Nuestra economía va mal, no es que esté recuperándose luego de la pandemia, eso era algo predecible al haber caído tanto. Lo que preocupa y se está haciendo complicado de revertir, es la continuidad de la desaceleración de toda la actividad económica, por una asuencia total de planes, acciones y decisiones que no se han tomado en especial desde el gobierno de izquierda de Pedro Castillo y el actual, su segunda etapa, con Dina Boluarte.
A fin de tener una visión técnica y espEcializada, resumimos el Reporte de Inflación del BCRP:
La actividad económica del primer trimestre de 2023 se contrajo 0,4 por ciento interanual, evolución que se atribuye principalmente al impacto de los bloqueos de carreteras y la paralización de actividades, producto de los conflictos sociales, y al exceso de lluvias, incluyendo el efecto del ciclón Yaku en marzo. Las actividades más afectadas fueron las del sector no primario, en especial de los sectores construcción,
manufactura y servicios. La contracción del sector construcción se reflejó en una caída de la inversión privada y pública.
El indicador desestacionalizado de la actividad económica mensual se recuperó en febrero tras la caída observada en enero, no obstante, en marzo retrocedió ligeramente. De esta forma, el índice de actividad aun no alcanza los niveles de diciembre del año pasado debido al estancamiento de los sectores primarios (eventos climatológicos y conflictos sociales), de construcción (bajo nivel de inversión) y comercio (retroceso del gasto privado).
Se prevé que la economía crezca 2,2 por ciento en 2023, un ritmo más lento que el observado en el año previo (2,7 por ciento). Esta proyección incorpora la desaceleración de las actividades no primarias, derivadas del menor dinamismo en el consumo privado y la inversión pública, así como la contracción de la inversión privada. La desaceleración de la inversión pública se explica por el impacto usual del primer año de las autoridades subnacionales sobre el gasto, mientras que la contracción de la inversión privada se deriva de un entorno en que las expectativas empresariales se recuperan gradualmente de la inestabilidad sociopolítica. Por otra parte, se prevé que los sectores primarios muestren una mejora respecto a 2022 debido a la entrada en operación de Quellaveco y menos días de paralización de la actividad minera. Se prevé que el PBI crezca 3,0 por ciento en 2024, puesto que el avance de la demanda interna permitirá que los sectores no primarios se recuperen a una tasa de 3,1 por ciento.
La proyección actual implica una revisión a la baja de 0,4 puntos porcentuales en el crecimiento de 2023 (de 2,6 a 2,2 por ciento) respecto a lo considerado en el Reporte de marzo. Ello responde al mantenimiento de la veda pesquera de anchoveta en la zona norte-centro en mayo y junio, y datos desfavorables del primer trimestre en los sectores agropecuario, manufactura y construcción, por el impacto de los conflictos sociales, el menor dinamismo de la demanda interna y efectos climáticos adversos.
Se ha observado también la acumulación de existencias en diversas empresas, fundamentalmente del sector manufactura, relacionada a la desaceleración del gasto privado.
Los factores que han suscitado la revisión a la baja en el PBI de 2023 incidirán en mayor medida sobre el crecimiento esperado para el primer semestre del año. El escenario base del Reporte actual supone la ocurrencia de un Fenómeno El Niño global débil entre fines de 2023 y el primer trimestre de 2024.
a) El sector agropecuario se contrajo 0,2 por ciento en el primer trimestre del año, por baja producción procedente de la sierra (papa, maíz, arveja, haba y cebada entre otros). Este resultado fue parcialmente atenuado por mayor producción de frutas de exportación (uva, arándanos, palta y mango), y agroindustrial (maíz amarillo duro y algodón), con precios favorables en la época de siembra. Respecto a la disponibilidad del recurso hídrico, se recuperó el nivel de almacenamiento de agua desde marzo, por anomalías en las precipitaciones (debido al calentamiento de la temperatura superficial del mar y el ciclón Yaku). Así, al 2 de junio de 2023, el almacenamiento en los principales reservorios1 fue superior a 80 por ciento respecto a su volumen útil total, destacando los niveles de almacenamiento de Poechos, Tinajones y Gallito Ciego al cien por ciento.
