No escribo para que los fanáticos aplaudan o den likes y mensajes personales de aprecio, que se podrían responder en agradecimiento por la gentileza de la lectura, sino que escribo como producto de mis propias ideas, construyendo opinión y dejando sentada una posición que puede o no coincidir en algunas ocasiones con lo que la marea dice que es lo correcto o los vientos señalan que es una tormenta crítica. A buen entendedor, mejores amigos.
Vamos a descifrar lo que ha pasado, cómo han sido algunos de los resultados de las elecciones en España, al ritmo de un 29J tan lleno de soberbias y vanidades, como de discursos en exceso y de movilizaciones de teatro, sin impacto, sin ideas, con más de lo mismo y los mismos de más.
Aclaro eso sí, que a título personal, me hubiese gustado que la agrupación de Santiago Abascal lograra un mejor resultado que su terrible retroceso, pero era un devenir que se veía progresivamente en camino, eso es innegable. Lo siento por ellos, lo lamento por ellos, pero no escucharon y alli está un gran pecado que no se cubre con esos lamentos, sino que se disipa con valentía, diciendo -ellos mismos- que no fueron lo que quisieron representar, porque fallaron y que ahora, se esforzarán en corregir su actuación, para dedicarse de lleno a hacer gestión -entiendan, se trata de gestión política- no de actuación electoral.
“Perdió la ultraderecha, perdió VOX” es el grito de la ultraizquierda y está bien que griten. Frente a eso, los de Vox pueden decir “volvió a perder la ultraizquierda” y es más: “desapareció la ultraizquierda”. Lo cierto fuera de los extremos que existen como opiniones, es que la centro derecha (Partido Popular) y la centro izquierda (Partido Socialista Obrero Español) no han ganado nada, sino que no recibieron el respaldo necesario para ser reconocidos como la opción del pueblo español, que se divide de nuevo al no darle fortaleza a nadie, desconfiando de todos y lo que es peor, volviendo a poner en jaque la estabilidad de la Madre Patria, porque los que más votos recibieron, necesitan de los que menos votos recibieron. ¿Paradoja? ¿Contradicción? ¿Las reglas las pone el que menos votos tiene, para que el mayor votado sea gobierno, con sus exigencias, que no son las que representan a España? ¿Hay que pagar una extorsión o comprar a un extorsionador para que la democracia sea gobierno o para que grupos de interés, de poder y de presión, se hagan de la democracia a su gusto y maneras? Por allí va el desmadre, de la Patria.
Los segundos en las listas de espera, llámese SUMAR (izquierda comunista) y VOX (derecha dura) hicieron mérito al gran demérito y lógicamente ahora están al lado del PSOE (SUMAR) y del PP (VOX), mientras los minúsculos, los extremistas, los populistas, los independentistas y lo que queda por algún lado, son los que ganan en la nebulosa, vendiéndose o alquilándose al mejor postor (de cargos y prebendas). Ese juego sucio de la política, que es muy bien representado en otras latitudes, ha entrado en escena ahora y por unos días, para conocer la muñeca, el convencimiento y las respuestas de los que giran en la política española.
¿Qué le pasó a VOX?
Que siguió con el mismo libreto electoral, abandonando la construcción política, cansando al ciudadano y por eso, perdió seiscientos mil votos y el castigo tiene un reflejo contundente: ha pasado de 52 a 33 Diputados en el Congreso y ello implica además de perder un tercio de congresistas, que si quisieran presentar por propia iniciativa una Moción de Censura (es decir, sin otras firmas de adhesión de Diputados) no podrían hacerlo, ya que se requieren por lo menos 35 Diputados en respaldo y lo mismo sucede en cuanto a Recursos de Inconstitucionalidad, donde deben tener por lo menos 50 Diputados suscribiendo la acción (solos no podrán, ¿con quién se aliarían entonces para esos fines?)
