La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva desde hace 70 años trabajando por los cristianos que sufren la persecución por su fe.
ACN recordó que en mayo pasado la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución, a propuesta de Polonia, por la que el 22 de agosto se conmemoraría el Día Internacional de las Víctimas de actos de violencia basados en la religión o las creencias.
Esta propuesta de Polonia recibió el apoyo de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Egipto, Irak, Jordania, Nigeria y Pakistán.
Ewelina Ochab, abogada y escritora, especialista en la situación de las minorías religiosas en Oriente Medio fue una de las principales impulsoras de la iniciativa y aseguró que, aunque “fue un proceso largo con muchos participantes”, ACN fue una de sus “inspiraciones”.
Ochab dijo que tener una fecha para recordar a las víctimas y supervivientes de la persecución religiosa no es “una meta en sí misma”, sino que es importante “para no olvidar nuestros compromisos” y “el inicio de una larga campaña para prevenir que no haya más víctimas en el futuro”.
Heine-Geldern aseguró que esta conmemoración “debe iniciar un proceso que lleve a las comunidad internacional a un plan de acción coordinado para poner fin a la persecución religiosa y prevenirla en el futuro. En realidad, es deber de las Naciones Unidas, de los gobiernos y los actores políticos hacer cumplir el derecho humano a la libertad religiosa. A este día simbólico ahora le deben seguir acciones concretas”.
El presidente ejecutivo de ACN también subrayó que aunque “todas las comunidades religiosas sufren regularmente agresiones, los informes internacionales sobre la libertad religiosa confirman desafortunadamente que los cristianos son los más perseguidos”.
De hecho, según el Informe sobre el estado de la libertad religiosa en el mundo, editado por ACN, el 61% de la población mundial vive en países donde no hay libertad religiosa, se discrimina y persigue a causa de la religión.
Los casos más recientes de genocidio de minorías religiosas se han dado en Irak y Siria, donde las tropas del Estado Islámico atacaron a cristianos y otros grupos religiosos.
Desde ACN destacan, entre otras propuestas, el establecimiento de una plataforma de la ONU para promover el intercambio con representantes de los grupos religiosos perseguidos.
También destacan la importancia de que las Naciones Unidas creen un tribunal internacional que se ocupe de la cuestión de la impunidad de los actos de violencia basados en la religión cometidos por grupos como Boko Haram, Al-Shabaab o el Estado Islámico.
Solo durante el año pasado, ACN apoyó más de cinco mil proyectos en 139 países de todo el mundo, con más de 100 millones de euros para ayudar a los cristianos necesitados y perseguidos por su fe.
Cristiano en Irak. Crédito: Ayuda a la Iglesia Necesitada.