Que la izquierda en el Perú es sinónimo de crimen, sangre y atentados terroristas para una gran mayoría de ciudadanos, es verdad, es la única verdad posible luego de escucharse lo que dicen sus representantes, esos que arden en odio, esos que proclaman el resentimiento como necesidad y acción política, esos que son parte de la escoria envalentonada que se sienta agresivamente, repulsivamente en el congreso, en un gobierno regional, en una alcaldía o en un denominado colectivo de la violencia convertido en oenegé del terror y la impunidad, apodada impropiamente como sustento y defensa de los “derechos humanos” pero de los terroristas y sus apologistas.
Y si les dices algo, hacen escándalo en los medios: ¡Ay de aquellos que les critican! ¡Ay de quienes les señalan! Y es que por décadas, las izquierdas malolientes, sucias de principios y valores, han sembrado odio, agresión y violencia convirtiendo el odio en su razón actual, la agresión en su discurso paralelo como si fuera un argumento válido, y la violencia, en respuesta totalitaria a la Ley y el orden. ¿Les parece contradictorio? Es la triste e impuesta realidad que aceptamos en silencio, considerando que “no pasa nada, son pocos e ignorantes, están equivocados”.
Y es que los pocos y equivocados, pero agresivos y militantes de la izquierda subversiva saben moverse, cuando los muchos sólo contemplan y hacen del dejar pasar, el dejar hacer, cometen un gravísimo e irreparable error porque los ignorantes dominan el uso de la violencia y el odio como actitud natural en ellos…. y lo hacen con bastante inteligencia, pero no de la propia, sino de la inteligencia cubana, de Podemos de España, de la Cámpora argentina y de algunas fachadas venezolanas que intervienen adoctrinando cuadros en el país.
Defender la democracia peruana, por frágil que sea, es un deber, aunque ahora es un descrédito y un despropósito, de acuerdo al juicio sanguinario de los medios que apoyan revueltas y enfrentamientos.
¿Quién descalifica la verdad como verdad y la sustituye por cualquier estupidez falsa? El que miente y agrede con violencia imponiendo la nueva narrativa del comunismo, que ahora se llama de mil formas diferentes, menos “comunismo”.
Estamos en una situación muy complicada, porque es la ultima oportunidad de la izquierda subversiva, aquella que quiere convertirnos en el país del odio. Por eso, hay que dar la pelea sin descanso, hay que unir esfuerzos, hay que dejar algunas ambiciones y poner delante de uno a los mejores, a los más honestos, a los que no se rinden y caminan de la mano con la verdad y el ejemplo.