La industria de las apuestas crece a un ritmo anual de dos cifras en España. En 2022, el GGR (Gross Gaming Revenue) –se trata de la diferencia entre las cantidades jugadas y los premios y los bonos, y es el indicador económico que refleja más fielmente el gasto real de los jugadores– fue de 962,96 millones, un 18,12 % más que el año anterior.
Este crecimiento ha sido constante desde 2012, cuando se inició su registro por la Dirección General de Ordenación del Juego, acumulando en los últimos cinco años un crecimiento del 72,9 %.
En paralelo, crecen los jugadores activos. Desde 2015, año en el que se registraron 981 000 jugadores activos, la cifra ha aumentado un 62,38 % hasta alcanzar 1 593 000 en 2022.
Los más jóvenes, 18-25 años, se han incorporado con mayor intensidad, registrando un aumento del 52 % entre los años 2016 y 2022, seguido por el grupo de 26-35 años. A partir de los 36 años se mantienen relativamente estables.
Los registros oficiales no incluyen a los menores de 18 años por no alcanzar la edad legal para apostar. Sin embargo, diversos estudios alertan de la creciente prevalencia de apuestas entre menores.
Según la encuesta ESPAD, el 16 % de los adolescentes españoles ya ha apostado –dos puntos por encima de la media europea– y el 7 % informa apostar con frecuencia en los últimos 12 meses. Otros estudios aseguran que uno de cada tres adolescentes ha accedido al juego –el 4-5.6 % cumple los requisitos de juego de riesgo y el 1 % de juego problemático–.
El Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones advierte que entre el 2 y el 2,9 % de los y las adolescentes cumplen criterios de juego patológico, lo que equivaldría a una población de 58 800 menores en riesgo de ludopatía.
Es especialmente preocupante la relación entre el inicio al juego de apuestas en la adolescencia y la aparición de problemas con el juego cuando se es adulto, por lo que la edad de inicio es un buen predictor de una futura conducta problemática.
El informe de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ, 2015) revela que el inicio antes de los 18 años se da en el 13.4 % de jugadores no problemáticos y en el 44.8 % de los jugadores patológicos. La proporción de jugadores en riesgo es significativamente mayor en los dos tramos de edad más joven, 18-25 y 26-36 años (DGOJ, 2023).
Los más vulnerables, en el punto de mira de la publicidad
El mercado de las apuestas es un sector atractivo para nuevos operadores que compiten aumentando su presencia en los medios de comunicación, las redes sociales y los lugares públicos. Para ello, usan estrategias publicitarias, entre las que destacan la retransmisión de competiciones de póquer, el patrocinio de eventos deportivos, la utilización de celebridades y estrellas del deporte y el posicionamiento online.
La inversión en marketing y publicidad ha mantenido un crecimiento similar a la facturación, con incrementos anuales superiores al 20 % en la última década. Así, la presión mediática se extendía sin horarios ni restricción de contenidos para cualquier público, con fuerte repercusión en la población joven y adolescente.
El Consell Audiovisual de Catalunya (2019) recuerda que el 45 % de la publicidad de apuestas en televisión y el 85 % en radio se emite en horario de programación infantil.
Distintas investigaciones han hallado que la publicidad transmite una visión normalizada del juego de apuestas, además de generar una actitud positiva hacia el juego y una percepción social favorable. También muestran que una mayor exposición a la publicidad se relaciona con una mayor frecuencia de juego tanto en adultos como en jóvenes.
En menores de edad, una mayor exposición a la publicidad predice la conducta de juego. Siete de cada diez adolescentes indican que ven muchos anuncios de apuestas y uno de cada tres admite sentirse influido por la publicidad del juego.
La regulación como estrategia de prevención
No existe una regulación europea para el sector de las apuestas. Ante la falta de un acervo comunitario, algunos países han mostrado mayor sensibilidad hacia este problema de salud pública, implantando distintos grados de prohibición de la publicidad.
Italia fue pionera en la Unión Europea al prohibir cualquier tipo de publicidad de este sector en 2018.
Con el Real Decreto 958/2020, España comenzó a limitar la publicidad al horario nocturno, prohibió la aparición de personas de relevancia en la misma, vetó las promociones para captar clientes y eliminó los patrocinios deportivos, entre otras medidas encaminadas a proteger a los grupos más vulnerables.
Bélgica también ha restringido en 2023 la publicidad del juego de azar en general. Países Bajos ha limitado la comercialización masiva en televisión, radio, buscadores de internet y espacios públicos. Y Alemania aprobó en 2021 el Glücksspielstaatsvertrag (GlüStV), con la regulación menos restrictiva de los cinco países.
La aprobación de estas medidas ha suscitado amplios debates. Las voces opuestas a la regulación objetan que no existen suficientes estudios que justifiquen una regulación tan estricta. Aunque se necesita una mayor investigación sobre el impacto de la publicidad en la salud mental de jóvenes y adolescentes, estas medidas se basan en el principio de cautela y garantizan protección hasta que la investigación aporte pruebas más concluyentes.
Nota de Redacción: el presente artpiculo fue publicado originalmente en www.theconversation.com bajo la autoria de Profesor Contratado, Doctor de Psicología Social. Universidad Miguel Hernández.