La ignorancia es el peor de los males. Las sociedades y los estados deben organizarse bien para erradicar la ignorancia de sus ciudadanos.
La ignorancia es ausencia de conocimiento debido. Impide lo que es necesario conocer para vivir en armonía dentro de una sociedad. El conocimiento debido es necesario para que el ser humano pueda amar a sus semejantes. Sin amor el hombre se animaliza y puede ser peor que una bestia.
La conciencia moral
El amor y la conciencia moral están plenamente unidas. Con la conciencia se distingue el bien del mal, pero eso exige un previo conocimiento, que se obtiene cuando se recibe una educación moral (en casa y en la escuela).
Toda persona tiene en su naturaleza inscrita la ley natural que se resume en los primeros principios de una ética correcta: hacer el bien y evitar el mal. Con la formación moral de la conciencia se le hace ver a la persona como está estructurada para que pueda lograr el desarrollo de sus talentos.
Los fines de la educación
Cuando una persona se casa, se le enseña que el fin de su matrimonio es la procreación y la educación de los hijos. Traer seres al mundo también es lo propio de los animales, pero en los seres humanos se agrega, como deber esencial de los padres, la educación de los hijos, por eso se dice que los papás son los principales educadores.
La educación es tarea fundamental de los padres y ésta no se reduce a la preparación académica de los hijos, tampoco a una capacitación técnica o de procedimientos, la educación apunta primariamente a la formación moral de la conciencia, conseguir que sean buenas personas viviendo las virtudes morales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Estas virtudes son el eje de las demás y se articulan bien con las sobrenaturales: la fe, la esperanza y la caridad, que son las que llevan a Dios y permiten que el hombre viva con Dios y se ponga en el camino de la Vida Eterna.
El ser humano pera conseguir ser idóneo dentro de una sociedad, necesita años de formación y ésta debe ir de acuerdo con la verdad. No solo es un conjunto de conocimientos, sino también la práctica de las virtudes humanas: sinceridad, lealtad, veracidad, laboriosidad, audacia, valentía, sencillez, optimismo, honradez, alegría…
Cuando hay descuidos en la formación de la conciencia
Cuando hay un descuido en la formación de una persona, por ausencia de una familia o de una educación adecuada; cuando no se ha vivido de acuerdo a la verdad, para comprender mejor a las personas, y cuando se guardan resentimientos, que podrían generar un complejo de inferioridad, se estaría dejando que las personas no salgan de la ignorancia y vivan con una jerarquía de valores equivocada.
Es peor ser malo sin saberlo, que sabiéndolo; tal vez este último tenga más culpa, pero el primero es más peligroso, porque no solo se equivoca en sus planteamientos, sino que cree que tiene la razón.
La ceguera del soberbio
Santo Tomás de Aquino definía a la soberbia como “la pasión más mala por la cual se cree que se está en la razón y los demás están equivocados”
El ignorante cree que sus mentiras son verdad; no actúa con la inteligencia sino con una voluntad hinchada, que le hace padecer de un voluntarismo banal; una suerte de fanatismo terco: que le hace repetir frases estereotipadas, y con tanta vehemencia, que está convencido que sus mentiras son verdad. Es incapaz de detenerse para iniciar un razonamiento correcto. Solo repite las mismas frases, y otras fuera de concepto.
Solamente otra persona ignorante podría quedar convencida con el discurso de un ignorante atrevido; y el motivo del convencimiento, es puramente sentimental y superficial. Son las emociones y las ocurrencias del momento, que surgen por un resentimiento compartido de envidias con odios. Es más fácil amenazar o tirar piedras que razonar. Lo razonable sobra para el voluntarista.
Los ignorantes empedernidos en una causa, sueltan una sarta de mentiras como si fueran verdad y viven en un consenso que es totalmente político o de complicidad para un asalto en busca de un beneficio.
Es un amor desordenado y brutal con grandes deseos de poder, donde se aprueba el cinismo y la traición como dos actitudes naturales que son consecuencia de las confrontaciones. Quienes se encuentran atrapados en esos enredos no saben nada de lealtad o fidelidad. Solo les interesa, y con voracidad, la prebenda prometida. Destruyamos las mentiras combatiendo la ignorancia con la educación.
Para tener en cuenta:
“Como ignorancia se designa la carencia de conocimientos o información, tanto a nivel general como específico. En este sentido, una persona puede mostrar ignorancia sobre algún asunto o materia particular, o sobre un campo completo de conocimientos. La palabra, como tal, proviene del latín ignorantĭa, que significa ‘no conocer” (Diccionario).
La ignorancia también alude a la condición de aquellos individuos que, como resultado de no haber recibido educación o instrucción de ningún tipo, son ampliamente desconocedores de una gran cantidad de materias”. (Diccionario).
Como ignorancia supina se denomina el tipo de ignorancia relativo a asuntos básicos de la vida. En este sentido, se dice que la ignorancia supina se deriva de la negligencia de una persona en aprender o adquirir los conocimientos esenciales de aquello que debería o podría saber. Un ejemplo de ignorancia supina sería el de una enfermera que no sabe inyectar, pues, según su profesión, es su deber haber aprendido a hacerlo”. (Diccionario).
La ignorancia invencible la posee quien por diversos motivos, ajenos a su voluntad, no puede salir de ella. La ignorancia vencible la tiene en que, poniendo los medios que se le alcanzan, puede salir de ella. Toda persona tiene obligación de salir de la ignorancia, para no perjudicarse o perjudicar a los demás.