Los miembros del régimen de Biden han demostrado su desprecio total por la ley y los procesos democráticos. Ellos protegen a sus aliados políticos sin importar los crímenes que cometen, y persiguen a sus adversarios políticos, sin importar la evidencia -que demuestra su inocencia-.
La derivación penal del comité del 6 de enero llevado a cabo por la Cámara en contra de Donald Trump es una alerta sobre la manipulación totalitaria. Es absurdo creer que los pocos, desarmados y desorganizados manifestantes que entraron al Capitolio estaban tratando de derrocar al Gobierno. Sin embargo, al régimen de Biden y a quienes lo habilitan en el Congreso, no les importa la verdad.
El comité abandonó las garantías procesales y tenía listo su veredicto antes de revisar la evidencia. El comité tenía dos propósitos: (1) distraer de lo que la investigación debería examinar de verdad y (2) satanizar a los adversarios políticos del régimen de Biden: Trump, sus seguidores y todos los estadounidenses que pueden ver y comunicar la verdad.
El 6 de enero, casi todos los manifestantes en Washington, DC, creían en su causa legítima y estaban ejerciendo sus derechos constitucionales. De la misma forma lo hacían los representantes que impugnaron las elecciones cuestionables.
Los demócratas instrumentalizan las protestas
Los marxistas que ahora controlan el Partido Demócrata han trabajado por 50 años para dividir el país en segmentos raciales. Barack Obama también ha promovido la falsa narrativa del racismo sistemático durante y después de su presidencia. Esto preparó el terreno para las protestas en 2020; no es coincidencia que hayan sido justo antes de las elecciones presidenciales.
El Partido Demócrata de alguna forma ha logrado que las protestas de Black Lives Matter sean violentas, con la ayuda de Antifa, y aun así desviar la culpa y satanizar a Donald Trump.
Con respecto a las protestas del 6 de enero, aparentemente Trump tenía la culpa. Los medios tradicionales y los demócratas catalogaron a aquellos que entraron al Capitolio como unos peligrosos insurreccionistas, pero la evidencia sugiere que ellos cayeron en una trampa. Necesitamos una verdadera investigación de lo sucedido el 6 de enero para determinar si en 2021 agentes provocadores incitaron a una turba a entrar al Capitolio.
Los demócratas instrumentalizan el Estado profundo
El FBI se ha vuelto una rama del Partido Demócrata. Además de interferir en las elecciones de 2016 en contra de Trump y socavar su presidencia, ahora sabemos que el FBI interfirió en las elecciones de 2020 al censurar la verdad y promover mentiras a través de Twitter.
Los grupos corporativos, dueños de medios tradicionales, se aliaron con los demócratas, republicanos, oligarcas y Wall Street para restaurar la política bipartidista “China primero” que Trump había cambiado. Los burócratas federales se unieron para asegurar la continuación de su autonomía, que Trump amenazaba.
La alianza del régimen de Biden con los medios ha suprimido la verdad y amplificado las mentiras sobre indicadores económicos, COVID-19, frontera, crimen, inflación, etc. La polarización deliberada de la sociedad a través de la satanización conlleva a que millones de personas no vean a través de las mentiras ni descubran la verdad.
Los demócratas usan al fracaso como un pretexto para la intervención
Muchos estadounidenses han dejado de lado la inflación y el crimen para enfocarse en alejar del poder a aquellos personajes, quienes han sido manipulados para identificar como insurreccionistas y racistas. La satanización no permite que los estadounidenses vean que la inflación y el incremento del crimen son parte de una estrategia intencionada para convertir a nuestra nación en una dictadura.
Los estadounidenses tradicionalmente ven a la política con el supuesto implícito de que, a pesar de las fuertes diferencias en cómo lograrlo, todos buscan el bien común. Esto ya no es verdad, incluso la mayoría de los adversarios al régimen de Biden no lo ven.
La política energética es un ejemplo claro. Los críticos expresan que la guerra contra la energía del régimen de Biden pretende transicionar hacia energías renovables y proteger el medioambiente. Disminuir la producción y aumentar los precios no llevarán a una transición hacia energías renovables, ni ayudará al ambiente en el corto o mediano plazo. La producción de energía más limpia y segura en el país ha sido sustituida por una producción más peligrosa y sucia en el exterior.
El régimen de Biden usa lo que llama “la crisis climática” como un problema fachada, tal como usa a la supremacía blanca y la insurrección. La crisis climática no es algo que la ciencia haya determinado. El régimen y sus medios aliados satanizan a cualquiera que esté en desacuerdo, así como llaman a los más de 70 millones de personas que votaron por Trump insurreccionistas y supremacistas blancos.
Toda política local y exterior perseguida por el régimen de Biden es destructiva. Los costos energéticos más altos empeorarán los estándares de vida. El gasto excesivo ha creado inflación. No hacer cumplir las leyes ha creado más caos y crimen. Aumentar quizás 10 millones de migrantes ilegales en cuatro años suma al crimen y al caos.
La visión antiestadounidense de los demócratas
El régimen de Biden ha fortalecido a los enemigos implacables de la libertad —China e Irán— que tienen poco interés en apoyar los levantamientos de la gente frente a sus gobiernos tiránicos. La guerra del régimen en contra de la energía le ha dado mayor poder a Rusia. Simultáneamente, el régimen ha debilitado nuestra milicia con su ingeniería social y obligatoriedad de las vacunas.
Junto con esta destrucción, el régimen de Biden ataca y erosiona la libertad. Una República democrática no puede sobrevivir a la justicia politizada. El régimen y sus aliados oligarcas coluden para violar la primera enmienda con censura, el sello del totalitarismo.
Los oligarcas favorecen el modelo de China. A ellos les gusta el poder ilimitado y centralizado sobre la gente y rechazan la visión de nuestros fundadores sobre un gobierno de la gente. Ellos prefieren trabajo sin derechos y que los estadounidenses sean dependientes del Estado, manejado por ellos y sus aliados.
Nada de esto es una coincidencia o causado por la incompetencia. Es un asalto deliberado para transformar nuestro país. Los demócratas, republicanos e independientes dan vía libre al desastre por no reconocer y contraatacar la agenda totalitaria del régimen de Biden. Nos volveremos una dictadura si no reconocemos las mentiras y la manipulación.
Nota de Redacción: el presente artículo escrito por Steve Hecht, fue originalmente publicado con el título de “Todo lo que quiero por Navidad es conciencia del totalitarismo” y con el subtítulo acompañando: “Resistir la progresiva tiranía del régimen de Biden o sucumbir ante él”
Puedes leer a Steve aquí en Minuto Digital Perú o en el siguiente enlace: impunityobserver.com