Liderazgo y ejemplo para que los demás se inspiren en el mejor camino, palabra honesta y mensaje de retos posibles para que todos sientan que la idea que nace en cada persona -sus iniciativas- se puedan hacer realidad; señalar el rumbo, izar las velas y saber cuando arriarlas. Es muy simple y a la vez, resulta un complicado trabajo cuando no se entiende la trascendencia de un evento que marca la historia nacional y no el protagonismo eventual de algunas buenas personas que están viendo al país desde la ventana de un edificio estatal o desde la cafetería de un lugar bonito, “sin callos en las manos” (¿entienden esta frase?).
CADE no es un encuentro de empleados públicos (nuestros denominados “servidores”) con empresarios privados que envían a sus asalariados a mostrar algunos conocimientos. CADE es, ha sido, fuente y base de caminos que deben y tienen que seguirse, sino, no es la Conferencia anual de Empresarios, porque eso es CADE (y no, la convención anual de ejecutivos del sector privado, con empleados eventuales del sector público, del gobierno de turno).
Por ejemplo, siendo el Perú un país extraordinario por su riqueza y variedad minera, ¿Qué líder del sector habló en esta reunión para dar su punto de vista, para impulsar ese “volver a creer, para volver a crecer” que con tanto buen acierto fue el emblema convocante? Y del mismo modo, si la pesca es fuente para el progreso y el desarrollo en un país que a nivel mundial destaca en este rubro, ¿Qué líder pesquero fue invitado a dar su palabra y transmitir sus experiencias y consejos? ¿No necesitamos acaso que los que hicieron posible aquello que nos enorgullece como país ante el mundo, sean escuchados en momentos tan difíciles y complicados, cuando nos encontramos en un estancamiento innecesario e inaceptable?
Es importante sin ninguna duda que algunos gerentes y ejecutivos de empresas privadas compartan ideas e iniciativas con los funcionarios públicos que ocupan ministerios y diversos organismos también públicos temporalmente, pero para eso hay espacios de diálogo, discusión, debate o concertación, para eso no es CADE.
Los ministros y toda su fila de asesores, asistentes y designados, no son dueños del Estado ni del país, son empleados de raíz política y partidaria en muchos casos, ese es el problema que puede contaminar CADE y se debe evitar en un futuro inmediato. Por eso, no resultaba raro e incómodo ver en este CADE en especial a varios alcaldes, regidores, “gerentes” de municipalidades y gobiernos regionales, “gerentes y directores” de ministerios, superintendencias, organismos reguladores y empresas estatales que aún subsisten inexplicablemente (no deberian de existir empresas estatales como PetroPerú por ejemplo), ciculando “como perdidos en el espacio”, haciendo “relaciones públicas” con dinero público.
Por eso, a crítica de amigo, oídos de amigo, cuando afirmo que no es posible que se hayan dicho estas frases, que parecen del gobierno y no del lado del empresariado privado:
“Un primer tema es que hemos escuchado distintas perspectivas de cómo promover ese volver a creer desde el sector público“
“hay ganas del sector público de colaborar con el sector privado para sacar adelante proyectos que nos permitan volver a creer en el país”
El crecimiento, estimados aspirantes a ser “cadeístas”, tiene un principio: ser sostenible en el tiempo. En consecuencia, el sector público, representado por funcionarios colocados por decisiones políticas, no es el canal conductor de la sostenibilidad en inversiones, iniciativas y emprendimientos privados. Entiendan que los empresarios privados somos creadores y dueños de nuestro destino, y el gobierno, es creador y dueño del desatino. ¿Cómo lo hace? Con “reformas” (deformas).
No existen “distintas perspectivas” sino un ordenamiento en la razón dirigido al Bien Común, que se sustenta, nace y se proyecta desde la Constitución Política del Perú y es, en su cumplimiento y correcto desarrollo, que se construyen las propuestas y se asumen los compromisos.
Y es más. Creer en el país, es saber que es posible hacer las cosas bien, cumpliendo y haciendo cumplir el ordenamiento legal existencial.
Pregunto: ¿Quién habló del mercado laboral y cómo las empresas privadas formales dignifican el trabajo y significan el motor del ahorro nacional? ¿Qué líder empresarial agrario, fundador de empresa agraria peruana, innovador en el sector agricultura, estuvo conversando con el representante del gremio sobre cómo expandir el campo, incentivar su diversificación y promover su desarrollo como él lo hizo? ¿Saben quién? La ministra de agricultura. No pues.
¿Sabían, recuerdan, les han enseñado o alguna vez leyeron que el Perú destacaba en la agricultura por el algodón? ¿Que poseíamos una amplia estructura en la ganadería? Y es que teníamos una Sociedad Nacional Agraria, la Sociedad Nacional de Ganaderos, la Asociación Nacional de Productores de Algodón, entre otras instituciones que el Estado, el gobierno de la dictadura militar izquierdista de los años 70 reprimió y disolvió ferozmente.
Volver a creer, ¿En un país inundado por más de cuarenta mil normas legales? ¿Porqué no se tuvo en el podio a los mejores abogados del Perú diciendo qué hacer, cómo hacer y en cuánto tiempo lograr hacer que las leyes no sean una lista de mercado y un abuso hacia las personas y empresas?
Volver a crecer, ¿En un país donde la palabra de los que fracasan desde el gobierno se pone en primera fila? Discrepo totalmente. Una cosa es que el Primer Ministro asista por protocolo y respeto, pero ¿Que estén presentes nueve ministros y de carteras improductivas, sin resultados, promotoras del retroceso y el estancamiento, que consumen ingentes recursos económicos para no hacer nada bueno por el país?
Por eso recalco y recuerdo, soluciones privadas a problemas públicos es una tarea desde cada CADE, pero no se trata de juntarnos con los políticos que cumplen funciones públicas para que asistan y nos cuenten cuentos, sino que CADE es el motor del liderazgo, refuerzo, fortaleza, guía del empresariado privado y es en base a sus visiones y conclusiones, que el Estado, el gobierno en su conjunto, debe y tiene que seguir su ejemplo, escuchar, actuar y cumplir esos retos de éxito -no es al revés-, sino estamos nacionalizando el mensaje y estatizando el mercado.
CADE 2024 está en camino, pero debe alejarse de toda contaminación y epidemia estatal, volviendo a sus raíces, reconstruyendo las fortalezas del éxito, ampliando el campo de lo privado, alejándose de pedidos al Estado y exigiéndole a los gobiernos que den cuenta de sus cuentas, del uso de nuestros impuestos, que sean eficientes, transparentes, eficaces, ágiles y honestos. CADE no es para hacer negocios con el Estado, CADE es para lo trascendente en la empresa privada, como el motor más importante del país.
Recuerden: “No hay buenos negocios y malos negocios; lo que hay son buenos empresarios y malos empresarios”, eso señaló Walter Piazza, cuando CADE hablaba con voz potente y ánimo invencible.
CADE tiene que ser siempre, la Conferencia Anual de Empresarios, así de claro.