Hay inquietantes evidencias de que el plan de subversión a gran escala de la izquierda puede estallar en cualquier momento.
En el nivel parlamentario ciertos acuerdos bajo la cuerda apuntan a imponer una mesa directiva dominada con los rojos aliada con la agitación callejera. Una muestra de lo que está ocurriendo es el tuit del inefable Guido Bellido en el que anuncia que sus huestes han cumplido con ofrecer paz social y desarrollo económico a cambio de la amnistía para Pedro Castillo y su cúpula de corruptos y golpistas. Traducido es una extorsión según la cual estarían dispuestos a frenar las algaradas subversivas que se anuncian para julio a cambio de la renuncia de Dina Boluarte y el olvido de toda la crisis constitucional.
La “tercera toma de Lima” no es un psicosocial. El narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, el narcosocialismo boliviano, el supremacismo aimara y los países del Foro de Sao Paulo le están metiendo mucha plata a la asonada que se avecina y que puede estallar en escala mucho mayor a la que estamos viendo en la provincia argentina de Jujuy.
La policía y los militares conocen muy bien por Inteligencia todo esto y advierten que podría ser necesario llegar al estado de sitio para pacificar al Perú en julio. La responsabilidad es de Dina y Otárola. Por nuestra parte solo reiteramos que debemos prepararnos para resistir, repeler y vencer a los rojos. Cueste lo que cueste.