VOX cayó en la trampa de pelear con el Partido Popular en momentos en los que simplemente debía callarse, porque los temas no eran los que España quería leer o escuchar. VOX sufrió del síndrome de soberbia permanente post electoral, que comenzó luego de las elecciones generales de abril de 2019, en las que el partido de Santiago Abascal -ese es un signo de alto riesgo y gran debilidad cuando solo se le conoce como “el partido de una persona”- mejoró de forma impresionante sus resultados electorales, consiguiendo 2’688.092 votos y logrando 24 escaños en Diputados (y en ese momento, todavía ni uno para Senador). VOX avanzaba, iba aprendiendo, no tenía nada que enseñar.
Pésimo mensaje es decir que si votas por VOX, votas por lo que importa
Los elecciones en noviembre de 2019 dieron “otro empujón más” a VOX, que creció hasta los 3.656.979 votos (36% más que en abril) y saltó a la fama, pasando de 24 a 52 Diputados, convirtiéndose en la tercera fuerza política de España y consiguiendo sus primeros dos Senadores. En ese momento de gran algarabía, la soberbia se impuso dentro de VOX, que de ser nada, pasó a ser casi nada y ahora por fin, entraba en la ruta de dejar el casi, para ser algo y luego, algo “más”. Pero el escenario español no lo leyeron, no lo miraban, se colocaban encima de una tarima y los votantes abajo de ellos. Se olvidaron de hacer escuela, explicación, aprendizaje y lección.
No entendieron en VOX que sus grandes saltos solamente eran eso, “saltos” y que necesitaban ir de la mano con pisadas firmes, con un camino sólido, no importa el tamaño o el kilometraje por recorrerse, sino la máquina de la sostenibilidad en el tiempo (carrocería limpia, luces, neumáticos en buen estado, un equipo de buenos pilotos y no quedarse con un chofer muy entusiasta que se puede cansar y renegar sin aceptar reemplazos y en especial, tener una hoja de ruta actualizada permanentemente).
VOX tuvo un buen mensaje por etapas hasta que subió a la Liga profesional y se nubló la vista y no vio más allá del muro electoral. En España, el discurso post electoral, es la etapa más importante para una colectividad política. Después de cada resultado debes medir tus palabras y ser lo más transparente y explícito que puedas, incansablemente explícito. No interesa lo que dijiste “antes de” sino lo que harás “después de”, evidentemente en consonancia con todas tus promesas de campaña pero sin hundir al adversario, que a final de cuentas, es tu compatriota (equivocado, fanático, militante, activista, renegado, amigo, simplón, no importa, no es tu rival de guerra sino un oponente de campaña).
A VOX le iba bien, hacía ruta, se hizo internacionalmente conocido al punto de no medir ese impacto hacia adentro, porque se suman desconfianzas y rechazos cuando abrazas a quien no debes o alabas a quienes no sabes de dónde vienen y hacia dónde van, pues se muestran sólo como beneficiarios de tu saludo. ¿No veían eso? ¿Acaso Hungría, Polonia o Italia le suman votos a VOX? ¿Creen que los viejos y los jóvenes españoles van a darles más votos a VOX porque un primer ministro de otro país europeo se los dice en Tic Toc? Pésima idea, cero comunicacion, 100% rechazo. Allí hay seiscientos mil votos menos.
Y por otro lado, el Partido Popular, no es un enemigo de VOX. Tiene su agenda, posee su estilo, conoce su formación e identidad, entonces ¿Para qué te peleas por nimiedades así sean para tí, o sea para VOX, esa esencia de fanatismo que hay que enterrar hacia afuera?
