No me refiero a una, dos, tres y hasta seis “congresistas” cuyo aterrizaje en el parlamento nacional demostró de qué está hecha la formación extremista de cada una de ellas, de qué se nutren sus venas y cómo se surten sus innumerables discursos de odio y agresividad permanente, sino a la canción que les cae a pelo, por son ex y nunca volverán “a ser” (que no es lo mismo que “hacer”).
En el tiempo que llevan en el congreso -sin trabajar-, evidentemente no han producido ni una sola Ley de beneficio nacional, de impacto general y de trascendencia en el tiempo. Se inventan leyes declarativas o enunciativas que proponen por ejemplo “declarar de interés público” que una universidad de Lima, tenga filial en un distrito de 300 pobladores; o proponen sus “leyes” para que el cuy sea incluído en el escudo nacional, que el perro peruano tenga un Día de celebración al año, que la maca se convierta en sustituto de la leche, que se construyan aeropuertos internacionales en cada provincia, que los barcos que llegan al país permitan que el 50% de su carga de retorno sea únicamente de productos andinos, que se declare el día nacional de la música moqueguana, que se considere el tumi como herramienta de trabajo en todas las instituciones del Estado… y mil cosas por el estilo. Pero leyes referidas a la promoción de generación del empleo, con medidas, acciones, indicadores y ejes de sostenibilidad en el tiempo, nada; leyes para incentivar y compensar las inversiones productivas que se destinen a zonas de frontera, nada; leyes para estimular el fomento educativo en todos los niveles de formación y a la vez, contemplando la investigación científica, nada… y así, nada de nada que sea trascendente. No proponen nada, ni diciendo el cómo, el porqué, el significado de esa propuesta, el para qué, nada. Lo peor es que para eso contratan decenas de asesores que son peores que ellas.
Las izquierdas no han llevado ni una sola voz de mujer al congreso, ni una. Solamente escuchamos bulla, gritos, histeria colectiva y resentimiento contra todo y contra todos los que aman al país. Eso veo, eso pienso, eso opino.
Por eso, como saben que jamás volverán al congreso, todas las actuales representantes de las izquierdas están entrando en pánico, porque no saben que harán después (¿sabrán trabajar?), cuando ya no tengan los sueldos exorbitantes, autos con chofer y guardaespaldas, celulares, viáticos, oficinas y computadoras que ahora usan y que les pagamos injustamente (y seguro se las llevan, sin ser de su propiedad).
Les cantaremos, también por eso, cuando se vayan por fin… la ex señorita, no ha decidido qué hacer… ¿Se dan cuenta?
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