El Papa Francisco no olvidó dirigir un pensamiento a Ucrania con motivo de la conmemoración del Holodomor, la colectivización forzada que impuso el cruel y sanguinario tirano comunista Joseph Stalin, quien ordenó requisar cosechas y alimentos, cercó poblaciones enteras y las condenó para que nadie pudiera salir, sentenciando a sus habitantes a una muerte lenta, terrible y miserable.
Vatican News reseña que “durante todo un año, de 1932 a 1933, Ucrania fue probada por una durísima hambruna, organizada intencionalmente por el régimen comunista soviético después de que el pueblo ucraniano desafiara el sistema de propiedad colectiva. Se requisaron los recursos agrícolas y se dejó morir de hambre a la población. Cuando terminó la hambruna, murieron millones de personas. El 23 de octubre de 2008, el Parlamento Europeo reconoció el Holodomor como “crimen contra la humanidad”. En Ucrania se conmemora oficialmente cada año el cuarto sábado de noviembre” pero el mundo, parece no haber leído o conocido este genocidio que se intenta repetir desde la Rusia actual.
National Geographic History es más detallista y nos cuenta que “conocido como Holodomor, palabra ucraniana que significa “matar de hambre”, el programa diseñado por el Estado soviético tenía una doble finalidad: por una parte pretendía eliminar físicamente a los campesinos que se resistían a las colectivizaciones forzosas de sus tierras, sobre todo a los kulaks, pequeños propietarios de tierras y ganado, y, por otra, reprimir cualquier síntoma de rebrote del nacionalismo ucraniano que se definía como proeuropeo y anti Moscú”.
Y señala que “En apenas unos meses, a comienzos de la primavera de 1932, los campesinos ucranianos empezaron a morir de hambre. Algunos documentos hablan de niños con el vientre hinchado por la falta de alimento, familias enteras obligadas a alimentarse de hierba o cortezas de roble, e incluso se comían a los perros y a los gatos. La situación llegó a tal punto que algunos historiadores afirman que en las zonas rurales más pobres se generalizó el canibalismo y los cadáveres se agolpaban en las calles porque nadie tenía fuerzas para poder darles sepultura”.
“La atrocidad del Holodomor radica en que, antes de cualquier otra consideración, la hambruna no fue la consecuencia de un desastre natural, de sequías o cosechas malogradas, sino el resultado buscado de políticas específicas implementadas por el régimen comunista de Stalin. Por vía de la confiscación violenta de la producción de alimentos, el bloqueo militar de los poblados y de regiones enteras, la prohibición de salir fuera de los límites de las zonas hambreadas en Ucrania, el colapso del comercio rural, la represión contra los disidentes, el sistema totalitario generó para los ucranios condiciones incompatibles con la vida misma. Esta política del régimen bolchevique,- crimen de lesa humanidad- se encuadra en la Convención de las Naciones Unidas sobre genocidio” https://baxcolectividades.buenosaires.gob.ar/descargas/Holodomor.pdf
Holomodor, lo que nadie quiere volver a enseñar sobre lo que pasó en Ucrania, es un grito al recuerdo, sobre lo que ahora está sucediendo contra el pueblo ucraniano, desde adentro y desde afuera.