Los domingos no es usual, pero ocurre que los estropajos de las izquierdas están secos y necesitan humedecerse un poco para verse en movimiento, de lo contrario pueden rayar el piso o causar absorción por error, la misma que se impregna en su composición o mejor dicho, descomposición.
¿Qué es lo que pasa los domingos con los cómicos intérpretes del gobierno, aquellos de militancia en redes sociales y quincena en ministerios y organismos del Estado?
“Descansan” de sus incontables mensajes, tuits y discusiones en la vía pública, para dormir sobre sus camas mal tendidas, sucias, polvorientas y pestilentes de un sudor pegajoso que se ha hecho parte de la tela como una costra, como un chicle también. Un asco, eso es, así viven, así moran. Pero si se los dices, responden como siempre cualquier tontería, tratando de iniciar una discusión sin sentido, porque la suciedad de ellos ha penetrado hasta en sus cerebros. Por eso, al sucio, no hay que decirle que es sucio, porque se ofende en su inmundicia.
Izquierda denigrante, malpensada, manipuladora, entregada a ser porquería llena de odios (y no les puedes mencionar esa realidad, porque sueltan cualquier adjetivo en desvío del tema).
¿Se les puede curar, existe un tratamiento? No, es irreversible aunque tienen “espacios de silencio” o momentos de revelación, pero son circunstancias pasajeras. La izquierda comunista, socialista, progre, caviar, ambientalista pero “pro” minería contaminante, o ecologista pero “pro” invasión de sembríos de coca y amapola, es impensable en un mapa de unidad nacional, de esfuerzos por reconstruir al país.
Es en esa forma de existir que con la modernidad, internet, la web y redes sociales, la agenda totalitaria de los extremistas de izquierda ha creado “los troles” de la semana, contando con invertidos, divertidos y revoltosos del lenguaje y la palabra mal dicha. A ellos, a los troles de la semana, los dirigen rentados comunicadores que se hacen llamar periodistas, que trabajan en medios donde inyectan palabras y pequeños odios, pero es en sus alumnos y secuaces donde la hipodérmica se llena para colocarse en las mentes de los que caen en sus mensajes, produciendo “brallans o intis” que no son más que dos hologramas en “oscurecencia”, apagándose, “desiluminándose”.
Las comunicaciones hoy en día se encuentran rentadas para manipular, alquiladas para condicionar. Los domingos, de escasez mental en las izquierdas –algo tradicional-, muestran a los menos favorecidos de sus huestes, con sus pocas neuronas haciendo de proclamadores de mensajes que buscan respuestas, de eso se trata, de provocar respuestas en la gente inteligente, en los trabajadores, en las mujeres, en los jóvenes que no tienen porqué creer esos mensajes de odio y maldad de los voceros rentados y alquilados –vuelvo a decirlo-, de las asquerosas, degradantes, perversas y malintencionadas izquierdas que pululan en las redes y cuyo fin, es seguir igual, en su lodazal, pero contaminando y ahogando a los demás con ellos.
Mi consejo: No pises el lodo del camino desviado, sigue el rumbo de la razón.