Resulta que en el mundo de la nueva pandemia, la actual, la del virus del silencio y la indiferencia, todo lo que no sea igual al discurso de la imposición globalista, es nulo y en consecuencia, debe ser anulado. Un ejemplo de ello es el ataque a la Familia, un concepto sobre el que no había dudas, pero le comenzaron a mencionar despectivamente como algo “tradicional” (es decir, para los que atacaban a la Familia, como si fuera sinónimo de perjudicial, vetusto, malo, anacrónico, fuera de lugar, caduco…). ¿Cuál fue el reemplazo de “Familia”, ahora “tradicional”? otros tipos de familias, diversas, monoparentales, biparentales, múltiples, lgtbi homomarental y homoparental, intercultural, reconstituída, trans, binarias, trinarias… ¿cavernarias?
En resumen: Ya no existe la Familia en el nuevo mundo de lo correcto de unos y lo incorrecto de millones, sino eso que le llaman ahora “las familias”, en plural, en criminal.
Bueno pues, del mismo modo y siguiendo el esquema mental de los extremistas de la nueva sociedad en descomposición perpetua, ya no existe el Periodismo, sino eso que le llamaremos “los periodismos”. Se ha acabado en el periodismo la investigación, al reemplazarse por la degradación del titular populista del activismo y se hacen columnas que rinden pleitesía a la militancia radical que inventa, ofende, ataca, se ensaña, lapida, castiga, fusila y fulmina la verdad, a los protagonistas y a los lectores. Todos son, para ese “nuevo periodismo”, los imbéciles a ordenarse en la fila de aceptar y aceptar, sin discutir. Es esa prensa de miserias inhumanas la que domina en el campo de lo que era tradicional, pero con un gran problema: las redes sociales.
Y es que en y desde las redes sociales, los ciudadanos y los Periodistas de la Libertad, han “reentrado” con fuerza y con ideas y con propuestas, a enfrentar la ignorancia de los activistas del “nuevo periodismo”, haciendo que las lecturas (pausadas para saber y entender), las escuchas (el oír para comprender) y las visualizaciones (espectadores atentos corroborando) sean un conjunto irrompible del testimonio en cada persona, para formar sus opiniones, para comentar si es que desean, para tomar posición, si quieren.
Repito: ¿Porqué fracasan los medios de comunicación ahora, más que antes? Porque ahora no se lee información en los medios, no se escuchan noticias en las radios, no se ven imágenes de los hechos en la TV, todo es activismo y manipulación por alquiler venta de principios y eso, no es Periodismo.
Hoy en día, desde muchos lugares se está construyendo el verdadero nuevo periodismo, el que debemos recuperar, el que nunca se debió perder: el de columnas de periodistas de opinión (no el de políticos de posición), el de periodistas especializados en entrevistas (no el de rostros sin mentes puestos a insultar), el de periodistas comentaristas por temas y mesas de debates, el de cronistas de viajes, parlamentarios, deportivos, culturales.
Existe una misión que nace en las redes y se vuelca a los medios que se perdieron en el chisme, en la voz ajena a la verdad, en el escándalo y la perversión. Y nada de eso es periodismo.
Imagen referencial: Diez razones para ser Periodista