extirpar el cáncer enquistado en el Perú y ello pasa por una fumigación que implica la salida de comunistas, caviares, cómplices y tontos útiles del Estado.
En los años del Velascato, se acuñó una frase para combatir a sus enemigos políticos a los cuales se les enfrentaba desde medios oficiales y oficialistas como el diario Expreso, secuestrado desde marzo de 1970 y llamado desde entonces “el mastín de la revolución”. Esa frase se repetía sin cansancio; “APRA-Ultra-CIA, la misma porquería”. Hoy los demócratas decimos; “Castillo, Cerrón, Boluarte y compañía son la misma porquería”.
El tiempo se acabó. Vacancia para Castillo y Boluarte. Sucesión Constitucional a través de una nueva Presidencia del Congreso y elecciones con nuevas autoridades electorales; las mismas que incluyan la elección del Congreso y la proscripción de organizaciones criminales disfrazadas de partidos “políticos” cuando son en verdad fachadas de los herederos del terrorismo y operadores del saqueo del Perú.
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