Prensa Conferencia Episcopal Venezolana.- Miles de peregrinos llegaron al Santuario Diocesano para participar en la Solemne Misa Pontifical del Santo Cristo. “Lo contemplamos, al admirar la prodigiosa talla de 409 años que se yergue ante nosotros”, dijo el Obispo de San Cristóbal en su homilía.
El Obispo Moronta reflexionó sobre la facciones del Rostro sereno de Cristo:
“En la ‘faz lumínica’ del Santo Cristo reconocemos el rostro bonito de nuestros niños y jóvenes que irradian esperanza e ilusión por la vida; el rostro curtido del obrero y del agricultor; el rostro lleno de sabiduría de nuestros ancianos; el rostro solidario de quienes atienden a los pobres y necesitados; el rostro de nuestra gente que manifiesta una fe profunda; el rostro de nuestros sacerdotes que muestran su compromiso en la configuración a Cristo Sumo y Eterno Sacerdote; el rostro de nuestros laicos, fuerza evangelizadora; el rostro sudoroso de los miles de peregrinos que acuden ante el Santo Cristo de La Grita”
Monseñor Mario Moronta agradeció la iniciativa de los fieles y sacerdotes de recoger firmas para solicitar a la Conferencia Episcopal Venezolana que el Santo Cristo sea proclamado como el “Protector de Venezuela”, considerando la creciente devoción que ha tenido en las últimas décadas en todo el país.
Luego de la liturgia de la Comunión, el Obispo elevó una Plegaria al Santo Cristo “el sueño de un pastor y de su grey”, implorando por el sueño de un Pastor, el de los hijos de Dios que quieren vencer las pesadillas, y el sueño de una Iglesia con sabor a pueblo:
“sueño que, en medio de las tinieblas que ensombrecen a nuestra sociedad, sea respetada la dignidad humana de cada uno de nosotros, dignidad de donde brotan los así denominados derechos humanos, particularmente el derecho a la vida”
Pidiendo a la imagen milagrosa del Santo Cristo que ayude a superar la crisis que afecta a Venezuela, dijo:
“porque somos capaces de soñar sueños de libertad, te preguntamos ¿Hasta cuándo vamos a soportar esta pesadilla que acogota al pueblo venezolano?”
“Tengo el sueño de ser el reflejo de tu rostro sereno -imploró Monseñor Moronta-. Tus discípulos lo pueden ser en el día a día de sus trabajos y acciones al actuar en tu nombre. Tengo el sueño de que, al hacerlo, podamos conseguir nuevos discípulos, recuperar a los entibiecidos e invitar a los hundidos en el fango del pecado a que se conviertan”
Al finalizar la ceremonia, la imagen del Santo Cristo fue llevada en procesión por miles de devotos por las calles de La Grita, es un profundo clima de oración y homenajes de agradecimiento por favores recibidos.