En los últimos diez años la comercialización del cannabis ha ganado acceso a consumidores en muchos países del mundo debido a su probada eficacia para mejorar condiciones como la ansiedad, insomnio, epilepsia, náuseas, y dolor crónico. No solo se ha autorizado el cannabis de uso medicinal, sino también el industrial e incluso el de uso “recreativo” ampliando las oportunidades de generar negocios legales, que paguen impuestos y generen trabajo formal.
El cannabis ha sido considerado el alucinógeno más comúnmente consumido en el mundo, lo que ha generado que la venta de esta sustancia se desarrolle en la base de un negocio informal de dimensiones muy grandes con canales de micro comercialización bastante amplios y riesgosos para el consumidor final, debido a que conseguirlo formalmente sigue siendo difícil ante la falta de descentralización y limitaciones legales en el mercado formal. La mayoría de usuarios de cannabis registrados en Perú consume productos del mercado paralelo.
A continuación, describo algunas variables a considerar cuando los consumidores compran productos derivados del cannabis.
Recomendación médica, estandarización, riesgos de contaminantes y trazabilidad
Es conocido que en el Perú la automedicación es muy frecuente y constituye un riesgo. El médico especializado en cannabis no solo entiende su mecanismo de acción, sino que requiere dosificar a los pacientes en base a las condiciones o enfermedades que presentan. Es por eso la importancia de conocer las concentraciones de cannabinoides que existen en los productos, algo que no se puede saber en la oferta de productos informales/ilegales y esto implica, normalmente, su adquisición en farmacias con receta médica.
El proceso de fabricación de un producto formal asegura su concentración y potencia; los productores informales/ilegales no pueden garantizar a los consumidores y a los pacientes este nivel de calidad. Algo muy importante es que el producto formal garantiza que no contenga contaminantes como metales pesados, hongos, pesticidas o bacterias patógenas. En resumen, un producto derivado de cannabis debe tener un certificado de análisis (CoA) que confirme el contenido de cannabinoides en la etiqueta (miligramos por mililitro [mg/mL], que esté libre de contaminantes, así como su origen y trazabilidad. Por último, un producto de calidad posiblemente también tendrá reseñas en internet, que pueden compararse con el CoA.
Impacto de nuevas tecnologías y variedad de portafolio
El cannabis medicinal legal tiene un arma poderosa en la innovación tecnológica en su batalla contra los productos ilegales. La innovación se ve reflejada no solo en los productos, sino también en los empaques y vías de administración novedosos. La legalidad genera también mejoras en “retailing” y la última milla de manera transparente y con trazabilidad. A pesar de las estrictas regulaciones e impuestos, el cannabis legal comenzará a verse más típico, como otras industrias agroindustriales innovadoras, debido a que bajarán los costos y precios, siendo más accesible al consumidor.
Generación de empleo e impuestos
Países como Estados Unidos, México y Canadá se encuentran haciendo estudios sobre esta planta y cada vez se acercan a que podría mover el mercado mundial y convertiste en uno de los principales productos que reemplace al crudo.
Es así que hay estudios donde indican que Estados unidos ya ha generado, en la industria del Cannabis, más de 240 mil puestos de trabajo, y se calcula que más de 80 mil de esos puestos son dedicados al cannabis, y en el Perú también se puede hacer lo mismo.
Si tomamos en cuenta el ingreso a las arcas del Estado, vía los impuestos la legalización del cannabis en EEUU ha generado más de USD 3.7 mil millones en ingresos fiscales de las ventas en el 2021. Eso es un aumento del 34 % en comparación con los ingresos que los Estados recibieron de las ventas de cannabis en 2020.
Esto es solo un ejemplo del potencial de generación de impuestos y trabajo formal de esta industria. Con todos estos beneficios el gobierno debería priorizar la evaluación de esta industria.
Conveniencia
Por último, la conveniencia es una variable muy importante en la decisión del consumidor. El cannabis legal tiene empaques, etiquetas y certificaciones de seguridad más elegantes comparado al ilegal, y algunos consumidores están dispuestos a pagar más por ello. Por otro lado, los productos informales se consiguen en encuentros secretos riesgosos, mientras los productos formales se pueden adquirir en una farmacia o vía el delivery brindándole seguridad al consumidor.
El Congreso también aprobó la ley de cultivo asociativo, lo que implica que la producción de la asociación sea consumida por los asociados, no pudiéndose generar venta fuera de esta. Es importante enfatizar que es siempre saludable utilizar los servicios de los laboratorios de certificación en cada cosecha para permitir visibilizar la calidad de los extractos de estos cultivos, por lo tanto, es clave que la asociación tenga la asesoría de un especialista para que los oriente en el consumo adecuado en base a sus dolencias.
La próxima vez que esté evaluando la compra de productos derivados de cannabis piense en su seguridad, en su salud y en el impacto en la sociedad. Los productos formales no solo son más seguros, también generan empleo formal y generan ingresos al Estado.
Nota de Redacción: el presente es un artículo de Raúl Injoque, PhD. Director de Desarrollo de Negocios Futura Farms www.futura-farms.com