De acuerdo con cifras de Sunat, las exportaciones totales entre los meses de enero y noviembre de 2022 registraron un valor de US$ 57,384 millones. Al exceptuar del análisis los envíos registrados por Lima y Callao, Ica lideró los envíos departamentales al mundo, con US$ 5,990 millones, seguido por Áncash, con US$ 5,673 millones; Arequipa, con US$ 5,309 millones; La Libertad, con US$ 3,967 millones, y Moquegua, con US$ 2,880 millones.
Debido a las recientes protestas y el bloqueo de carreteras en el país, evaluamos la importancia de los principales departamentos del sur que vienen siendo afectados por actos violentistas en las últimas semanas. Entre ellos se encuentran Ica, Arequipa, Apurímac, Cusco, Puno y Ayacucho, cuyas exportaciones en el periodo analizado sumaron un monto de US$ 17,694 millones en 2022. Eso significa que concentraron aproximadamente un 31% de nuestras exportaciones totales entre enero y noviembre de 2022. Sin embargo, en conjunto, sus exportaciones tuvieron una caída del 6.1% con relación al mismo periodo de 2021, lo que contrasta con el crecimiento del 59% que registraron en 2020.
Por otro lado, hay que resaltar que el desempeño individual de los departamentos cayó en 2022 con respecto a 2021, en el periodo de análisis, a excepción de Arequipa, que creció un 9.7% respecto de 2021. Entre los que más cayeron tenemos el departamento de Apurímac, con un valor exportado de US$ 2,010 millones y una caída del 33.2%; seguido por Puno (US$ 1,757 millones; -19%), Cusco (US$ 1,905 millones; -8.5%) y Ayacucho (US$ 722 millones; -3.7%).
En cuanto a los principales destinos de exportación, China, EE. UU., Japón y Canadá fueron los principales para las exportaciones departamentales. Por ejemplo, Ica mantuvo una mayor interacción con China, hacia donde realizó envíos por US$ 2,151 millones en el periodo analizado. Le siguen EE. UU. (US$ 1,106 millones), Japón (US$ 903 millones), Corea del Sur (US$ 289 millones) y Países Bajos (US$ 279 millones).
De igual manera, Arequipa reafirma sus lazos comerciales con China, su principal destino exportador, hacia donde realizó envíos por US$ 2,237 millones. Le siguen Japón (US$ 770 millones), EE. UU. (US$ 579 millones), Canadá (US$ 489 millones) y Suiza (US$ 314 millones). En términos generales, la evolución de exportaciones a China, a nivel departamental, es la más favorable, ya que son 8 los departamentos en los que este país genera los mayores ingresos por exportación.
Los productos tradicionales, sin duda, son los que mayores ingresos generan para la mayoría de los departamentos. La minería es el principal sector exportador de los ubicados en la zona sur del país, que son los más afectados por los últimos actos violentistas y en donde el sector tradicional representa casi en su totalidad la participación de las exportaciones.
Destacan nuestros envíos de minerales de cobre y sus concentrados, por parte de Arequipa, Apurímac y Cusco, que significó un valor exportado de US$ 3,118 millones (+3.3%), US$ 1,868 millones (-32.7%) y US$ 1,796 millones (-10%) respectivamente. Mientras que en el caso de Puno se destaca el envío de oro por un valor de US$ 1,696 millones, seguido por Arequipa, por un valor de US$ 1,066 millones. Por su parte, Ica se destaca por los envíos de minerales de hierro (US$ 1,512 millones), seguido por las demás gasolinas (US$ 925 millones). En el caso de los envíos no tradicionales, la canasta exportadora dista entre departamentos del norte y el sur del país.
No obstante, Ica se destaca también por sus exportaciones no tradicionales, que representan el 32% del total exportado por dicho departamento, con un valor de US$ 1,895 millones en el periodo analizado. Entre los productos más destacados del rubro figuran los envíos de uvas frescas (US$ 494 millones), paltas (US$ 140 millones) y espárragos (US$ 118 millones).
En diciembre último, y hasta la fecha, la violencia detrás de las protestas sociales viene afectando seriamente el desenvolvimiento de diversas actividades económicas, entre ellas las de comercio exterior: bloqueos de carreteras, toma de aeropuertos, atentados contra la propiedad privada y personas, no hacen más que entorpecer la distribución de mercancías de miles de empresas de todos los tamaños, lo cual afecta a miles de trabajadores y sus familias, así como le resta competitividad y atractivo al país en su conjunto.