Decenas de peruanos fallecieron en diciembre de un año descompuesto por la violencia que rebalsó la vida entre nosotros. Fue un mes donde la Navidad se tiñó de rojo y en muchos hogares, no nació del pesebre el salvador, sino que vino a la vida un sentimiento de reivindicacion por las víctimas de una violencia que desde el gobierno de Dina Boluarte y Alberto Otárola -la pareja presidencial- y desde las izquierdas del odio y la violencia, se generó contra personas humildes que erradas o no, sucumbieron a la lluvia de balas o al disparo de los que recibieron “esa orden”, de la que ahora nadie sabe nada.
Los muertos no se han inventado y a varios se les atribuyen actos extremistas que deben probarse en cada caso, porque no se puede acusar sin precisar. Y aún así, no por revoltosos eran objetivo de un disparo fatal, sino de ser capturados y procesados. ¿Cuántos de los capturados han sido procesados?
Es verdad que hubo muchas turbas enardecidas, es cierto que grupos organizados atacaron instalaciones aeroportuarias, comisarías, ambulancias, vehículos de toda procedencia e incendiaron locales públicos y privados, lanzando inclusive explosivos. Cientos de heridos, ciudadanos, policías, soldados, cientos. Pero, ¿Ya se conocen los resultados de las investigaciones que determinen las responsabilidades de los que ordenaron disparar contra las turbas y de los que ordenaron atacar e incendiar, herir y asesinar policías y soldados, y tal vez a ciudadanos que protestaban para sembrarlos como motivos de un criminal rédito?
No podemos dejar de defender la vida de las personas, sin diferencia alguna, teniendo por cierto muy claro que los terroristas son inmerecidos de consideración, pero con un debido proceso y con una debida respuesta del Estado, cuando ocurren actos subversivos.
Así como no se puede decir que se ordenó disparar sin discriminación, no se puede afirmar que no se ordenó que no lo hagan. Y del mismo modo, no se puede decir que los revoltosos no querían muertes y destrucción a todo costo, como no se puede afirmar que ese era su gran y único objetivo.
Las investigaciones son el eje del debido proceso y no vemos resultados, ¿Porqué? ¿Porque tal vez es cierto eso de “Dina, asesina”?