En conmemoración de los 122 años del natalicio de Luis Alberto Sánchez Sánchez (1900-1994) con quien me une el ser recoletano [1] y aprista, escribo estas líneas con la intensión de traer el espíritu de quien inició su andadura por la literatura, publicando en el boletín escolar su cuento “Los ladrones audaces”, desde el año siguiente que ingresó al colegio en 1908.
Numerosas fueron las semblanzas históricas y cuentos que aportó Luis Alberto al boletín del colegio hasta finales de 1916; año en que concluyó los estudios secundarios para ir al encuentro de quien sería el amor de su vida, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Pero no pretendo que estas líneas sean un recuento de su obra, para ello les recomiendo que lean lo publicado en Minuto Digital por Arena Constanza [2], una joven periodista peruana que escribe bajo ese seudónimo.
Estas líneas son simplemente, como el titulo lo sugiere, jugar con palabras para refrescar de manera irónica, tocar el real problema que aún debemos resolver los peruanos. Ponernos de común acuerdo para actuar en medio de lo que en 1958 retrato Luís Alberto como un país adolescente.
Con excelente exposición literaria, Luis Alberto logra la magia de impresionar una fotografía narrada del Perú, que como en el papel transmite rasgos, texturas y luces, en la mente de sus lectores. Incluso hace análisis del presupuesto fiscal, para transmitir él alma de lo que ocurre entre sectores del país y completar el espíritu de su impresión fotográfico-literaria.
Nos describe a una minoría plutocrática “amparada por el dinero fiscal y las armas del estado” y la mayoría laboriosa sometidas “a las alternativas del servilismo o el terror”. En 1958 nos transmitió también, que el centralismo limeño en la educación se había dividido en dos sectores: los que buscan formar “elites humanistas” y los que quieren formar “elites técnicas” y que al margen del debate habían quedado los que propugnan “formar ciudadanos”.
Nos describe también: “la potencia locomotriz de los ríos peruanos que nadie aprovecha”, de cómo los peruanos “instintivamente equilibran su regusto”; y que “su fe ande en crisis, pero su esperanza no”. Pero desde mi perspectiva dos grandes pilares de su genialidad fotográfico-literaria están: en el primer capítulo, donde describe el cuerpo del país, y en el cuarto; donde describe a un país políticamente monocrático “porque el presidente de la republica es convertido en eje de la vida pública y privada”.
Por ello los peruanos debemos tener presente que: presidentes ladrones, algunos más audaces que otros, se han cruzado con este país adolescente a lo largo de su historia y que no podemos permitir que una vez detectado uno, dentro de ese estado monocrático, se mantenga un presidente así por más tiempo. No son seis “presi-delincuentes”, o siete con el actual, como dice uno que vocifera por calles y plazas queriendo borrar sus culpas delincuenciales y de ser asesino de policías. Eso lo dice, uno que se quiere convertir en un ladrón más con banda, dado que solo conoce una historia incompleta de los presidentes del Perú.
Además de ello. Los problemas por resolver en un país aún adolescente, como son: la generación de empleo, crecimiento económico, informalidad, inseguridad, salud, desigualdad en la provisión de servicios básicos (agua, saneamiento, educación seguridad y salud), informalidad requiere que nos pongamos de acuerdo por una simplificación estructural. Un verdadero regionalismo, que solucione la locura que significa una descentralización que multiplica el estado por 25.
Por ello debemos ser capaces de volver a analizar la descripción que nos dejó Luis Alberto para convencernos que allí esta una de las claves para la solución de los problemas del Perú. Además, que los 32 años de historia de los presidentes regionales [3], hoy gobernadores regionales, están plagados de tantos “ladrones de gallinas” y “ladrones audaces” como la presidencia de la república lo ha estado durante los doscientos años de vida republicana.
Finalmente, despido estas líneas recordando que la apuesta de un país políticamente monocratico es arriesgada y que los peruanos tenemos que ser conscientes que la institución de la presidencia de republica necesita de cambios constitucionales que le protejan de la debilidad humana y que estas líneas recordando la memoria de Luis Alberto son en agradecimiento a lo que hizo en su vida, por el colegio y en lo personal por mi familia.
[1] Gentilicio correspondiente a los que estudiamos en el colegio Sagrados Corazones Recoleta. Para mayor detalle de los peruanos que pasaron por nuestras aulas les comparto el resumen publicado por el blog de la promoción 1979 RP Hervé Thomazo http://recoleta1979.blogspot.com/p/antiguos-recoletanos.html
[2] https://minutodigital.news/recordando-politicos-de-prestigio-no-como-los-de-ahora-luis-alberto-sanchez-o-simplemente-las/
[3] Los primeros presidentes regionales fueron elegidos en 1990.