Hay momentos muy duros en la vida de las personas y hoy día, día triste, nos hemos reunido en la Mesa de Redacción a conversar de un hecho abominable que ha ocurrido en el Perú donde todos los días pasan estas cosas, porque no hay nada que debatir y en cambio, sí hay mucho que hacer sobre el presente y futuro de una niñita violentada por su padrastro, por la pareja de su madre, que en un acto miserable y a toda evidencia condenable y repudiable, le ha producido un embarazo no deseado por una violación. Esos son los hechos: fue violada una niñita y parece que nadie se preocupa de ella, de su actual estado emocional y de su inmediato futuro, ya que ni el Estado ni la sociedad están de su lado, sino que todo parece ser que se encuentran enfrascados en qué hacer con el embarazo, como si lo principal, es decir el daño a la niñita, fuese algo secundario.
Aqui hay varios asuntos por enfrentar: (1) la niñita violentada (2) el criminal agresor (3) el daño actual y futuro a la niñita (4) el embarazo en curso (5) los que deciden por una víctima (6) la sociedad que no debe callar el delito.
La niñita violentada debe ser el foco de toda la atención inmediata del Estado (Ministerio de Salud, de la Mujer, Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Poder Judicial) y no ser maltratada como “hecho público” para las cámaras de television o las páginas oscuras de los medios de comunicación, mientras sigue en curso de embarazo y mayores riesgos a su vida y salud, sobretodo emocional. Segundo, el criminal agresor ya debe estar entre rejas siendo procesado y sentenciado con todos los apremios legales, alejado de toda posibilidad de contacto con la niñita. Tercero, la madre de la niñita también debe ser sancionada y alejada de la menor, ya que cuenta con una carga de culpabilidad y maltrato hacia su menor hija, y además se ha evidenciado que a lo largo de los meses, protegía a su pareja contra la niñita. Cuarto, el embarazo en curso es un tema no debatible, en el que debe aplicarse cuanto antes y por rápida protección a la niñita, un aborto de urgencia. Quinto, la niñita debe ser protegida bajo reserva absoluta (cambio de identidad, cambio de residencia, cuidado institucional reservado con una organización especializada).
Una sociedad no puede seguir pudriéndose más. Hay que mirarnos en el espejo de la realidad y actuar con inmediatez. No se trata de dinero, status o educación: es un crimen lo que le han hecho a esa niñita. No se trata de religión, de política o de dinero para una oenegé. Es la vida de ella, vida que se destruye o se rescata.
Eso opinamos aquí, por la defensa de una niñita, por el terrible drama que deberá sobrellevar toda su vida.