Así como Fitch Rattings calificó de negativa la situación de EsSalud, lo mismo realizaron asegurados y sus familiares que de manera natural respondieron a la presencia del presidente Castillo en el hospital Eduardo Rebagliatti. Ello porque EsSalud sigue siendo un Institución transgresora, presa fácil de políticos, donde se multiplica el empleo de allegados y se favorece con compras y contratos a “terceros”.
Evidente que los resultados económicos de EsSalud de los últimos años están influenciados por la selección de presidentes ejecutivos y directores, donde incluyo también al personal de alta gerencia. Dado que se repiten los mismos errores al enfrentar los problemas, no logrando equilibrar ineficiencias provenientes de lo político.
Todos los directores deben ser responsables de garantizar que los recursos que administra EsSalud, de acuerdo lo dispuesto por el artículo doceavo de la constitución, sean intangibles y no puedan ser destinados a fines distintos de los de su creación. Por ello el consejo directivo de EsSalud en su conjunto debe ser responsable de garantizar que la institución tenga una adecuada calificación y salud financiera, no incurra en gastos pagados a terceros y acumule excedentes suficientes para financiar los planes de inversiones que requiere.
Sin embargo, varias administraciones “estiran” la interpretación sacándole la vuelta a la disposición constitucional. Así importantes recursos que administra EsSalud, que anualmente suman US$ 3,600 millones de dólares en contribuciones recaudadas, benefician a terceros por atenciones a asegurados realizadas a través de proveedores. Esto incluye hospitalización, exámenes y diagnóstico por imágenes. Asimismo, en informe que publicamos el año pasado comunicamos que el déficit de camas a nivel nacional producto de la ineficiente política de inversiones era de 2,821 camas.
Diversos problemas estructurales no han sido resueltos por la burocracia de EsSalud. El primero, el subsidio cruzado entre el seguro agrario y el seguro regular, el cual además se mantiene inadecuadamente registrado en estados financieros, como cuentas por cobrar (servicios prestados al seguro agrario) a pesar de que todos sabemos que es un incobrable. Por otro lado, en los últimos 5 años el crédito fiscal por IGV se imputó como ingreso en el rubro de otros ingresos; y el tercero, deuda por aportaciones que mantienen entidades publicas y privadas por un total de S/. 3,200 millones (aprox. US$ 800 millones de dólares). Estos factores junto con lo mencionado en cuanto al crecimiento de gastos con mayor velocidad que los ingresos, sustentan de por si una deficiente o negativa calificación, en una institución de la magnitud de EsSalud.
Finalmente, el presidente Castillo y el presidente ejecutivo de EsSalud Gino Dávila Herrera han recibido la real calificación que tiene la institución. El repudio de asegurados y sus familiares fue directo, inmediato, además de justificado como hemos sustentado con las cifras presentadas. Los asegurados y sus familiares viven en carne propia el embalse de atenciones y las deficiencias con las que opera EsSalud, por ello, no se diga que fue una protesta orquestada.