Para 2023, la proyección se ajustó a la baja de 2,2 a 0,4 por ciento, por los impactos de las anomalías climáticas en la producción agrícola de la sierra (déficit hídrico hasta enero 2023 y heladas) y de la costa (anomalías en la temperatura ambiental y en las precipitaciones). Además, la producción avícola se recuperaría más lentamente de la gripe aviar. Para 2024, se mantiene la proyección de 2,7 por ciento, bajo un escenario de un Niño Costero débil a moderado en el verano de 2024 y la recuperación del sector avícola a partir del segundo semestre de 2023.
b) El sector pesca experimentó un crecimiento de 22,4 por ciento durante el primer trimestre de 2023. Ello principalmente debido al mayor saldo de cuota de la segunda temporada de anchoveta de la zona norte-centro 2022, que impulsó un crecimiento de 211,4 por ciento de la pesca para consumo industrial
en el primer trimestre del año. Asimismo, las anomalías positivas en la temperatura del mar registradas
ocasionaron mayor disponibilidad de recursos como la pota (239,1 por ciento), caballa (55,8 por ciento), bonito (30,7 por ciento) y jurel (18,8 por ciento). Así, la pesca marítima para consumo humano directo se incrementó 3,4 por ciento en los primeros tres meses del año. Este resultado se habría visto atenuado
principalmente por la menor captura de concha de abanico (-58,6 por ciento), por oleajes anómalos en la bahía de Sechura y anomalías positivas en la temperatura del mar en marzo, que generaron la mortandad de ejemplares.
Para 2023 se revisa la proyección para el sector de un crecimiento de 5,0 por ciento a una contracción de 15,0 por ciento en el presente Reporte, debido al mantenimiento de la veda pesquera de anchoveta en la zona norte-centro en mayo y junio, y la menor cuota establecida para pota. Para 2024 se revisa la proyección de crecimiento a 10,5 por ciento.
c) En el primer trimestre de 2023 el sector minería metálica creció 3,2 por ciento, por la mayor extracción de cobre (10,3 por ciento), ante la entrada en operación de Quellaveco en el tercer trimestre de 2022. La empresa produjo 59 mil TMF de cobre durante los 3 primeros meses del año. Adicionalmente, se registró mayor producción de Southern, puesto que en marzo de 2022 la empresa paralizó las operaciones de Cuajone por problemas con las comunidades. Asimismo, se incrementó la producción de hierro, por mayor procesamiento de Shougang. Por el contrario, se registró menor producción de: (i) estaño (-68,7 por ciento), por problemas con las comunidades en la unidad de San Rafael; (ii) zinc (-12,5 por ciento) por la menor producción de Antamina y El Brocal. Asimismo, se registró menor producción de plata (-9,5 por ciento), plomo (-5,1 por ciento) y molibdeno (-9,2 por ciento) asociado a las menores leyes de las empresas mineras.
Para 2023 se revisa la proyección del sector de 7,0 a 8,3 por ciento por el inicio, antes de lo anticipado, de la producción de molibdeno por parte de Quellaveco. Asimismo, la proyección asume un entorno de estabilidad sociopolítica que no afecte los planes de producción de las empresas. Para 2024 se prevé que el sector crezca 2,4 por ciento.
d) La actividad del sector hidrocarburos en los tres primeros meses del año se redujo 1,1 por ciento, respecto a similar periodo del 2022, por la menor extracción de petróleo y líquidos de gas natural. La producción de petróleo se redujo 6,2 por ciento por la menor producción de los lotes ubicados en el zócalo (Z-2B) y en la costa (X, VI- VII, entre otros). Por otro lado, la producción del lote 95 (oriente) se
incrementó por la mayor perforación de pozos. Asimismo, la menor extracción de líquidos de gas natural se debe a la menor producción del lote 56. En abril y mayo de 2023 la producción de petróleo estuvo afectada por la presencia de oleajes anómalos que dificultó el embarque. Por su parte, los lotes 192 y 8
continúan sin operar, luego de que paralizaran operaciones en 2020. Asimismo, el lote 67 se encuentra paralizado desde octubre de 2022 por conflictos sociales.