Miren bien y no se me pongan en histerias colectivas: los españoles que se consideran LGTBIQ o los que son lo que dicen ser que son, el tema del género y su diversidad, el del divorcio o el de la unión civil de gentes del mismo sexo, el aborto consentido, el machismo y el feminismo, los migrantes desesperados por hambre, los extremadamente pobres que ven a España como faro de esperanza pero son reprimidos como asaltantes, ¿son el tema prioritario de España o de VOX? o, siendo temas necesarios de agenda, debate y acuerdo, de discusiones y desacuerdos, ¿se interponen a la urgencia de construir una economía realmente estable, de lograr una rápida generación de empleo, mejorar el acceso a mejores pensiones, de tener posibilidades de vivienda para los más jóvenes, infraestructura para la longevidad, mayores espacios de libertad y democracia, amplio y rápido apoyo al empredimiento, transparencia en el orden migratorio y ser más solidarios entre los españoles y con los migrantes? Prioridades de España, ¿no son las de Vox?
¿Qué obtuvo el PSOE a cargo del gobierno?
En principio remontó y eso, hay que reconocerlo. El PSOE con Pedro Sánchez al mando, se las jugó todas por estas elecciones con frases simples y bien dirigidas: “adelante, España avanza”, “queremos que España siga avanzando”, tan simple y sencillo. Y de paso, tuvo varios ejes comunicacionales efectivos frente a los ataques sin argumentos. Algo más, la tranquilidad increíble de Sánchez es envidiable, sin mostrar los odios que tiene e iras que posee.
Con Adelante, España avanza, el mensaje era de todos
Nadie apostaba a una recuperación y menos a un crecimiento del PSOE ante la anunciada convocatoria a elecciones luego de la tremenda caída que tuvieron en las pasadas municipales y regionales, pero tanto la agrupación comunista SUMAR, como la derechista VOX y los numerosos y pequeños proyectos políticos le dieron combustible de reimpulso. Sánchez se las jugó con todo en contra, siendo lo más elogiable que ante las derrotas en las municipales y regionales, de inmediato convocara a elecciones para ser castigado, reemplazado o nuevamente puesto en escena, para que se hiciera ver su derrota como la gran oportunidad de recuperar la confianza de sus electores y convencer a algunos más. Y así fue, tremenda apuesta o suicidio en que ganó la baraja escondida de la fe en sí mismo, aunque no fue completa la fe.
Si bien no logró el objetivo de conquistar la mayoría para formar otra vez gobierno -situación que lo pone en negociaciones muy complejas para él, su partido y España-, mientras quien le superó (Alberto Nuñez Feijoó del Partido Popular) tampoco logró esa mayoría contundente, se somete a igual ambiente de preocupación, porque puede ser que lo inusitado ocurra por primera vez en España: que Sánchez convenza a Feijoó o Feijoó a Sánchez y dejen de lado a SUMAR y VOX (si se ponen engreídos) y formen un gran gobierno y España asuma un liderazgo nunca antes visto en Europa. ¿A que no pensaron en ello?
Feijoó y Sánchez, una alianza que todos descartan, menos nosotros en MDP
¿Qué va a pasar en España?
Los escenarios no son un invento, están allí: (1) El Partido Popular forma gobierno con sus aliados y socios de última hora; (2) El PSOE forma gobierno con sus aliados y socios de antes, más algún nuevo alquilado; (3) Sánchez y Feijoó hacen gobierno de amplitud democrática con el liderazgo de uno de ellos y el respaldo en liderazgo del otro, o sino, (4) otra vez a elecciones y allí, habrá radicalismos y más crisis, no un retorno. Aquí, el Rey no tiene la palabra, sino dos torres de enroque y decisión: el PSOE y el PP.
Y mientras tanto…
Los de VOX deben ser democráticamente reflexivos, de inmediato, sin esperar más. Tienen que reconocer su retroceso, hacer autocrítica, recomponer la dirección del partido y volver al principio, nada más. Sino, el destino será como el del extinto Ciudadanos, o el de PODEMOS, exactamente igual, porque así es España, te pone un cáliz que debes apartar gritando muy fuerte: ¡Cuídate, España, de tu propia España!”