No se trata de un acto unilateral o de una decisión improvisada al margen de la legislación vigente, se trata de la aplicación estricta de la Ley y la Constitución y por ello, tanto la Policía Nacional del Perú, el Ministerio Público y el Poder Judicial han activado los procedimientos exigidos en la secuencia que se está ejecutando con absoluta transparencia y tranquilidad, para no afectar al imputado ex presidente, ni tampoco a los que desde la vereda de las fuerzas democráticas seguimos atentos a cada acción que se sigue.
Pero además, los ciudadanos estamos atentos a la captura de los cómplices de Castillo, entre los cuales se encuentran sus familiares directos –como la esposa, hijos, cuñada y hermanos- y ese engranaje de asesores que fueron las cuerdas del titiritero y que provenían de varios partidos políticos y movimientos regionales de clarísima conexión con el narcotráfico y el proscrito sendero luminoso, cuyos herederos han ocupado cargos públicos estratégicos en la seguridad nacional y el sistema de inteligencia, algo inaudito.
El dictador comunista fue apresado, detenido y procesado, pero en esa historia, los ciudadanos ejercieron sus deberes de actuar, para efectuarse la detención ciudadana, ante lo cual, el cobarde ex presidente retrocedió justo al llegar a las cercanías de la embajada mexicana, gobierno cómplice de Castillo, cuyo embajador debería ser expulsado de inmediato.
México debe aclarar muchas cosas, como no haber alertado la extraña llegada de miembros de los cárteles para reunirse en secreto con Castillo en la región Amazonas y Cajamarca, junto con el identificado “jefe del opio”, el escurridizo “Don Carmen”… ¿O no sabían de ello?. ¿A ese nivel se encuentra la oscura diplomacia mexicana y su extrañísima cooperación con el grupo también muy oscuro de Castillo, o es una especulación imparable y solamente confusa?
Y no sólo es México, sino Venezuela junto con Cuba -los narcoestados alaidos con Petro en Colombia y Ortega en Nicaragua-, ya que nuestras investigaciones y los testimonios que recogimos hace más de un año, evidenciaban la presencia, control y dirección de los clásicos agentes de inteligencia castrista que al igual que los chavistas, impregnaron “la nueva escuela” de espionaje, chantaje, extorsión, persecución y ablandamiento sobre medios y ciudadanos, empresas y miembros de las fuerzas armadas.
¿El Perú está en una situación muy delicada? Si. ¿El Perú podría caer nuevamente en estas contínuas escenas de vacancia, cierres del congreso y violencia política? Sí.
¿Y entonces, qué se necesita para que eso no ocurra? Participar y elegir bien, nada más.