Para 2023 se mantiene la proyección de crecimiento de 4,7 por ciento, por la recuperación de la producción de gas natural y líquidos de gas natural. En 2024, el sector crecería 4,9 por ciento asociado a una normalización de la extracción de petróleo en los lotes en la selva.
e) La actividad del subsector manufactura primaria creció 20,8 por ciento en el primer trimestre de 2023, principalmente por la mayor producción de conservas y congelados de pescado y harina y aceite de pescado, así como por la mayor refinación de metales no ferrosos e hidrocarburos. nSe revisa a la baja la proyección del subsector en 2023, de 5,3 por ciento a un crecimiento nulo, considerando la menor actividad pesquera. Se espera un incremento de 3,3 por ciento para 2024.
f) La actividad de la manufactura no primaria se contrajo 6,6 por ciento en el primer trimestre de 2023 afectada por los conflictos sociales, la caída de la inversión privada y la moderación del consumo. Las ramas que registraron una menor producción fueron las de insumos como plásticos y envases de papel y cartón; bienes de consumo masivo como otros artículos de papel y cartón, productos alimenticios diversos, y aceites y grasas; y bienes orientados a la inversión como cemento y productos metálicos.
Se proyecta un crecimiento nulo de la manufactura no primaria en 2023; no obstante, la producción del subsector continuaría ubicándose por encima de los niveles previos a la pandemia. Asimismo, se espera un crecimiento interanual de 3,0 por ciento para 2024.
g) El sector construcción disminuyó su actividad en 11,5 por ciento en el primer trimestre de 2023, afectado por los conflictos sociales y las lluvias durante el primer trimestre. Para 2023 se estima que la actividad del sector construcción registre un crecimiento nulo, a pesar de la recuperación esperada de la autoconstrucción en el segundo semestre del año. Para 2024 se prevé un crecimiento de 3,2 por ciento, impulsado por la recuperación de la inversión pública y privada.
h) En el primer trimestre de 2023 el sector comercio creció 2,2 por ciento, impulsado por las mayores ventas al por mayor (2,2 por ciento), al por menor (2,6 por ciento) y de vehículos automotores y motocicletas (0,8 por ciento). Estos rubros crecieron en un entorno sin restricciones de aforo. Para 2023 se espera que la actividad del sector se incremente 2,5 por ciento. Asimismo, en 2024 el sector crecería 3,5 por ciento.
i) El sector servicios se redujo 0,7 durante los 3 primeros meses del año. La actividad del sector se vio afectada por los menores servicios de telecomunicaciones, ante las menores llamadas por teléfono fijo y móvil, así como por la desaceleración del consumo de internet ante el retorno de actividades presenciales. De igual manera, el sector financiero y seguros, que ya mostraba una dinámica previa de
desaceleración, se redujo 6,6 por ciento. Por otro lado, los sectores de transporte y almacenamiento (0,2 por ciento), y alojamiento y restaurantes (5,0 por ciento) se desaceleraron debido a los conflictos sociales registrados durante los primeros meses del año, así como por las lluvias registradas en el norte del país.
Para 2023 se espera un crecimiento del sector de 1,9 por ciento. Esta proyección considera el impacto en la actividad económica de los conflictos sociales y las lluvias de los primeros meses del año. Para 2024 se espera que el sector crezca 2,9 por ciento.
La desaceleración prevista de la actividad económica en 2023 está relacionada a las bajas tasas de crecimiento contempladas para el consumo privado y la inversión pública, asimismo se espera una caída de la inversión privada en un contexto de lenta recuperación de la confianza empresarial, ausencia de megaproyectos mineros y bajo dinamismo de la autoconstrucción. Para 2024, se espera que la recuperación del gasto privado en un escenario de mayor confianza de los agentes contribuya a un crecimiento económico de 3,0 por ciento.
Con información del Banco Central de Reserva del Perú BCRP